La titular del patronato, Martha Lilia López Aguilera, destacó que se debe trabajar para fomentar espacios de integralidad en todas las familias del estado
Los abuelos son parte esencial de las familias y el amor que dan influye en el desarrollo de sus integrantes, por eso todos los días debemos apapacharlos y darles atenciones, para que sepan que son tomados en cuenta, manifestó la presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del Sistema DIF Tabasco, Martha Lilia López Aguilera, en el programa Familia DIF, Nuestra Familia.
En la emisión radiofónica 151, López Aguilera estuvo acompañada de Nicomedes de la Cruz Damas, gerontólogo del DIF estatal, y de la psicóloga Dominga Yedra Ricardez, quienes expusieron que ahora hay muchos que son abuelos desde los 40 años, pero que este concepto está asociado a la vejez y con él se identifica a las personas de 60 años en adelante, etapa en que inicia su proceso gerontológico.
El amor hacia nuestros abuelitos debe comenzar desde la niñez, regalándoles una sonrisa, acompañándoles y estando al pendiente de sus medicinas, por ejemplo, comentó Yedra Ricardez, quien subrayó que los adultos mayores requieren buenas condiciones para que vivan esta fase de su vida con dignidad y cariño.
Al respecto, Nicomedes de la Cruz indicó que se debe impulsar una cultura del buen trato; por lo general, los padres cometemos errores con los hijos, que luego crean cierto resentimiento en ellos, por lo que ambas partes necesitamos pedirnos perdón, evitar rencores, cerrar círculos para tener una vejez exitosa, explicó.
Consideró que la clave para ser un abuelito exitoso es la prevención, la geroprofilaxis, que debe comenzarse a partir de los 40 años para generar condiciones de armonía y bienestar.
Ambos invitados coincidieron en que inculcar a niñas y niños el amor, respeto, comprensión y lealtad, son parte de los valores que debemos rescatar, ya que cuando la familia interactúa con estos conceptos se evita el aislamiento y la segregación de las personas de la tercera edad.
Trabajo inclusivo
Comentaron que muchos de los hijos o cuidadores de abuelos lloran cuando llegan a la terapia, y comprenden que deben expresarles sus sentimientos, motivarlos, sacarlos a pasear, darles su tiempo, organizarles convivencias familiares, ayudarlos a que sean independientes y funcionales, a que tengan mucha autoestima para que sean felices.
Desde casa debemos trabajar su inclusión en las actividades familiares, ya que si los tomamos en cuenta, si hablamos con ellos y son parte de nuestro día a día, tendrán un buen envejecimiento, concluyeron Nicomedes de la Cruz y Dominga Yedra.
