CIVILIDAD POLÍTICA
Jacinto López Cruz Jaclop62@hotmail.com El encuentro privado que sostendrán los gobernadores en funciones, Andrés Granier Melo, y el electo, Arturo Núñez Jiménez, en el palacio de gobierno el próximo miércoles por la tarde, forma parte de la civilidad con que siempre debe actuar la clase política tabasqueña, pero además es un claro mensaje para la […]
17 de septiembre de 2012


Jacinto López Cruz
Jaclop62@hotmail.com

El encuentro privado que sostendrán los gobernadores en funciones, Andrés Granier Melo, y el electo, Arturo Núñez Jiménez, en el palacio de gobierno el próximo miércoles por la tarde, forma parte de la civilidad con que siempre debe actuar la clase política tabasqueña, pero además es un claro mensaje para la población de que la transición de poderes en Tabasco se realizará de manera pacifica, ordenada, sin sobresaltos de ninguna naturaleza.
El mismo gobernador Andrés Granier Melo, al término del desfile cívico-militar realizado ayer para conmemorar el 202 aniversario de la independencia de México confirmó que la reunión con su sucesor será el próximo miércoles a la una de la tarde en el palacio de gobierno, pero que será privada,  donde se abordarán temas importantes para el estado, a la vez que el encuentro servirá de base para que el proceso de transición se realice en un marco de respeto y transparencia.
“Vamos hablar de los temas que son más importantes para Tabasco y creo que los más importante es hablar de seguridad, desarrollo económico, desarrollo agropecuario y que sea la pauta para establecer el contacto; la transición tiene que ser totalmente en un marco democrático, de respeto, de transparencia”, preciso Andrés Granier Melo.
La reunión en si de los dos mandatarios, despeja dudas o suspicacia en torno a posibles resistencias por entregar en orden las dependencias gubernamentales, dado que al ganar una fuerza contraria a la que tradicionalmente ha venido gobernando la entidad como que había cierto nerviosismo, pero esta primera reunión es la pauta de las otras que vendrán una vez que Andrés Granier rinda su sexto y último informe de gobierno, donde ya se pondrá de acuerdo los equipos de transición a partir de que día del mes de noviembre iniciará todo el proceso de entrega recepción. Tanto Andrés Granier como Arturo Núñez han actuado con gran civilidad política, tal como Tabasco lo requiere.
OJITOS
Desde su inauguración hace más de una década, el restaurante Sanborns Plaza Olmeca ha sido el desayunadero por excelencia de la clase política tabasqueña, de todas las corrientes y tendencias, donde obviamente como miel al panal, también llegan  los colegas reporteros de los diferentes medios de comunicación en busca de la noticia fresca.
En ese restaurante han pasado varios gerentes, quienes siempre mantuvieron el orden y la disciplina para que el cliente fuera primero,  para que sin demora de ninguna naturaleza se les atendiera inmediatamente, tal como debe tratar el personal de un restaurante de nivel que cotidianamente está lleno, sobre todo cuando hacen acto de presencia personajes de la política local y nacional, que siempre tienen algo que declarar a los medios de comunicación.
Normalmente a la entrada del restaurante Sanborns se colocaba una mesa en donde se acomodaban los periódicos diarios que circulan por la entidad, semanarios y revistas de diversa índole que los comensales podían tomar gratuitamente un ejemplar de cada uno porque precisamente era para eso, para que se lo lleven  sin ningún costo.
Con la llegada, hace cosa de dos años o más, de Luis Flores, las cosas cambiaron, quitaron la mesa y por supuesto ordenó que todos los diarios fueran arrinconados en el bar que está a un lado de la entrada porque a juicio del “señor gerente” daban mal aspecto a la clientela que acudía a ese lugar e incluso, tuvo algunos altercados con algunos repartidores de periódicos, revistas y semanarios que al ver que las publicaciones eran escondidas al fondo del bar preferían pasar de mesa en mesa para que el reparto fuera más directo, pero se encontraron con la agresiva actitud de este sujeto, que lejos de ser cordial y amable, porta un gesto agrio de malos amigos, un perdonavidas que se cree amo y señor de ese desayunadero, saliéndose con la suya, pues cada vez que veía que entraba un repartidor para entregar en la mano a los clientes el periódico, inmediatamente les ordenaba que se salieran  con lo que creyó que había ganado el partido.
Lo mismo quiso hacer con los reporteros gráfico de los diferentes medios de comunicación, pretendió evitar que tomaran  fotos a la hora de las entrevistas porque a su juicio solo llegaban a molestar a los clientes, hasta que finalmente estos lo mandaron por un tubo al echarle montón, y por lo mismo prefirió no seguir de terco, jodiendo y jodiendo.
El señor gerente prefirió meterse a otras nimiedades  o a otras diversiones en sus horas de trabajo, y lo que anteriores gerentes habían logrado al mantener un nivel de calidad en el servicio al cliente, esto se vino por los suelos; tanto la comida, como el servicio pasaron a ser pésimos, al grado de que por las mañanas solamente tres muchachas prestaban el servicio de atención a los comensales ante un Sanborns repleto a su máxima capacidad, quizás unas 80  personas o algo más, por lo que no se daban abasto y el servicio tan solo para servir el café tardaba hasta 40 minutos, mientras que el gerente Luis Flores, no se invitaba viviendo su mundo color de rosas.
Ante el pésimo servicio que se viene brindando en el Sanborns Plaza Olmeca, porque a la mayoría de las trabajadoras, algunas con varios años de antigüedad, las corrieron sin miramientos,  y han realizado contrataciones de otras jóvenes que no aguantan y se van, un grupo de columnistas que cotidianamente nos damos cita en ese restaurante, llegamos a la conclusión, de que a diferencia de los anteriores gerentes, Luis Flores, estaba haciendo mal su trabajo por alguna causa, porque algo estaba distrayendo su atención, desatendiendo el servicio de  los comensales que se dan cita ahí,  y  maltratando al escaso  personal, que en estos tiempos no dejarían un trabajo porque la necesidad es grande, pero si los maltratan, si reciben improperios,  por mucha necesidad que tengan, mejor se van de ese trabajo.
El colega Alfredo Calderón en su columna de la semana pasada trató el caso del gerente del restaurante Sanborns Plaza Olmeca, Luis Flores, quien apenas leyó la publicación, iracundo, llegó hasta donde estaba desayunando el colega para injuriarlo, para increparlo sobre su actitud que hasta supuestamente le puede traer serias consecuencias, según él, exigiéndole que se retractara de lo publicado o se atuviera a las consecuencias, lo que demuestra que anda mal, que la está chanfleando, porque lejos de aceptar que las cosas están mal en ese restaurante con un pésimo servicio, debería de esmerarse en trabajar fuertemente para mejorarlo, para brindar un servicio de calidad, pero no, como el avestruz prefiere enterrar la cabeza en la arena (digo si no lo enterró en otra parte) para no darse cuenta de su terrible realidad, de que ya dejó caer al restaurante, y si los comensales no han dejado de llegar no es porque tenga buena calidad en la comida, o porque haya un servicio y una atención de primera, nada de eso existe, todo es pésimo, sino porque todavía se le sigue considerando como el desayunadero por excelencia de la clase política,  aunque hay políticos que prefieren irse al Sanborns de la plaza Altabrisa u otros restaurantes de la ciudad donde haya un mejor servicio.
Es reprobable la conducta del gerente del restaurante Sanborns Plaza Olmeca, Luis Flores  al injuriar al colega Alfredo Calderón, por lo que escribió, porque no dijo mentiras, sino algo real que está pasando en uno de los restaurantes del consorcio de Carlos Slim, pero también se encontró con la horma de sus zapatos, creyó que al igual como corría a los repartidores de periódicos a quienes sacaba del restaurante tronándole los dedo, era lo mismo enfrentarse a un periodista para intentar amedrentarlo o espantarlo,  pero lo que hizo fue desatar a todos los demonios  y ahora que se atenga a las consecuencias, porque debe de reconocer que anda mal. Flores jamás debió descuidar al personal, por dedicarse a otras diversiones, y las consecuencias ahí están a la vista, el pésimo servicio sigue y quien sabe por cuanto tiempo. Esta dicho.
VISORCITO
En algunos planteles de educación preescolar están afloran ciertas anomalías que debe ser atendido con prontitud por la Secretaría de Educación del Estado, ya que de manera abierta, como si se hubiese suscrito un convenio o acuerdo con conocida tienda vendedora de uniformes escolares ubicada en los alrededores del mercado Pino Suárez, se exige que ahí compren los uniformes.
Resulta que algunas directoras de planteles, como la del jardín de niños “Ernestina Montes Camero”, maestra Flor López,  ubicado en el sector Pyasur,  (Tierra Colorada)  haciendo a un lado su verdadera responsabilidad de funcionaria representante de la dependencia educativa ha asumido el papel de “agente de venta” de aquella tienda al “direccionar” a los padres de familia de ese centro educativo para que acudan a ese lugar a comprar los uniformes de sus hijos.
“Vayan con Kinver…el que no compre allá,  no entra a clases”, les dice la maestra Flor a los padres de familia ante quienes también ha sostenido reuniones donde de manera déspota les ha dicho que ella no va a aceptar “niños chancletudos o mal vestidos” remarcándoles que el uniforme obligatoriamente lo tienen que comprar en Kinver.
Algunos padres de familia han empezado a mostrar su inconformidad ante esta situación,  porque además, comentan que la directora del jardín de niños “Ernestina Montes Camero” está sobrepasando los límites al pretender obligarlos a comprar los uniformes cuando saben  que eso no está permitido por parte de las autoridades educativas.

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