Evaristo, en caída libre

Humberto Iduarte
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Después de la sentencia cifrada del presidente Andrés Manuel López Obrador acerca de la pretensión del presidente municipal de la capital del estado de Tabasco, Evaristo Hernández Cruz, de vender el actual palacio municipal y concesionar el agua potable, así como construir otro nuevo palacio municipal a 14 kilómetros de la ciudad, los dividendos calculados en la mente del edil municipal se han venido abajo estrepitosamente.

En una reacción del político, que, ante tamaña temeridad y osadía, no importándole el mensaje del presidente que ha estado enviando desde el pasado 1 de julio del 2018, al fin parece ser que lo entendió, quizá porque se lo dijeron directamente.

Era imposible que tratara de ir en contra de las propuestas nacionales que se siguen ventilándose a los cuatro vientos desde el palacio nacional, sin que AMLO variara su discurso.

No entendió, o eso quiso dar a entender, a su supuesto líder ideológico y continúo haciendo lo que se le pegaba en gana, en base de locuras y de ocurrencias tal como lo acostumbraba en el pasado.

Evaristo sabe que de no hacer caso sería un suicidio político contravenir esas instrucciones. Él lo sabe y por ello cambió la jugada, pero no el fin.

El pasado domingo observamos como en el Paseo Tabasco, el día del “domingo familiar de río a río” (algo así se llama) que consiste en cerrar la principal arteria de la ciudad para que las familias se ejerciten, las cosas ese día fueron diferentes.

Desde antes presenciábamos que el propósito de este programa resultaba ser un completo fracaso debido a las altas temperaturas que prevalecen en la entidad y no permiten disfrutarlo como se debiera.

El programa que además resultó una gran molestia por el corte vehicular que cortaba literalmente la ciudad en dos y que disgustaba a cientos de conductores por la poca afluencia de personas en ese cierre.

Pero este programa ahora si lo supo aprovechar el edil al hacer una convocatoria disfrazada y dirigida a los trabajadores del ayuntamiento para que éstos se hicieran pasar por ciudadanos que iban a ejercitarse y que al final fueran usados para una marcha a favor de Evaristo.

Lo grave de todo este circo es que el memorándum que fue dirigido a los directores, coordinadores y cabildo obligaba ir a los trabajadores pero ese memo fue filtrados por quienes ahí trabajan y que disgustados fueron obligados a ir ese día de su descanso.

Este escrito en su contenido les solicitaba a los directores, coordinadores y jefes de cientos de trabajadores que tenían que presentarse en el sitio de reunión convocado dizque a “ejercitarse” sabiendo que su presencia sería usada para externar una supuesta “unidad” hacía el presidente. Pero el circo quedó al descubierto.

La otra jugada que hizo fue la de acudir, otra vez a conocido programa matutino para exponer que “se hará un nuevo estudio para saber si el actual se construye en el mismo lugar o en otra parte, pero la decisión final será a través de una consulta popular”

Esto demuestra una vez más de que está hecho Evaristo y sobre todo, de la terquedad que lo caracteriza y que tiene como fin ahora, el derrumbar y construir un nuevo palacio a costa de lo que sea.

¿Hasta dónde puede llegar esta necedad? Vamos a analizarla, eso de exponerse a como él dijo a una consulta popular puede cobrarle más facturas de lo que pueda pensar. Si todavía cree que los delegados municipales son manipulables, está en un grave error. No quiere entender que la opinión publica generalizada ya no está a su favor.

Si fracasa, la gente sabrá del empoderamiento que tiene y puede resultarle que más adelante esta misma gente le exija su renuncia.

Ahora bien, con respecto a los argumentos que se usan en medios de que la ciudadanía y los servidores públicos que ahí trabajan, corren graves riesgos porque la vida útil del palacio ya llegó a su fin, este argumento que hoy se explota en medios nos hace preguntamos ¿porque razón el actual presidente jamás lo mencionó y no lo puso en la mesa de propuestas durante su campaña política?

Ciertamente puede haber algo de razón en ello, pero también hay que analizar con seriedad que costo tiene, para comenzar, demoler tamaña estructura, si está se encuentra armada con tridilosa y concreto. ¿Cuánto costaría el proyecto del nuevo palacio municipal? y por último ¿cuál sería el costo de esa faraónica obra? Sin dejar pasar lógicamente, cuanto costaría las rentas de los inmuebles para colocar a la gente que saldría del palacio municipal mientras se construye el palacio nuevo.

Las cifras a simple vista se advierten descomunales. ¿De dónde saldrá tantísimo dinero para este proyecto?

Este embrollo creado por Evaristo Hernández Cruz puede que tenga alguna solución, pero no como él lo planea. Claro, otra propuesta no le generaría las ganancias esperadas, pues estas serían menores.

Si realmente este presidente quiere de verdad que los ciudadanos de Centro puedan contar con un servicio de excelencia, hay formas.

Al ciudadano no hay ofrecerles opciones que signifiquen complicar su forma de vida. Si se quiere que éste cumpla con sus obligaciones, hay que acercarles los servicios. Simplificarlos, así de sencillo.

Debe de entender el nuevo rico que quiere olvidar su pasado, que tiene que sacar cuentas de la gente, los costos de pasajes, del tiempo perdido, de las idas y vueltas inútiles, de poner a la gente a recorrer de una villa o una comunidad a la capital y después ir a otro lugar lejano donde se hallaría el flamante nuevo palacio. Esto es simplemente un absurdo.

Hay formas de remediar lo que pretende el aún edil, y lo primero que tiene que plantearse– si le sirve la opinión- sería sencillamente la dejarse de sueños guajiros y construir un edificio vertical de siete o más pisos para alojar a los servidores públicos y a los usuarios que tengan que realizar un servicio. Hacerlo sería mucho más económico que lo que plantea realizar.

¿Dónde hacerlo? Si se usa la Imaginación, el remedio está pegado un lado del actual palacio, en el que existe, una buena área que hoy cobija unos juegos infantiles que nadie utiliza y que además ahí mismo se cuenta con un terreno lateral, propiedad del palacio y que nadie ocupa.

Ahí, en ese espacio, podría hacerse esta torre de servicios municipales y con ello resolver las cosas.

¿Y si se pregunta que hacer con el actual palacio Municipal? La respuesta es muy simple. Dejarlo donde y como está, porque esta imagen de esa plaza es inigualable. significa un pasado y un presente. Nuestra Plaza de la Revolución en Tabasco 2000, ha sido testigo de hechos históricos que han significado el cambio que hoy se ha dado en nuestro país.

Este palacio debe de seguir siendo útil, el utilizar solamente la planta baja, dejarla sólo para oficinas de recaudación y de atención ciudadana. Usarlo para algunos eventos en su patio principal sería lo correcto y lo más seguro para todos.

Para mayor seguridad, habría que clausurar en su totalidad el segundo piso y reforzarlo donde haga falta, esto sería todo.

Por último, el presidente tiene que asesorarse con gente de nivel, no con quienes lo acompañan, tiene que escuchar que tiene que invertir en tecnología de punta, para acercar a la gente desde sus hogares al ayuntamiento, y con ello evitar que tengan que acudir al palacio municipal.

En sí, hay que hacer que nuestra capital tenga un gobierno tecnológico, tal como lo llama en la CDMX, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. No hay que temer imitar, lo bueno vale la pena hacerlo, dejar los complejos de lado en la función pública y a transformar el presente.

Ya, por último, las ocurrencias de altos costos deben de desaparecer de la mesa del presidente municipal y de ahora en adelante, la obligación de vigilancia será ciudadana. Así son las nuevas reglas impuestas con el nuevo gobierno de AMLO.

Y si no puede, o no quiere, que renuncie. No hace falta.

Faltan pocos días para están en la plataforma digital de “La Agenda en Red” con Humberto Iduarte. Búscanos en Facebook y YouTube a las 7 PM a partir del 7 de junio.