Por Ferdusi Bastar Mérito
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La desaparecida Laguna de la Pólvora cubría un bajo convertido en aguas negras y desechos del rastro de la ciudad que se ubicaba arriba de lo que ahora es el restaurante Leo, al que se entraba por la calle Antonio Rullán Ferrer o Mayito. Esta laguna cubría la ahora Colonia Municipal y Paseo Tabasco. Uno de sus brazos llegaba a los espaldares de lo que fue el Hospital Civil y ahora es la Secundaria Concha Linares, y otro, por la calle
Arista, casi llegaba a 27 de Febrero provocando que en las crecidas grandes el agua llegara a la Plazuela del Águila, que debe su nombre a que en la esquina de 27 de Febrero y la calle Hidalgo, donde ahora hay un rincón de trovadores, se ubicaron oficinas de la Compañía El Águila que distribuía petróleo y sus derivados.
La actual calle Pedro C. Colorado era una península que se adentraba en esta laguna y al final de ella, en lo que hoy son las oficinas de la C.F.E., en el siglo XIX existió un depósito de pólvora, o polvorín, ubicado al centro de la laguna, lo que provocó que se le llamara Laguna de la Pólvora o del Polvorín, desconociendo como se le llamó anteriormente.
Esta laguna desaguaba al rio Grijalva por el Zanjón de Zaragoza, que se ubicaba exactamente en lo que hoy es la calle José Guimond Caballero, paralela al actual Paseo Tabasco, y por este mismo zanjón desaguaba también lo que fue la Laguna de Mayito, cuyos restos hoy mal llaman de La Pólvora.
En la esquina de las calles Ocampo y José Guimond Caballero, estaba el Puente Zaragoza, para cruzar el Zanjón del mismo nombre, en el camino que conducía a la Fábrica de Jabón Mayito, propiedad de don Antonio Rullán Ferrer, que se localizaba en una pequeña loma, cubierta hoy de casas, frente al Cicom, a la derecha del periférico, antes de llegar a la calle Esperanza Iris que sube al Mercado de la Sierra. Esta pequeña loma estaba rodeada de la Laguna de Mayito, también desaparecida, de la que queda un pequeño laguito en el mal llamado Parque de la Pólvora.
Sobre la calle Ocampo, poco antes de llegar a Paseo Tabasco, estaba una pequeña plazoleta, llamada del Paso del Centenario, y desde donde termina la calle Independencia, donde fue la fábrica de jabón de don Antonio Galán, partía una pequeña calle de tierra, de una sola cuadra, que terminaba en el Paso del Centenario y que a su izquierda tenía casas de madera de palafitos, sobre el barranco, y a la derecha los espaldares o patios de las casas de la calle Ocampo.
Fue en 1941, durante el gobierno del Lic. Francisco Trujillo Gurría, que se trajo una draga que colocó sus ductos sobre el Zanjón de Zaragoza y rellenó la Laguna de la Pólvora. Posteriormente el Lic. Carlos A. Madrazo amplió Paseo Tabasco hasta el Malecón, derribando unas casas en 27 de Febrero, frente a lo que hoy es la Catedral de
Tabasco.
Finalmente recuerdo que pasando el Puente de Zaragoza, había un atracadero de trozas, árboles que bajaban por el rio y se encadenaban para ser aserrados. Estas trozas nos servían a los chamacos de la época como trampolín, cuando íbamos a bañarnos al rio. En este mismo lugar estuvo la planta de energía eléctrica de la ciudad y hoy es ocupado por la Escuela de Arte.