La salida de Roberto Villalpando una señal de alerta

Humberto Iduarte
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El día de ayer, al mediodía, se dio a conocer la renuncia del alcalde de Macuspana y sus 11 regidores. Desde hace ya tiempo, casi del inicio de su administración, Roberto Villalpando se encontraba sumido en el escándalo tanto administrativo como personal. Se hablaba de su incapacidad para gobernar y sus múltiples distractores. Esta salida del edil de Macuspana envía una señal a los demás alcaldes que están en el filo de la navaja por sus dudosas actuaciones.

Esta salida no fue gratis, es solo la consecuencia de su insolvencia e irresponsabilidad del ahora expresidente municipal para gobernar su municipio.

El ruido causado por el recurrente abandono de sus labores como alcalde, las graves acusaciones de corrupción, sus constantes viajes, la exhibición de su vida privada, colocaron al edil en la mira de quienes desde sus posiciones sabían que esto demeritaba y exhibía gravemente al partido que representaba (Morena) y se llevaba de corbata, como se dice coloquialmente, hasta al propio presidente de la república por ser originario de ese municipio.

Todo ello provocó que el partido Morena y sus dirigentes, ordenaran lo que hoy se conoce: su salida por la puerta trasera de su trabajo.

Este municipio tiene mala suerte, es un lugar en que pocos ediles han honrado su permanencia. Están salados los tumbas patos podría decirse pero “la culpa no es del indio, sino del que lo hace compadre” dice viejo dicho popular.

Ni caso tienen los de Macuspana de quejarse, ahí está el claro ejemplo de Cuco Rovirosa quien la gente lo llevó a ganar dos veces la presidencia a pesar de su desastroso trabajo en la primera vez que gobernó y salió incluso, con su cuenta reprobada: lo mismo pasó en segunda gestión en que su cuenta fue reprobada otra vez, pero habrá consecuencia.

Se queda el PRI con el Congreso de la Unión
Y que siempre sí. El PRI dirigirá la mesa directiva del Congreso de la Unión, esto según el acuerdo que Mario Delgado tuvo con la nueva mesa directiva.

Increíble. Hay una frase que utilizó Gerardo Fernández Noroña refiriéndose a su compañero presidente López Obrador a como él lo llama “Mi general, para que entregar la plaza a los reaccionarios si ya la tenemos ganada” y eso fue exactamente lo que sucedió.

Solo hay que observar lo que sucedió aquí en Tabasco con los comentarios acres, irrespetuosos y perversos de sus lideres priistas y perredistas sobre el informe del presidente.

Esto a pesar de que 72 horas antes, López Obrador mandaba un mensaje claro y preciso a los legisladores de su bancada, “hay que respetar los acuerdos hecho al inicio de los trabajos de la 64 legislatura, la mesa directiva le toca a la primera fuerza, el año siguiente al PAN como segunda fuerza y al PRI como tercera fuerza” una instrucción precisa pero que no garantizaba actos inmorales como sucedió durante la permanencia del PAN al frente de esa mesa directiva.

El presidente honró su palabra y ayer quedó instalada la nueva mesa directiva con Dulce María Sauri Riancho como presidenta. Para llegar a este acuerdo, el pasado martes por la noche, Mario Delgado dijo que había condicionado al PRI que, si se comporta con institucionalidad, le darían los votos necesarios para que pudiera presidir la Mesa Directiva, órgano que regula los debates y las votaciones. La JUCOPO la seguirá manejando Morena.

A pesar de lo hecho por el presidente, aquí las critica e insultos emanadas de la oposición hacia su persona estuvieron a la orden del día y fuera de lugar. De esto ya ni qué.

Saltan preguntas: ¿Mereció el PRI esta cesión? ¿Respetaran el pacto? En lo particular lo dudo y mucho. Lo que si se ve es que este cambio cameral, muestra un punto de quiebre en la cuarta transformación. Seguramente habrá una división interna debido a que este suceso en nada contribuyó a la unidad de sus simpatizantes.

Es posible que se haya abierto con este sismo una brecha con los que creen ciegamente en López Obrador por la interpretación que se ofreció con esta entrega de la plaza.

Remate.- El ganador y que sumó en esta disputa se llama Gerardo Fernández Noroña. Creció su imagen y liderazgo indiscutiblemente.