Usain Bolt y Michael Phelps han sido los reyes de unos Juegos Olímpicos que han tenido otras muchas estrellas que han hecho historia
Río de Janeiro, Brasil
Agencias
Usain Bolt: el rey de la pista
El jamaicano ha vuelto a ser en Río de Janeiro el rey del atletismo al ganar por terceros juegos consecutivos los 100 metros lisos, a lo que añadió el oro en los 200 lisos y en el relevo 4×100 con Jamaica. Usain Bolt sigue en el Olimpo del atletismo aunque no corrió tan rápido como en Londres o en Pekín.
Michael Phelps: el nadador eterno
El Tiburón de Baltimore se ha convertido en Río en el deportista olímpico con más medallas de oro -23- en su palmarés después de ganar cinco medallas en las pruebas de natación. Michael Phelps venció en los 200 mariposa y los 200 estilos, y contribuyó de manera decisiva a que Estados Unidos ganara las tres pruebas de relevos. Solo se le resistieron los 100 mariposa, donde logró la plata junto a sus grandes rivales Chad Le Clos y Laszlo Cseh.
Katie Ledecky: la nadadora inalcanzable
La norteamericana ha sido la reina de la natación con cuatro medallas de oro y una de plata. A sus 19 años, Ledecky dominó los 200, 400 y 800 libres, superando a sus rivales de manera insultante con varios segundos de diferencia. La norteamericana estableció además dos récords del mundo en los 400 y los 800 libres.
Mo Farah: el fondista insaciable
El atleta británico agrandó su leyenda olímpica al ganar por segundos juegos consecutivos el oro en los 5.000 y los 10.000 metros. Farah, somalí de nacimiento, demostró de nuevo que nadie puede ganarle en una carrera disputada al sprint.
Simone Biles: una gimnasta de otra galaxia
La norteamericana fue la estrella indiscutible de las pruebas de gimnasia al ganar cuatro medallas de oro y una de plata. Biles, de solo 1,45 metros de altura, ganó el concurso completo y por equipos, así como las pruebas individuales de salto y suelo.