La prensa
El periodismo mexicano, decía Guillermo Prieto en el Constituyente del 56, no puede juzgarse por dos o tres bribones sino por dos o tres que han sabido cumplir un compromiso no escrito. Gastón GarcíaCantú/ En Los Pinos Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com El discurso que el secretario de Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta, pronunció el pasado 21 […]
26 de marzo de 2013

El periodismo mexicano, decía
Guillermo Prieto en el Constituyente
del 56, no puede juzgarse por dos o tres
bribones sino por dos o tres que han
sabido cumplir un compromiso no
escrito. Gastón GarcíaCantú/ En Los Pinos

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
El discurso que el secretario de Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta, pronunció el pasado 21 de marzo, aniversario de natalicio del Benemérito de las Américas, es uno de esas piezas oratorias desafortunadas que no faltan en la historia política.

Ninguna necesidad tiene el responsable de la política interna del gobernador Arturo Núñez Jiménez de parecer ante sus enemigos políticos como el rompedor del Pacto Político en el que el mandatario basa el principio de unidad que su gobierno requiere,

Y mucho menos hacer pensar, más allá de lo que se piensa, que no se entiende el papel de la prensa en el medio político y se juzga con el mismo rasero a “dos o tres bribones” que a todos los que hacen de ayudantes de la historia, los que escriben la historia cotidiana.

No se pueden andar abriendop varios frentes de una guerra que Núñez, más que nadie, no necesita.
La verdad, al través del llamado Pacto Político, la sociedad tabasqueña estaba sanando las heridas, perdonando las inconveniencias surgidas contadores públicos, notarios, abogados y otros sectores que graciosa y oficiosamente se pretende involucrar en el saqueo del sexenio pasado.

En realidad, insisto, no se debe avivar los viejos agravios de la sociedad y, lo que en este espacio importa, de la prensa.
Generalizar: “Por ello no somos ajenos a los cuestionamientos que nos seguirán formulando la sociedad civil, los medios de comunicación y los partidos políticos, aunque de ninguna manera aceptaremos ser ni espectadores ni cómplices de los desórdenes e irregularidades cometidos por quienes están plenamente identificados por la opinión pública. Tampoco aceptaremos emitir decisiones autoritarias ni precipitadas para resolver de manera superficial lo que requiere una ingeniería política de fondo”, puede mal entenderse. Quizás se esté mal entendiendo..

Cierto, el pueblo ha demandado al Gobierno y la prensa lo ha dado a conocer en parte que ya se “comience a tomar acciones”. Es necesario, pues, descodificar lo que dijo: “En este sentido, dejamos muy en claro que distinguimos entre la crítica objetiva e imparcial de los ciudadanos, que han hecho sentir su urgencia para que el gobierno comience a tomar acciones, y aquéllas voces enteradas que hoy exigen cuentas y señalan culpables, sin reparar que en el pasado se mantuvieron calladas, ya sea por conveniencia al formar parte del régimen de privilegios o que se abstuvieron de denunciar los ilícitos para no confrontarse abiertamente con los poderosos”.

A “las voces enteradas” que “en el pasado se mantuvieron calladas”, a pesar de que ahora le sirven a Tabasco y al gobernador Arturo Núñez al no dejarlo solo gritando contra los que llama saqueadores, está por demás que se le califique de doble moral.

En parte tiene razón Ojeda, pero por encima de esas fallas está el interés que el representa, el de Arturo Núñez, que es el interés de Tabasco: “Si comparamos la actitud de estas voces con el ideario republicano, sobrio y congruente de don Benito Juárez, detectamos una doble moral que no es compatible con la depuración de la vida pública y con la restauración democrática que requiere nuestro sistema político”.

Difícil un discurso que encriptan los propios enemigos.
Muy difícil entender: “No es lo mismo haber sido un ciudadano o empleado público que vivió la zozobra de la exclusión o el despido, que aquél funcionario de alto nivel que participó premeditadamente en la protección de las decisiones irregulares; el que toleró el desvío de recursos a sabiendas del enorme perjuicio causado a la hacienda pública; o de aquél amanuense que planeaba estrategias para engañar y confundir a la opinión pública”.

Ojalá y quienes desde adentro quieren mantener el enfrentamiento recapaciten que no es CROZ ni ningún otro funcionario el objetivo primario de este cambio de actitudes en el Gobierno. Que cualquier desafortunado hecho retrasa más la acción que desde el gobierno encabeza Arturo Núñez Jiménez.

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