Lanzan cortinas de humo
Jacinto López Cruz jaclop62@hotmail.com Si bien es cierto que uno de los principales problemas que enfrentará tenazmente Arturo Núñez Jiménez una vez que asuma la gubernatura el uno de enero de 2013 es el desempleo como pieza fundamental para la estabilidad económica de cientos de familias que a decir de los conocedores ha sido coadyuvante […]
5 de octubre de 2012

Jacinto López Cruz
jaclop62@hotmail.com

Si bien es cierto que uno de los principales problemas que enfrentará tenazmente Arturo Núñez Jiménez una vez que asuma la gubernatura el uno de enero de 2013 es el desempleo como pieza fundamental para la estabilidad económica de cientos de familias que a decir de los conocedores ha sido coadyuvante en el crecimiento de asaltos y robos a transeúntes y casas-habitación en la entidad, el tema de la seguridad pública estatal debe de ser revisado y atendido con prioridad, dado que aprovechándose de las circunstancias actuales, con la incursión de la alta delincuencia se pretende crear un caos y desorden “ficticio” cuando son ellos mismos los que lo están generando.

Como cada sexenio la renovación del alto mando de la ahora secretaría de Seguridad Pública estatal (antes dirección general), siempre trae acciones colaterales en el sentido de que quienes integran la cúpula policial comiencen a mover los hilos conductores de la sucesión ante la posibilidad de perder sus posiciones de canonjías y privilegios, mientras que los que están abajo y se sienten con derecho para ascender en el organigrama también hagan lo propio, es decir los grupos de intereses que no se puede obviar de que existe al interior de cualquier corporación policiaca, comiencen  a tejer o destejer los hilos de la madeja para medir la capacidad de “negociación”, “persuasión” ,  “debilidad” o “fortaleza” del gobernante en turno, las cuales se vieron reflejadas en los tres últimos sexenios al ponerlos a prueba; en el caso de Roberto Madrazo una vez en el poder le tomaron la Quinta Grijalva y exigieron la destitución del general Requena y así Roberto Vidal se convirtió en el director general;  Manuel Andrade Díaz para no meterse en enredos se comprometió con los propios policías, de que sería uno de ellos, que se hiciera cargo de la dependencia, y de esa forma un policía de “carrera” como Juan Cano Torres  (actualmente preso en Puente Grande, Jalisco) se hizo titular de Seguridad Pública y con ellos su grupo, desplazó a otro de los grupos, cuyos elementos momentáneamente se fueron al ostracismo, pero que revivieron con el granierismo.

Una vez que Andrés Granier ganó la gubernatura,  el grupo de “la hermandad” que ya se venia moviendo en el ámbito político,  y cuya exigencia iba en el sentido de que se respetara la línea sucesoria para que el entonces segundo de a bordo de Juan Cano, Alberto Javier Arias (a) El Pajarito se hiciera cargo de la Secretaría,  no lograron concretar sus planes por varias razones, entre éstas, que ya los venían investigando por enriquecimiento ilícito; por el surgimiento de la delincuencia organizada  que irrumpe con fuerza en el último año de gobierno de Andrade y porque de acuerdo a los lineamientos del gobierno federal, las secretarías de Seguridad Pública en los estados estaría a cargo de miembros del Ejército Mexicano y por esa razón el ahora extinto general, Francisco Fernández Solís, quien ya había sido comandante de la 30 zona militar se hizo cargo de la Secretaría de Seguridad Pública, pero casi inmediatamente fue objeto de un atentando por un grupo de sicarios a su salida del hotel Calinda Viva, y de ahí fueron involucrados los miembros de la llamada hermandad, varios de ellos estuvieron presos, y salvo Juan Cano que sigue en prisión, los demás fueron absueltos de sus ligas con la alta delincuencia, y ya andan en completa libertad, aunque se conducen con perfil bajo.

Toda esa serie de acontecimientos policiacos a lo largo de tres sexenios, aunado a la incursión de la alta delincuencia en el estado, pretende ser usado como coartada perfecta por el actual subsecretario de Prevención y Readaptación Social del Estado de Tabasco, Lenin de la Rosa, para intentar crear una parafernalia y echarle la culpa de lo que él mismo viene fraguando a otros elementos policiacos, todo ello a espaldas del Mayor Sergio López Uribe, actual secretario de Seguridad Pública, quien conocedor de todo el procedimiento policiaco y en base a las indicaciones del gobernador del estado, Andrés Granier Melo ya se prepara para entregar el mando de manera institucional a la persona que designe el gobernador electo de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, porque sabe que su ciclo al frente de esa dependencia pronto concluirá, de tal suerte que a quien más le conviene entregar en orden el cuerpo policiaco es a López Uribe, con muchísimos años de carrera policial y quien sustituyó en el mando al general Fernández Solís, una vez que éste renunció a su cargo por motivos de salud, ya que una esquirla de bala a consecuencia del atentado se le había alojado cerca del ojo y tuvo que ser sometido a varias operaciones.

No se puede negar que los grupos de poder dentro de la corporación policiaca ya se mueven, como se movieron en el pasado en contra de los otros gobernadores, tampoco se puede cerrar los ojos a la realidad,  pero así como hay policías empecinados en poner obstáculos o pretenden probar al mismo gobernador Núñez para ver cual es su fuerza, también al interior de la corporación  hay mandos y policías de carrera, de la tropa para que se entienda en buen castellano, que están prestos a defender a su propia institución y no están dispuestos a participar en las  perversiones policiacas para desestabilizar al gobernador y por supuesto al estado de Tabasco, de tal forma, que ellos están dispuestos a colaborar, a trabajar con la persona que el propio mandatario electo designe como secretario de Seguridad Pública estatal, por lo que quienes perversamente están planeando una asonada, deben de pensarlo, dos y tres veces porque si creen que Núñez llegará con los ojos vendados, pues se van a equivocar, porque si hay alguien que en este momento tiene la información confidencial de adentro, de como se encuentra realmente la corporación y de las cosas delicadas que están pasando en la entidad, es precisamente él.

Pues bien, el actual subsecretario de Prevención y Readaptación Social del gobierno del estado, Lenin de la Rosa, apostando a ocultar todo el lodazal que se cierne sobre sus espaldas, cuando de sus hermanos se hizo multimillonario, surtiendo carne, comestible y hasta licor no solamente en el Creset sino en todos los centros penitenciarios, que ese es su talón de Aquiles, ha iniciado una embestida en contra de algunos elementos policiacos para intentar culparlos de la desestabilización que el mismo fragua para poder subsistir dentro de la corporación policiaca, pero que grave pifia cometió pues más tardó en ponerlos en práctica al surtir presuntamente de información de primera mano a alguien del medio, que en ser descubierto en sus mezquinas intenciones, porque su grueso expediente ya está donde debe estar y por lo tanto no pasará, así siga pretendiendo manchar de lodo a quienes precisamente lo investigaron desde su pasado, hasta su presente.

En su afán de congraciarse con el gobernador electo, para subsistir dentro de la corporación policiaca, Lenin de la Rosa, no ha dudado en gritar “al ladrón, al ladrón”, cuando él tiene embarrada las manos de estiércol y suciedad, porque una minuciosa investigación en torno a sus propiedades, antes de y ahora que funge como subsecretario de Prevención lo terminaría de hundir y sería carne de presidio, por eso precisamente está preocupado, quiere confundir, difunde, lanza al aire, que otros policías prepararan la embestida en contra del gobernador Núñez, cuando él es uno de los cabecillas de la incipiente revuelta que efectivamente se fragua, pero que será aplacado por el mayor Sergio López Uribe, quien siguiendo las instrucciones institucionales se prepara para entregar en orden el cuerpo policiaco, tomando en cuenta, que el horno no está para bollos, que los verdaderos policías deben ser disciplinados, deben permanecer subordinados a sus mandos, pues los enemigos reales de la sociedad está afuera y no adentro de la misma corporación y por lo tanto desde la tropa hasta los altos mandos deben mantenerse atentos y vigilantes hasta que se designe al nuevo secretario de Seguridad Pública estatal, sin causar problemas.

Ahora si creen algunos mandos de la policía que ven amenazados sus intereses al interior de la corporación que van a sorprender al gobernador electo con una revuelta, no será así, porque el gobierno de la alternancia es visto con buenos ojos por el grueso del cuerpo policiaco y es indudable que habrá mandos policiacos que saldrán a defender la camiseta, de allí que lo vaya pensando muy bien Lenin de la Rosa y su camarilla si quieren seguir lanzando cortinas de humo y culpando a otros de lo que ellos viene fraguando, porque van a fracasar,  porque la información fidedigna de como se están moviendo ya está donde debe de estar.

Ojitos
Raúl Gustavo Gutiérrez Cortés el famoso Colorado todavía presidente municipal de Tenosique, sudó frío, y se le escurrió el agua hasta lo más recóndito de su ser, parecía arbolito de navidad  cuando ante cientos de personas que se habían congregado para recibir al gobernador electo, Arturo Núñez Jiménez el candidato perdedor a la alcaldía de ese municipio por el Partido de la Revolución Democrática, Juan Alonso Huerta, lo acusó públicamente micrófono en mano, que era un traidor, que había traicionado los ideales de su propio partido pues no solamente había trabajado en su contra para que perdiera,  sino que también hizo lo mismo en contra del gobernador Núñez. La rechifla de los perredistas no se hizo esperar, el traidor del colorado pronto saboreo el desprecio de los perredistas, quienes ante la acusación de Juan Alonso, le gritaron: “fuera, fuera, traidor, chaquetero”, no cabe dudas que las traiciones políticas se pagan con el desprecio de la militancia.

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