Humberto Iduarte
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Recuerda usted como se nombró al pre candidato del PRD para el gobierno del estado?. Se tuvo que pasar por un proceso lleno de acusaciones y dudas. Este formato usado como el de encuesta solo sirvió para sembrar divisiones y descontento.

Para algunos esto es parte de la historia política de Tabasco.

Aunque esto, hoy parezca un acuerdo que reunificó, parece que no fue así. Falta un largo tramo para poder decir que todo ha terminado y que el «acuerdo» fue exitoso.

No ha sido suficiente el café tomado por Gerardo y Juan Manuel, no, eso no es suficiente. Falta ver como prosigue el acuerdo pactado y se este se va a respetar.

O lo van a permitir que lo respete.

Las fuerzas al interior del PRD están presionando quizá de más, parece ser que están midiendo de que tamaño es su fuerza en cada escenario.
Unos venden y usan un supuesto apoyo directo del gobernador y eso los hace sentir omnipotentes a la hora de las decisiones; otros, solo les queda usar lo único que traen, una sólida militancia a su lado.

Los neo perredistas del sexenio, a como se ven y expresan, están más que crecidos que lo que debieran importar y esto puede ser fundamental, que al descuidarse propicien su caída.

Avizorar desde ahora que pueda pasar está harto complicado. La lucha fratricida que se está dando, no deja opciones claras.

Todo es confusión al interior, un total desorden se deja ver, tan es así que hasta esa parafernalia partidista que dio Pepe Toño de la Vega anunciado con bombo y platillos que haría un anuncio importante por su decisión, resultó solamente un tronador con pólvora mojada.

Una suma para el pre candidato esperada sin sorpresa, ni emoción, ni nada de que sorprenderse.

La suma era lógica de su parte, antes que nada por el respeto que le debe de guardar mínimo al gobernador y después, por el acuerdo tras bambalinas de la rebanada del pastel que le tocará.

Senaduría?…. Quizá.

Fernando Mayans, dentro del paquete de aspirantes también se fue y hasta ahora no ha regresado a Tabasco. Razones poderosas tendrá, pero muchos seguidores hasta ahora no se explican qué pasará con él y con su proyecto.

La razón es que hay uno que se quedó fuera de la jugada a la gubernatura y ahora de repente pretende ir por la llamada joya de la corona. Jaime Mier y Terán considera que puede.

Bueno, tal desorden hay entre estos grupos que hasta un Ángel Solís Carballo, un secretario de estado en la entidad que no abandona su dependencia por ir en su búsqueda, le gusta la apuesta, pero no se atreve a renunciar.

Sabe bien que si se va ya no regresa y el sueldo, las prebendas, los guaruras y lo que más le gusta, tendrá que decirle adiós por siempre.

Y en verdad no es está tonto para salirse, sabe bien que no le alcanza pero mete el muletazo para ver si se van con la finta y le alcance para una diputación local.

Ojalá que sea nominal para que cuando lo arrollen en la contienda, sepa bien cuál es su verdadera estatura política.

Y Candelario camina mientras tanto.