La deuda del estado

José David Sánchez Plaza
sanpladave1959@hotmail.com
Son dos sexenios, en que Tabasco, enfrenta una situación económica crítica y preocupante, sin que los gobernadores en turno, puedan revertir la situación que se ha tenido. La deuda en los últimos dos periodos gubernamentales, creció un mil por ciento, aunque en el primer año de la administración estatal en turno, se elevó en un 40 por ciento. Llego a los 8 mil 500 millones de pesos, 2 mil 500 millones más de lo que originalmente tenía.

Manejable, así se podría decir, la deuda pública que el ex gobernador Manuel Andrade Díaz, dejó al concluir su periodo gubernamental, la deuda pública del estado, apenas y rebasada los 450 millones de pesos.

Los errores cometidos y el manejo equivocado de las finanzas en los periodos gubernamental de Andrés Granier Melo y Arturo Núñez Jiménez, provocó que la deuda pública, se incrementó a 6 mil 500 millones de pesos.

Hace apenas unos meses, el ex gobernador Andrés Granier Melo, fue exonerado de todas las acusaciones que su sucesor Arturo Núñez Jiménez, le imputo. Nada se le pudo comprobar, al famoso químico Granier, que sin pena ni gloria, se pasea por Villahermosa y hasta ya lo están postulando para un nuevo cargo de elección popular.

“Ni perdón ni olvido”, fue la declaración que el fracasado ex gobernador Arturo Núñez, hizo en los primeros días de su fracasado periodo gubernamental, en torno a las deudas y quebranto que supuestamente realizó el famoso Químico Granier.

En febrero del 2013, Núñez Jiménez declaró en rueda de prensa, que el monto real de los adeudos heredados de la administración de Granier era superior a los 17 mil millones de pesos, así como faltantes en diversos rubros.

“No habrá ni perdón ni olvido”, declaró Núñez Jiménez quien además aseguró que no habría “impunidad para nadie”, supuestamente instruyó a la Secretaría de la Contraloría para presentar denuncias ante distintas instancias.

Al final del malogrado sexenio de Núñez Jiménez hubo “perdón y olvido” y los presuntos responsables de un supuesto cuantioso quebranto financiero, gozaron de la “impunidad”. No se les sancionó, algunos estuvieron en la cárcel, pero resultaron exonerados, como fue el caso de Granier Melo.

Seis años después (2019), el ahora gobernador, Adán Augusto López Hernández, en los primeros días de su periodo gubernamental, declaró que el supuesto quebranto financiero en la administración Nuñista, alcanzó los 6 mil 500 millones de pesos, 3 mil millones, eran deudas heredadas y 3 mil 500 no tenían soporte documental.

Apenas hace unos días, la legisladora local, Dolores Gutiérrez reveló que el gobierno del Estado, al final del 2019, contrato créditos por 2 mil 500 millones de pesos, que representan casi un 40 por ciento de la deuda que acumularon juntos Granier y Núñez.

Sin embargo, el gobierno del Estado, no solicitó autorización del Congreso local, porque según el diputado local de Morena, Exequias Braulio Escalante, será un adeudo a corto plazo, que no requiere de la autorización del gobierno del Estado.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sostenido -desde el inicio de su mandato- que se tendrá un combate permanente a la corrupción y la impunidad, que no se permitirán las viejas prácticas de los gobernantes del pasado.

“Ni perdón, ni olvido. No habrá impunidad”, esa debe ser la bandera de la administración estatal. Se debe actuar en contra de quienes supuestamente, cometieron un quebranto financiero a las arcas estatales, y que presuntamente actuaron de manera incorrecta.

La ciudadanía ya no cree en la autoridad, son muchos años, en que se les ha engañado y que se les ha prometido sancionar las supuestas prácticas irregularidades y no se hace. Se debe actuar y sancionar a quienes cometieron una irregularidad, eso es lo que espera la sociedad.

Lo notable
Por cierto, el alcalde de Centro, Evaristo Hernández Cruz, sigue con sus ocurrencias y decisiones unilaterales e incorrectas. El fin de semana, en redes sociales, se condenó la decisión unilateral que la autoridad municipal tomó. Quitó de manera arbitraria los jarrones de las criptas del Panteón Central de Villahermosa, para supuestamente evitar la propagación del dengue. El problema es que lo hizo de manera unilateral y sin comunicarlo a los familaires, lo que es algo incorrecto.