Por Alejandro Figueroa / Rómulo Laguna
Es necesario que se practique desde niño, puesto que requiere además de ser un buen jinete, dominar las florituras que se hacen con la soga o reata, de ahí que nazca un sabio refrán «La Charrería se aprende con babas y no con barbas» quienes practican este deporte, gozan de montar a caballo y poseen gran valor y arrojo.