La obra de Diana Barrera fue ganadora del galaron, y será presentado oficialmente en la FULTabasco 2015

Florentino J. García Alcudia
Rumbo Nuevo

Un día caminando por el centro histórico de Villahermosa, la joven escritora Diana Barrera se encontró con “Napo”, un mal viento con alma de duende enconado que surge del chiflido de una mujer enamorada y se convierte en tornado citadino con ínfulas de huracán categoría cinco que no llega a la mitad de uno. Un vientecillo locuaz que se la pasa divirtiéndose a costillas de las desgracias que ocasiona en las personas que encuentra a su paso.
“Napo” es un diminutivo complaciente pero no cariñoso, un diminutivo si se puede decir hecho desde la distancia del desapego descriptivo porque Napo es Napoleón, personaje del cuento “Historia de Napoleón” con que Barrera ganó el Premio Universitario de Cuento “Teutilia Correa de Carter” 2014 en el marco de la Feria Universitaria del Libro de Tabasco, que este año ha sido publicado por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), conforme a lo estipulado en la convocatoria del año pasado.
“La historia de Napo surgió un día que estaba caminando por Plaza de Armas. Tenía muchísimo calor y apenas si había una pequeña corriente de aire. Me puse a pensar en una ciudad lejana en la que había estado donde el viento era poderoso y frío y como me hubiera encantado tener ese «mismo» aire en ese momento. “Eso me llevó también a pensar en cómo se originaban los vientos y hasta dónde terminaban. Conforme iba caminando a casa, hice un tipo de antropomorfización del viento y qué pasaría si tuviera conciencia”.
Quien lea “Historia de Napoleón” quedará encantado por el personaje, por el lenguaje, el tono desenfadado y la armazón del relato: fresco, sin titubeos, con ganas de contar la historia de un “mal viento”, de esos que temían y se curaban los viejitos de antes con ventosas y cabitos de vela, nada más que este viento con duende travieso nace, vive y muere en la ciudad y tiene que ver con la búsqueda del amor.
Diana Barrera dice que sí pero no. Esto es, no lo considera un cuento sobre las dificultades para encontrar al amor pero acepta que hay referencias. En todo caso, dice, no era mi cometido. “Quise plasmar lo que hacía un pequeño viento en un día de su vida, porque para mí la cotidianeidad representa una serie de eventos interesantes y dignos de contar, que quieras o no, afectan a otros.