Guayabazo
Ritos satánicos con animales del Yumká Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com El libro ‘Los brujos del poder’, de José Gil Olmos, reportero de ‘Proceso’, habla de las inclinaciones de la ex dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo hacia la brujería, en especial de sus viajes a Badashat, Nigeria, donde habita el santuario de brujos del vudú […]
23 de noviembre de 2020

Ritos satánicos con animales del Yumká

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
El libro ‘Los brujos del poder’, de José Gil Olmos, reportero de ‘Proceso’, habla de las inclinaciones de la ex dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo hacia la brujería, en especial de sus viajes a Badashat, Nigeria, donde habita el santuario de brujos del vudú más poderosos y apegados a lo oscuro. El trabajo costó 45 mil dólares, en el cual el brujo sacrificó un león al que le clavó un cuchillo en el ojo para que sufriera y, acto seguido, le quitó la piel y recolectó la sangre del feroz animal.

El acto importante fue cuando metieron a la maestra semidesnuda en una choza de paja y barro; le empezaron a untar los testículos del animal, las vísceras y la sangre, le amarraron la piel de la fiera y con las pezuñas le dibujaron diversos signos, todo esto en medio de cánticos. Una hora después, el brujo caía de cansancio, parecía como si se le hubieran ido las fuerzas; se tenía que ayudar de un bastón para pegarle a la profesora la piel del león.

El ritual consistía en transmitirle la fuerza del león a Elba Esther. Era una transformación asombrosa. No se veía a una mujer desvalida, sino a una lideresa más fuerte. Esta parte del rito duró cerca de una hora, después la colocaron junto a la pared y la levantaron, poniéndola en una especie de pedestal donde no tocaba el piso. Debajo de sus pies pusieron diversas figuras de barro negro y hierbas. Le pidieron que agarrara fuerte una de las fotos del presidente Zedillo, que la abrazara y que dijera siete veces lo que deseaba para él.

El brujo estaba muy excitado, no dejaba de bailar, daba pasos cortos para atrás, para adelante y hacia los lados mientras cantaba. Ella se desmayó y así estuvo como una hora, sostenida de los brazos, con la piel del león amarrada al cuerpo; la sangre y las vísceras que caían al suelo se las volvían a embarrar. Era una mezcla de sangre, vísceras y lodo que olía espantoso y que atraía una cantidad impresionante de moscas, todas las cuales se posaban sobre la zalea del león, en cuyo hocico estaban las toallas sanitarias de la maestra.

Cuando despertó Elba Esther, el brujo le agitó un manojo de yerbas en la cara y ella se volvió a desvanecer. Acto seguido, la bajaban y le quitaban la piel de león. Todo estaba consumado: El espíritu del feroz animal ya se le había pasado, sólo quedaron los círculos, triángulos, flechas y demás figuras que le habían hecho en la parte superior de su cuerpo con la pezuña del animal.

Recordaba esta interesante publicación, después de que un empleado del Centro de Interpretación y Convivencia con la Naturaleza ‘Yumká’, me escribe un e-mail en el cual pide le ayude a levantar la voz para que se haga justicia a Tabasco en cuanto a esta importante reserva ecológica.

Señala el escrito, que en 2016 el ‘Yumká’ sufrió un ‘robo hormiga’ hecho por la ex directora Cristell Arévalo Pérez, persona que dejó morir a una gran cantidad de animales por negligencia y por no dar la atención necesaria, presumiblemente por falta de fondos. Y, en verdad –denuncia nuestro informante—que esos animales están en una casa del fraccionamiento ‘Hacienda Esmeralda’, ubicado en la carretera que conduce a Ixtacomitán, propiedad de la ex funcionaria. La casa está valuada en 15 millones de pesos y es la construcción más grande de ese asentamiento.

Cristell Arévalo es propietaria de una tienda de animales exóticos localizada en ‘Plaza la Deportiva’, y es bien conocido que maltrata a los animales y empleados, despidiéndolos constantemente en forma injustificada y sin liquidación alguna.

Recuerda nuestro informante que era un secreto a voces que cundo Cristell Arévalo Pérez era directora del ‘Yumká’, el personal que labora en ese centro comprobó que practicaba la brujería, actividad que hasta el día de hoy sigue haciendo. Y lo peor es que para realizar sus ritos satánicos utilizaba animales de diversas especies, como tigres y panteras, a los que después de sacrificar, les extraía la sangre. Asimismo, a los búfalos, venados, antílopes, cabras y chivos, les extraía la cornamenta para sus adoraciones a Belcebú.

También traficaba con algunos animales realizando ventas clandestinas con especies de dicho zoológico, y cuando se vio descubierta se ‘lavó las manos’ y culpó a personal inocente que fueron sentenciados con cárcel, los cuales se vieron en serios problemas jurídicos para lograr su liberad. En cambio, ella nunca estuvo presa, debido a que su esposo era funcionario público del mal gobierno de Arturo Núñez Jiménez; en ese tiempo utilizó sus amistades para tener impunidad.

La información enviada a Guayabazo, refiere que es con la finalidad de que Tabasco nunca olvide esa injusticia. Servido querido lector. Es todo, nos leemos en la próxima.

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