Japón sin primer ministro. Shinzo Abe renuncia
Shinzo Abe anunció su renuncia como primer ministro de Japón, una decisión que tomó el lunes pasado pero que solo confirmó este viernes para cerrar los últimos flecos de su gestión, la más prolongada en la historia del Japón moderno. Abe, de 65 años, notificó su intención de dimitir por las mismas razones de salud […]
28 de agosto de 2020

Shinzo Abe anunció su renuncia como primer ministro de Japón, una decisión que tomó el lunes pasado pero que solo confirmó este viernes para cerrar los últimos flecos de su gestión, la más prolongada en la historia del Japón moderno.
Abe, de 65 años, notificó su intención de dimitir por las mismas razones de salud que hace trece años motivaron su primera renuncia como primer ministro: la colitis ulcerosa crónica que viene sufriendo desde que era adolescente.
Abe se presentó ante los periodistas sin señales de deterioro de salud, con apariencia de que se sentía aliviado por la decisión, que, al parecer, venía rumiando desde hace un mes, cuando los médicos detectaron signos del mal que forzó su dimisión en 2007.
Según relató hoy, en junio pasado tuvo un chequeo regular y se encontraron señales de que estaba regresando la colitis ulcerosa crónica, y a partir de entonces comenzó a ser tratado con un nuevo medicamento.

«El nuevo fármaco exige monitoreo continuo
«Desde el mes pasado mi salud se ha deteriorado, y he perdido mucha fuerza (…). El nuevo fármaco que me están administrando exige un monitoreo continuo», relató Abe.
Teniendo en cuenta que no puede «producir los resultados» deseados en su gestiones gubernamentales, optó decidido presentar su renuncia porque, según dijo hoy, «en política lo más importante es generar resultados».
Tuvo análisis médicos el 17 y el 24 de agosto, pero los portavoces venían insistiendo una y otra vez que el primer ministro gozaba de buena salud y rechazaban que tuviera deseos de renunciar.
Pero después de las pruebas que le hicieron el lunes pasado, donde le confirmaron el diagnóstico y le dijeron que el tratamiento nuevo exigía una atención muy estrecha, decidió que era momento de dejar la jefatura de Gobierno.
«Durante ocho años he podido manejar bien mi enfermedad, y he sido capaz de dedicarme por entero a mis obligaciones como primer ministro», agregó, pero ahora añadió que había decidido que ese mismo mal le obligaba a abandonar el poder.
Tokio, Japón
Agencias

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