El presidente consideró que si no hay denuncias se puede interpretar como linchamiento político; reiteró que aunque ha habido acusaciones, no ha habido denuncias.
Los linchamientos públicos y mediáticos no deben permitirse en agravio de nadie, por lo que las mujeres, presuntamente víctimas de acoso sexual por parte del historiador Pedro Salmerón, deben presentar las denuncias correspondientes ante la autoridad investigadora.
Este fue el llamado que hizo el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador al ser cuestionado una vez más por los medios de comunicación acerca de las inconformidades y críticas surgidas en contra de quien fue postulado por él para representar a México en la embajada de Panamá.
«Yo creo que tenemos que ir todos presentando denuncias ante las autoridades competentes y no quedarnos sólo en la denuncia pública, hay condiciones para denunciar judicialmente a quien comete un abuso, un ilícito, todos tenemos que ayudar, porque si no son campañas que se pueden echar a andar y no se actuaría con justicia, no se puede juzgar a nadie si no existe un proceso de conformidad con la ley, si no hay pruebas», resaltó el presidente.
López Obrador estimó que si persiste el señalamiento público en agravio de algún opositor o cualquier persona que no sea bien vista, sin que haya una denuncia, se convierte en un linchamiento.
Agregó que lo más conveniente en este caso es que las víctimas presenten las denuncias y la autoridad ministerial resuelva.
«Son campañas de linchamiento; entonces, no, denuncia. Eso es lo más conveniente. Ahora han tomado más fuerza (estas denuncias), porque hay intereses políticos, como en todo (…) ellas tienen que presentar sus denuncias y acudir al Ministerio Público y con toda la protección señalar lo que sufrieron, padecieron y la autoridad competente tiene que resolver, pero no juicios sumarios, no y más cuando se trata cuando se trata de asuntos políticos en estos casos», remarcó el jefe del Ejecutivo federal.
El presidente señaló que Pedro Salmerón siempre ha tenido diferencias políticas en la academia cuando estuvo en el ITAM y más tarde, en el Instituto de Estudios sobre la Revolución Mexicana al emitir una opinión sobre La Liga 23 de septiembre que lo llevó a renunciar.