Sin avance en soluciones de los últimos siniestros en Tabasco. Para José Luis Fong Aguilar, subdirector de Pemex Exploración y Producción región Sur transcurre su vida en la opulencia, jugando golf, en comidas y reuniones de lujo. Nunca funcionará la reforma energética, recién aprobada con un sindicato socialmente decadente y funcionarios públicos con delirios de grandeza. El Presidente Peña Nieto deberá revisar con sumo cuidado la conducta de estos funcionarios que ponen en riesgo todo un trabajo de modernización que se pretende llevar a cabo en éste importante rubro. En Tabasco, están abandonados los afectados, burlados, vejados, ante una indiferencia lastimosa de José Luis Fong.

Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
De nueva cuenta, la inoperancia como trabaja la paraestatal Petróleos Mexicanos sale a relucir, al buscar “solucionar” el problema de la explosión del pozo Terra 123 con la entrega de vales, pero los repartieron sin contar con un padrón ni en zonas realmente afectadas, por lo cualpasaron este contratiempo al gobierno del estado, que sin tener nada qué ver en este asunto, tiene que convertirse en gestor ante los miles de reclamos de los lugareños de Jalpa y Nacajuca, que exigen a la empresa que cumpla con lo prometido.
Pero lo peor de esta situación, se centra en la falta de tacto político y de manejo de este tipo de problemas de origen social tanto al director de Pemex Exploración y Producción, Carlos Morales Gil, como a José Luis Fong, el subdirector de Pemex Exploración y Producción región Sur, quien no ha dado la cara en este problema, pero se tiene conocimiento que durante los momentos más álgidos, estaba “practicando golf con sus amigos” en el deportivo Campestre, de la zona de Tabasco 2000.
Mientras que su vocero Darwin Lara, quien siempre lo niega, busca la forma de mitigar el problema ante la inoperancia del responsable en Tabasco de esta subsidiaria, donde está el problema del pozo Terra 123, se manejó la entrega de vales, cerca de 50 días después de la explosión, esto para amortiguar este problema.
Se indicó que bajo una minuta donde Pemex se comprometió a entregar vales de mil 500 pesos, así como una despensa nutrida a los afectados por el incendio del pozo Terra 123 en la comunidad de Oxiacaque, los pobladores levantaron los bloqueos donde se habían negado el paso a 28 vehículos de carga desde el inicio del problema.
Con anterioridad, Pemex dijo que iba a trabajar en otro radio. Primero en las comunidades afectadas, posteriormente en las comunidades aledañas. Cuando se firmó la minuta, el plantón se levantó.
Pero al incumplir la paraestatal, pues entregó cerca de dos mil vales a personas que estaban alejadas del problema, pues aventó este asunto literalmente al gobierno de Tabasco.
Es por ello, que más de tres mil campesinos de 25 comunidades indígenas de los municipios de Centla, Jalpa y Nacajuca se están manifestando desde hace semanas para exigir a Petróleos Mexicanos (Pemex) el pago de indemnización por daños que ocasionaron los incendios de los pozos petroleros Terra 123 y Tizón 222.
Desde el pasado 27 de octubre explotó el pozo Terra 123, y a más de un dos meses sigue lanzando gas ante el temor de los habitantes de contraer enfermedades o que ocurra “una desgracia mayor”.
Pero José Luis Fong sigue sin aparecer. No le interesa porque el problema, aseguran en la paraestatal que como el reclamo llegó a las calles de Villahermosa, pues él seguirá practicando Golf y que sea el gobierno estatal quien lo resuelva.

Amenaza completa
Las recientes explosiones de dos pozos petroleros en Tabasco no sólo han dejado ver la amenaza que representa Petróleos Mexicanos para muchos tabasqueños, sino la incapacidad de José Luis Fong, subdirector de PEP para hacer frente al reclamo de indígenas chontales y campesinos que por años se han visto afectados por la actividad petrolera en la región sureste de la República Mexicana.
El incidente ocurrido en el pozo Terra 123, enclavado en el municipio de Nacajuca, donde se ubica la zona indígena chontal, se le salió de control a Pemex, desde el pasado 27 de octubre.
Por más que quiso minimizar la conflagración ocurrida en el pozo petrolero por parte de Pemex, las imágenes que difundían los medios de comunicación daban cuenta de la magnitud de la explosión, la noticia incluso trascendió a nivel nacional.
La irritación social de las comunidades afectadas no se hizo esperar, no sólo porque Pemex no ha asumido su responsabilidad.
Incluso Pemex se burla de los tabasqueños y que el conflicto vaya creciendo, prueba de ello fueron las pequeñas despensas que la paraestatal ha entregado hasta la fecha como apoyo en la zona afectada, mismas que fueron rechazadas por los pobladores al considerarlas un insulto para su gente.
Y es que a Pemex lo que más preocupa son sus números, toda vez que durante los 90 días, tiempo estimado que se llevarían para controlar el incendio, las pérdidas diarias en crudo aumentarán a 135 millones 971 mil pesos, equivalente a 22 mil 500 barriles de crudo y 67.5 millones de pies cúbicos de gas quemados.
La desesperación los ha llevado a tener que cerrar los accesos al área siniestrada para exigir el pago de afectaciones a casas, cuerpos de aguas, cultivos y animales que, aseguran, provoca la lluvia ácida, además de daños a la salud.