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La encrucijada de los medios de comunicación Humberto Iduarte humbertoiduarte49@gmail.com El día de ayer, por primera vez en las mañaneras de Andrés Manuel López Obrador, el panorama de los medios de comunicación entró en verdadera crisis desde el punto de vista de la función que deben de desempeñar ante la sociedad. La acusación directa del […]
23 de julio de 2019

La encrucijada de los medios de comunicación

Humberto Iduarte
humbertoiduarte49@gmail.com
El día de ayer, por primera vez en las mañaneras de Andrés Manuel López Obrador, el panorama de los medios de comunicación entró en verdadera crisis desde el punto de vista de la función que deben de desempeñar ante la sociedad.

La acusación directa del presidente de que los medios que no apoyan la 4T, no actúan con rectitud, es grave, muy grave y no porque no existan medios que estén a favor de este cambio de régimen, la cuestión es que, en este oficio, tienen que haber contrapesos de opiniones y de análisis de aquellos que conforman este universo de medios tradicionales y digitales.

Se entiende la postura del presidente en cierta forma, y es que muchos de los medios en los sexenios anteriores lo hicieron trizas.

La llamada “mafia del poder” a como la calificó López Obrador, traía consignas muy claras y precisas. Impedir el arribo del tabasqueño a la presidencia. Los riesgos eran demasiados y los intereses muchos más.

La llegada después de la pasada elección del 2018 hizo que estos grupos de alto potencial económico les doliera y desde el 1 de diciembre se hicieran los anuncios de lo prometido en campaña, el más relevante, la cancelación del NAICM. El principal proyecto en el que clase política de élite, habían apostado todo o una gran parte de sus capitales.

Desde esa fecha se desató los ataques de columnistas, analistas, conductores de televisión, diarios, televisoras, y debido a que algunos inclusos, eran parte de ese negocio con sus aportaciones de acuerdo con sus “ahorros” por lo que desde ese tiempo rabiosamente increparon al presidente y a su plan de gobierno.

Es de entender que no sería tarea fácil la de AMLO de ir contracorriente por todo lo que se heredaba de tres malos gobiernos continuos, pero había que hacerlo. No le quedaba de otra al presidente.

Las mañaneras, un concepto que a nivel presidencial era novedoso, permitió una interconexión entre la presidencia y los medios. Una forma diferente que pareciera ser que sería exitosa por la forma en que el presidente la llevaba.

Con el tiempo, esta relación se fue devaluando, el respeto a la figura presidencia se fue perdiendo y eso era preocupante.

Las preguntas eran en cierta forma controladas, y estas las seleccionaba el propio Andrés Manuel López Obrador, pero a medida del paso de los días la distancia se fue peligrosamente acortando y las irrupciones eran cada vez más seguida.

Ayer, a punto de terminar su conferencia, el periodista del “Proceso” Arturo Rodríguez lo cuestionó por propiciar la impunidad con su política de “punto final”.

La polémica se abrió porque Arturo Rodríguez, le habló sobre la probable vinculación de Ricardo Salinas Pliego en el caso Fertinal, un caso investigado por el jurídico de Pemex, según las fuentes, y que estando el de televisión Azteca bajo sospecha, no se explicaba porque formaba parte del consejo de la presidencia.

AMLO respondió que no hay denuncia en contra de Salinas Pliego, lo que significa que no se le investiga. Remató todavía “Si no hay denuncia en lo judicial no podemos nosotros descalificar a nadie, nosotros vamos a actuar con apego a la legalidad, he dicho que si hay denuncias deben de proceder, no tapar absolutamente nada”.

Y volvió a recalcar en no “mirar hacia el pasado”, ni realizar “persecuciones políticas” ya que eso “no es bueno”, es mejor “mirar hacia adelante” aunque aclaró que “si el pueblo lo pide” lo haría.

Este tema le provocó gran enojo en contra los medios de comunicación advirtiendo que “quienes no apoyan la Cuarta Transformación emprendida por su gobierno no actúan con rectitud”.

Y de ahí en adelante se fue en contra de la revista Proceso, porque a pesar de que muchos reconocimos que era la principal revista que apoyaba el cambio necesario de este país, él dijo que, “no se portó bien con nosotros” y amenazó con abrir una investigación sobre los medios que se portaron bien y los que no durante el periodo “neoliberal”.

“Estamos viviendo una etapa nueva porque ahora sí hay más periodismo de investigación, porque pasó de noche el periodo neoliberal, todo el periodo de saqueo, de pillaje, ahí, están en falta los medios. Con todo respeto”.

López Obrador se fue directo en contra “la revista “Proceso” por ejemplo, no se portó bien con nosotros. No es reproche”.

El periodista Arturo Rodríguez le respondió que el papel de la prensa no es “portarse bien” con nadie y el presidente le respondió: “No, pero estábamos buscando la transformación”.

López Obrador sentenció que “todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones”, y deben tomar postura, no ser neutrales, no limitarse a “analizar la realidad, a criticar la realidad”.

Lo que debe hacer el periodismo es buscar “transformar la realidad” y tomar postura, tomar partido. Una sugerencia que desde mi punto de vista está fuera de contexto. Y sigue “Usted quiere que se editorialice, pero solo a su favor, presidente”, le respondió el reportero.

Fue entonces que López Obrador advirtió que sería “interesante” hacer una “investigación” sobre los medios que se “portaron con rectitud” y los que no lo hicieron durante el “periodo neoliberal”, que para él abarca los últimos 6 sexenios.

Con todo lo expuesto, queda la pregunta: ¿quiénes fueron los medios que se portaron con rectitud? Valdría la pena conocerlos aquí en Tabasco, y allá en la capital.

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