Miles de personas rindieron un homenaje ayer al expresidente italiano Silvio Berlusconi, fallecido el lunes pasado, en un funeral de Estado
Miles de personas rindieron un homenaje ayer al expresidente italiano Silvio Berlusconi, fallecido el lunes pasado, en un funeral de Estado.
El ataúd del empresario y exjefe de gobierno, adornado con flores blancas, rojas y verdes, los colores de la bandera italiana, llegó por la tarde a la catedral de Milán, ante miles de personas y bajo los cánticos de los seguidores del equipo AC Milan, que dirigió por 31 años.
Luego hizo su entrada en la iglesia, entre los aplausos de los presentes, incluida la primera ministra, Giorgia Meloni.
“Cuando un hombre es político, busca ganar. Tiene partidarios y opositores. Algunos lo llevan a lo más alto, otros no lo soportan”, declaró durante su homilía el arzobispo de Milán, Mario Delpini.
Una multitud de admiradores el polémico mandatario, algunos llorando, siguieron la ceremonia delante de la catedral en dos pantallas gigantes.
Bajo un intenso sol, muchos coreaban “Silvio”, “Presidente Berlusconi” o incluso “¡Gracias, eres el único!”.
En toda Italia, las banderas ondeaban a media asta en los edificios públicos en señal de luto nacional.
El recorrido de los restos Berlusconi, quien siempre logró volver pese a que anunciaron en repetidas ocasiones erróneamente su muerte política, se mezcla con la historia de Italia de los últimos treinta años.
También era uno de los hombres más ricos de la península, con una fortuna cifrada por Forbes en seis mil 900 millones de dólares.
La carrera de Il Cavaliere quedó marcada por escándalos sobre fraudes y por la realización de fiestas eróticas en las que participaron mujeres menores de edad.