Intervención
¡Bravo presidente! César Armando Javier Pérez cesarjavier143@hotmail.com Cuando se atraviesa por una situación tan crítica como la que estamos padeciendo a nivel mundial, nos vemos en la necesidad de tener gobernantes a la altura de las circunstancias, que le dé la satisfacción a todo al pueblo de haber acertado al momento elegirlo en las urnas. […]
24 de marzo de 2020

¡Bravo presidente!

César Armando Javier Pérez
cesarjavier143@hotmail.com
Cuando se atraviesa por una situación tan crítica como la que estamos padeciendo a nivel mundial, nos vemos en la necesidad de tener gobernantes a la altura de las circunstancias, que le dé la satisfacción a todo al pueblo de haber acertado al momento elegirlo en las urnas.

Un presidente, de cualquier nación que sea, está obligado, antes que nada, a velar por el bienestar de su pueblo. Nunca debe anteponer sus caprichos personales ni tratar de alzar su imagen a la altura de un Dios todo poderoso.

Esta terrible pandemia no sólo dejará millones de enfermos como se calcula, y miles de muertos que cada día se suman a las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, pese a que algunos gobiernos irresponsables oculten información para hacer creer que en sus países no pasa nada. Pero a pesar de ello las cifras son alarmantes, terroríficas.

El problema vendrá después. La crisis económica, de por sí complicada, se está agudizando más. Empresas cierran sus puertas y en algunos lados despiden a sus trabajadores sin importarles su futuro, con tal de no ver reflejada en sus bolsas las pérdidas, acto de lesa humanidad ante esta situación, pero nada se puede hacer. En algunas naciones, como en México, no hay control, los empresarios siempre se han salido con la suya, y los trabajadores que se jodan.

Los países de primer mundo están ya tomando medidas ante esta problemática. Lo hemos comentado en alguna entrega anterior, España, Italia, Alemania y otras grandes potencias, están dando prórroga en el pago de servicios, impuestos, energía eléctrica. En algunos casos estos servicios públicos no se estarán cobrando.

Pero allá es primer mundo…

De este lado del charco, en el sexto mundo, soñamos con alguna acción que vele por nuestro bienestar, que se preocupe por nosotros ante el caos económico que viene. Seguimos en el “a ver qué sucede”, y no es sano vivir así.

Pero la gran sorpresa ha llegado. Creámoslo o no, sí hay alguien que se preocupa por su pueblo ante esta situación.

El pasado sábado, Nayib Bukele, presidente de la hermana República de El Salvador, anunció que su país se paralizaba durante 30 días debido a la pandemia de Covid-19, incluyendo los cobros de servicios

La suspensión de actividades públicas se decretó a partir de la noche del pasado sábado 21 de marzo.

La decisión de Bukele incluye suspender los cobros de agua, luz, teléfono, cable e internet por tres meses. Además se suspenderán los pagos de créditos con casas comerciales, ya sea de electrodomésticos, carros y otros artículos, y la congelación de créditos hipotecarios, personales y de tarjetas de crédito.

El cobro de rentas también será suspendido por tres meses, sin embargo, la suma de esos tres meses no tendrá que ser pagada en el cuarto mes, sino que será “diluida” en el tiempo restante del contrato” y SIN INTERESES, mencionó el presidente salvadoreño.

Pero no solo eso, Bukele también cargó contra los empresarios, quienes aseguraron que tendrán pérdidas durante la cuarentena, pues dijo que “ellos tienen dinero para unas 20 o 30 vidas y que no alcanzarían a gastarlo en toda su existencia”.

Todas estas medidas se anunciaron bajo la consigna del presidente: “el que toque un sólo centavo yo mismo lo voy a meter preso”.

Bukele ha acaparado las miradas del mundo entero. En miles de cuentas de redes sociales de muchos países están destacando las medidas del presidente salvadoreño, muchos lo ponen de ejemplo a nivel mundial.

La República de El Salvador, ese pueblo “jodido” al que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador decidió ayudar económicamente para mitigar la migración, se ha convertido en el verdadero gigante de Latinoamérica, no hay más. Desde ahora me declaro salvadoreño de corazón, para no perder las esperanzas ante la gran tragedia que vivimos los mexicanos…

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