Guayabazo
Andrés Iduarte puso en alto el nombre de Tabasco Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com La semana que concluyó visitó Tabasco el director de la Fonoteca Nacional, Pavel Granados Chaparro, para darnos la noticia de que pronto podremos consultar en esta entidad todo el acervo sonoro del poeta Carlos Pellicer Cámara que consta de 50 documentos entre […]
17 de febrero de 2020

Andrés Iduarte puso en alto el nombre de Tabasco

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
La semana que concluyó visitó Tabasco el director de la Fonoteca Nacional, Pavel Granados Chaparro, para darnos la noticia de que pronto podremos consultar en esta entidad todo el acervo sonoro del poeta Carlos Pellicer Cámara que consta de 50 documentos entre cintas, discos, entrevistas y conferencias, entre ellas la del escritor Andrés Iduarte Foucher.

Ello nos recuerda aquella grabación que en forma personal hicimos aquél 1º de mayo de 1977, cuando la comitiva encabezada por el gobernador Leandro Rovirosa Wade, don Carlos Pellicer y diversas personalidades, salieron de palacio de gobierno y se encaminaron hacia el centro histórico de la capital tabasqueña, hasta detenerse en una modesta casa de la calle Lerdo, a un costado de las oficinas de Telégrafos Nacionales, casi esquina con la calle Independencia, donde colocarían una placa en reconocimiento al escritor Andrés Iduarte. Ese día, el de su cumpleaños 70, el internacional personaje se encontraba ausente, porque aún había rencores de una familia que prometió quitarle la vida.

El maestro de ceremonias anunciaba el histórico momento. La placa refería: “Aquí nació el ilustre escritor tabasqueño Andrés Iduarte Foucher”. El poeta de América, emocionado sólo alcanzó a decir ¡Felicidades!, justo en el momento en que se acercó un corpulento personaje portando sombrero de ala ancha, un paliacate alrededor del cuello y con vozarrón inevitable expresó:

“Señores, con el permiso del gobernador Rovirosa Wade y del poeta Carlos de América, quiero decirles que se está homenajeando a un asesino; Andrés Iduarte Foucher mató a mi hermano Ramón por la espalda y huyó cobardemente yéndose a refugiar a España con las huestes franquistas”.

Ante las palabras del personaje identificado como ‘El ranchero Brown’, los presentes quedaron mudos del asombro. El maestro Pellicer bajó la mirada e hizo una señal al gobernador para retirarse del lugar. Al poco tiempo Dos Carlos Pellicer facellció.

Y es que, según publicaciones de El Universal y Milenio, en 1934, en la ciudad de México, Andrés Iduarte mató a su concuño Ramón Brown Peralta, quien había prometido matrimonio a la hermana menor de su esposa Graciela Frías, pero no cumplió y retiró su compromiso. Andrés le reclama, se hacen de palabras, se retan a duelo, se citan en el Parque México con padrinos y testigos, y proceden. Brown Peralta cae herido, pero no pierde el conocimiento. Iduarte se acerca a abrazarlo. Brown le dice: “¿Qué hemos hecho, hermano? ¿Cómo llegamos a esto?”. El herido es llevado a la sala de emergencias de la Cruz Roja y tras de él todos: el heridor, los padrinos, los mirones… Iduarte y Brown Peralta siguen hablándose y pidiéndose perdón, mientras los médicos atienden al herido. No parece mal herido, pero el tiro le ha provocado una hemorragia interna. A la hora y media muere.

Iduarte está desconsolado, no sabe qué hacer. Llama por teléfono a su primo Rodolfo Brito Foucher (en ese entonces rector de la Universidad Nacional), para contarle. El influyente hombre le dice a su primo Andrés: “Tú y Peralta se habrán reconciliado y habrán quedado en paz, pero él está muerto y tú debes su muerte, eres un homicida. Tienes que escoger entre irte de México o irte a la cárcel. Yo creo que lo mejor es que te vayas de México”. Sin entender bien lo que pasa, Iduarte acepta. Su primo Brito Fucher arregla que no lo detengan cuando sale del país y se va a España.

En 1953, el ‘Ranchero Brown’ dijo que Iduarte gozaba de dudoso honor. En esa fecha, el congreso pretendió impedirle la obtención del reconocimiento internacional ‘La Orden del Imperio Británico’ que le fue conferida por organizar una exposición de arte mexicano en su carácter de director del Instituto Nacional de Bellas Artes.

El ‘Ranchero’, entonces diputado federal, tomó la palabra: “Deseo que sepan los compañeros (…) que me opongo a que la aprobación de esa condecoración a Andrés Iduarte sea concedida, en virtud de que hace 21 años, de la manera más artera y cobarde asesinó por la espalda a un hermano mío”. Los legisladores cambiaron de opinión y votaron por la negativa… el escándalo estalló en los medios. Y al final, el senado revirtió la votación y se le concedió el permiso para recibir la presea.

Iduarte declaró al respecto: “Rechazo la imputación de asesinato de Ramón Brown Rovirosa. (Él) me provocó durante largo tiempo, se presentó a media noche a mi casa para obligarme a reñir; me forzó en todas las formas a salir a la calle y ya en ella me injurió y me hirió a golpes abusando de su fortaleza física, me defendí finalmente haciéndole un único disparo que lo hirió, de frente, en el pecho, yo mismo lo recogí y lo conduje al puesto de socorros. No asesiné, no herí por la espalda, obré en legítima defensa”.

Andrés Iduarte estuvo en el extranjero por más de 18 años, ya que familiares del finado juramentó darle muerte. No obstante, legalmente toda acción en su contra quedó extinguida en 1940.

Cosas de la historia, pero lo cierto es que Andrés Iduarte fue un personaje que a nivel internacional puso en alto el hombre de Tabasco, dejando para la posteridad un valioso tesoro cultural digno de ser leído en todos los niveles educativos. Es todo, nos leemos en la próxima.

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