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Lo que nos deja el año 2016 Humberto Iduarte A cuatro días de que se termine este año, no nos queda más que prácticamente dar por terminado este ciclo de análisis de esta columna, una opinión que intentado encontrar respuesta a lo que ha ocurrido en Tabasco, tanto en lo político, lo económico y lo […]
27 de diciembre de 2016

Lo que nos deja el año 2016

Humberto Iduarte
A cuatro días de que se termine este año, no nos queda más que prácticamente dar por terminado este ciclo de análisis de esta columna, una opinión que intentado encontrar respuesta a lo que ha ocurrido en Tabasco, tanto en lo político, lo económico y lo social.

Una tarea muy difícil de explicar o deducir, porque si algo es complicado en esta entidad, es buscarle la cuadratura al círculo al que nos guía o gobierna, o aquellos que nos ha guiado o gobernado, ya que nada es más complicado que entender que un político de esta tierra.

Durante este trayecto hemos recibido en redes sociales en donde también esta opinión la hemos expuesto, opiniones favorables y otras adversas. La razón de esto es muy sencillo de entender, las opiniones externadas son subjetivas, no se puede uno ser objetivo en este andar porque uno sólo deduce el comportamiento de un ser humano.

En este final de año, retomando la senda del tema, hemos observado que este ha sido un año complicado que se ha multiplicado por la creciente participación ciudadana en redes sociales, debido al alza de la delincuencia y el desempleo.

Diferentes sucesos impactaron a la sociedad que hizo que las redes sociales se volcaran con opiniones, muchas veces razonables y justificadas, y otras no tanto pero que nos hizo centrarnos en cada uno de ellos.

Las causas del desempleo creciente, que ha sido el más alto del país, hizo ver a nuestra tierra como una entidad con graves problemas que derivó que fuera nota nacional. Las razones del tema fueron ajenas a nuestro entorno político, social y económico, aunque algunos hayan culpado al gobierno estatal de esta problemática.

Tabasco no es una isla, quizá sea una frase muy trillada, pero cierta; la entidad ha tenido gravísimos problemas de todo tipo por la caída del precio del barril del petróleo en el mundo y a las políticas del gobierno federal que con su reforma energética, hizo que sin querer, queriendo, se combinaran estos dos factores produciendo este fenómeno laboral.

El cierre y salidas de muchas empresas que le trabajaban a Petróleos Mexicanos, así como la empresa misma, debido a su muy conocida política de emplear a trabajadores sin materia de trabajo, produjo el despido de miles de ellos que hizo que la tasa de desempleo se disparara a índices nunca antes visto en esta zona del país. Los estados de Tabasco, Veracruz y Campeche sufrieron estos efectos.

Una situación que trajo graves consecuencias en igual número de familias, la pérdida del empleo y los daños colaterales causados, que afectaron irremediablemente su forma de vida y los compromisos adquiridos no se hicieron esperar.

El alza de la delincuencia en estos últimos meses, algunos se atrevieron a comentar que se atribuía a este fenómeno laboral, pero era muy difícil creerlo y comprobarlo.

Lo que sí se puede decir es que vivimos una grave descomposición social que raya en lo increíble. Años han pasado quizá en darnos cuenta que debido a factores ajenos nuestra sociedad ha ido cambiado poco a poco. Aquellos principios y valores que eran inculcados en la familia se fueron perdiendo por el alto consumismo provocado por una publicidad absorbente.

Querer tener lo que se nos ofrece al precio que sea, nos convierte en personas que sin medir consecuencias corremos riesgos, innecesarios en su mayoría de veces.

Lo material para mala suerte ha sido canjeado por nuestra juventud en esta época dejando de lado los valores intangibles que son mucho más valiosos.

Lo aquí expuesto y que nos trajo a este camino sin pretenderlo, es solo una parte de este gran enjambre llamado sociedad, y que pareciera complicado hallar soluciones, pero no es así, basta que cada quien ponga un granito de arena para volver a ser lo que éramos, bien vale la pena intentarlo por nuestras familias.

Las cosas comienzan a cambiar si nosotros cambiamos, no miremos que hace el vecino de la acera de enfrente para comenzar a hacerlo. Es una buena decisión dar el ejemplo.

El cambio somos nosotros…más acción para lograrlo, menos palabras o letras escritas, en un Smartphone para conseguirlo.

¡Feliz y próspero año 2017¡

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