La Agenda
Estas fechas harán vibrar a López Obrador Humberto Iduarte humbertoiduarte49@gmail.com Ayer sin querer queriendo me llegó a mi teléfono el acto que presidió el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezando el 172 Aniversario de la Gesta Heroica de los Niños Héroes de Chapultepec. La llegada al altar a la Patria era flanqueado por los Secretarios […]
14 de septiembre de 2019

Estas fechas harán vibrar a López Obrador

Humberto Iduarte
humbertoiduarte49@gmail.com
Ayer sin querer queriendo me llegó a mi teléfono el acto que presidió el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezando el 172 Aniversario de la Gesta Heroica de los Niños Héroes de Chapultepec. La llegada al altar a la Patria era flanqueado por los Secretarios de la Defensa Nacional, Luis Sandoval, y de Marina, Rafael Ojeda.

Tras saludar a la bandera nacional, las Fuerzas Armadas rindieron honores al Presidente en su calidad de Comandante Supremo y con el pase de lista que el presidente hizo de los niños héroes, dio inicio a una serie de cañonazos de salva.

El Gabinete legal y ampliado lo acompañó, estando también los presidentes de las Mesas Directivas del Senado y de la Cámara de Diputados, y el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El discurso oficial en voz de una joven cadete fue impresionante, tan es así, que el propio Andrés Manuel López Obrador se mostró más que emocionado al recibir el saludo de la representante de la juventud militar.

No me cabe la menor duda que el día mañana, 15 de septiembre por la noche, al dar el llamado “Grito” de Dolores, el presidente López Obrador vibrará muy a sus adentros, y seguramente, sentirá una gran emoción como ningún mandatario en estas últimas décadas la ha sentido.

La pobre imagen de la Policía Federal
Lo que sucedió en la CDMX el día de ayer sirvió para conocer como una autoridad que está para servirle al pueblo, se convierte de repente en su peor enemigo.

Lo que parecía desde hace algún tiempo una simple cuestión de eliminación de nombre y procedimiento de la policía federal, ésta resultó un conflicto de verdaderos intereses económicos, pero, sobre todo, de las nuevas tareas a desempeñar.

Los años en que el ciudadano común observaba el proceder y el significado de un policía federal de caminos, que por razones obvias atemorizaban al verlo ocultos en los caminos de México para de inmediato prender sus torretas y darle alcance, era terrorífico.

La alta multa era un mito, ni se conocía, pero la actitud del agente, impresionaba. Escuchar de repente el sonido de la torreta, hasta se le erizaba a uno el pelo.

Esa figura del vigilante de los caminos, el de sorprenderte, es la que se nos quedó grabado desde los años setentas, de la hoy, tan cuestionada Policía Federal.

Uno preparaba de inmediato la clásica “mordida” so pena de quedarse varado a mitad del camino. Ya lo demás, que supimos y que se manejaba en medios de comunicación de que una gran parte de esa institución tenía nexos con el crimen organizado, ya se veía venir como algo natural en esos agitados tiempos en que la corrupción formaba parte del quehacer público.

Supimos hace poco, de su gran descontento al conocer las nuevas instrucciones presidenciales de que la Policía Federal desaparecería, y que ciertos elementos, los más honestos y capaces, se quedarían y formarían parte de la nueva Guardia Nacional.

Con ese parteaguas se creía que se terminaban los privilegios para esta corporación. Los hoteles, alimentos, viáticos y las transas eran parte de la historia.

Pensábamos en las presiones de aquellos descontentos que se manifestaron frente a su corporación ubicada en periférico sur, cerrando el paso a esa vital vía, y que crearon con ello un caos vial, sirvió para que el ciudadano común sorprendido juzgaba hasta que nivel esa policía había llegado.

El ofrecimiento del gobierno era una liquidación digna y suficiente. Mucho más de lo que merecían.

No hubo por parte del gobierno intentona de hurgar sus expedientes y acusarlos y castigarlos de todo lo que de ellos se sospechaba. Era finiquitar en santa paz la tan señalada policía.

Pero nos equivocamos, y le perdimos la pista a los liderazgos de protesta que se armaron. Hasta ayer volvimos a saber de ellos y conocimos de que están hecho y de los malandros que son.

Les comento los hechos: ayer, un grupo de alrededor de 50 elementos federales que se oponen a ser parte de la Guardia Nacional, bloquearon el Boulevard Puerto Aéreo, a la atura del Metro Terminal Aérea, cercana a la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

La mala saña de estos agentes premeditó el de dañar a la gente inocente que esa tarde se trasladaba a tomar su vuelo.

Cerraron todas las vías posibles. Lo de la vigilancia extrema que se hizo en el metro de la ciudad, fue el colmo de las cosas. Ahí, sin ninguna autoridad ni autorización, detenían a los que según ellos pintaban como pasajeros de aerolíneas y les exigían que vaciaran sus pertenencias para buscar un pase de a bordo y cerrarles el paso. El caso era dañar.

Los elementos, todos ellos vestidos de civil, bloquearon además el Circuito con dirección a la Raza y el acceso a la rampa de la Terminal 1. Impedían el paso a los ciudadanos dañando a terceros.

Los federales, calificados por sus compañeros como parte de la «ala radical», optaron por bloquear este punto para exigir una indemnización por su trabajo en la corporación en proceso de extinción.

Otros, que no aceptaron el bloqueo como medida de presión, dividió al grupo. El daño que se le hizo a la ciudadanía fue irreversible pero aparte del daño, la poca imagen de decencia que quedaba de esta policía, se terminó yéndose al caño. Dejar la corrupción cuesta y les duele mucho.

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