El gobernador del estado, Arturo Núñez Jiménez inauguró ayer el Festiva CEIBA Tabasco 2013, en donde galardonó a Dora María “La Chaparrita de Oro” con el premio “La Savia del Edén”
Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
Inicia el Festival CEIBA en su séptima edición con la entrega que se realizó por parte del mandatario estatal Arturo Núñez Jiménez y de la directora del Instituto Estatal de Cultura, Gabriela Marí, de la Savia del Edén a Dora María “La Chaparrita de Oro”, con lo cual, por espacio de una semana, Tabasco es la casa de la cultura.
En el teatro Esperanza Iris, el mandatario estatal puso en marcha este festival, en donde destacó que todos los espectáculos son gratuitos y de una excelente calidad.
Ahí, con el espectáculo “Aeternum flamenco” de “Los Vivancos”, y con la entrega de la Savia del Edén a Dora María ‘La Chaparrita de Oro’, se inauguró el 7° Festival Cultural CEIBA, ayer viernes 18 de octubre.
Fue una gran noche en la primera jornada del magno evento artístico que se efectuará hasta el 25 de octubre, todo ello en diez recintos de la capital tabasqueña, donde el Gobierno del Estado de Tabasco le rindió un merecido homenaje a Dora María “La Chaparrita de Oro”, con la entrega de “La Savia del Edén”.
La reconocida cantante tabasqueña de “Amor chiquito” y “Comalcalco”, es una de las máximas representantes de la música nacional, dueña de una impecable trayectoria que ha abarcado la música y la actuación, colocándola en el gusto del público nacional y extranjero.
Es una intérprete de la música vernácula mexicana, que conquistó el mercado nacional e internacional con su carisma, ingenio, gracias, belleza y potente voz, logrando que su nombre se ubicara en las grandes marquesinas dentro y fuera del país.
La participación de “Los Vivancos”, encendió la noche con su espectáculo “Aeternum flamenco”, presentación de arte y virtuosismo con grandes efectos visuales. Une el baile flamenco con el ballet, la danza contemporánea, el folklore, las artes marciales, la magia y el tap dance. Fusiona la música flamenca, el rock y grandes clásicos para introducir al espectador en un ambiente al estilo de las grandes bandas sonoras del cine, a través de una partitura grabada por la Orquesta Sinfónica de Budapest por más de 100 músicos.
