Otro jonronazo de Adán

Una de las muchas obras del siempre recordado Carlos Alberto Madrazo Becerra que más aman los tabasqueños, es el majestuoso parque de béisbol bautizado con el nombre “Centenario 27 de Febrero”, en recuerdo a los héroes tabasqueños que defendieron la soberanía de México expulsando de nuestro territorio a los franco traidores que tenían sitiada la antigua San Juan Bautista.

Y qué mejor homenaje a los héroes tabasqueños que estuvieron encabezados por el jalpaneco, coronel Gregorio Méndez Magaña, que iniciaron la lucha el 1 de noviembre de 1863 y al rayar el alba de aquel 27 de febrero de 1864, los invasores franceses emprendieron la retirada abandonando la capital del estado, fecha gloriosa para las armas nacionales: Los imperialistas huyeron por el río Grijalva a refugiarse a Jonuta no sin antes lanzar en venganza, un fuerte bombardeo desde sus buques de guerra, reduciendo a escombros gran parte de la ciudad.

Cien años después, aquél 27 de febrero de 1964, el presidente de la República, Adolfo López Mateos y el gobernador Carlos A. Madrazo Becerra, develaron la placa inaugural, encendiéndose las potentes luces que iluminaron la sede del equipo tabasqueño, al mismo tiempo que saltaron al campo de las hostilidades los jugadores locales encabezados por el pitcher José ‘chamaco’ Leyva que abrió el encuentro contra el potentado ‘Tigres del México’.

Tiempos de gloria que dejaron atrás los encuentros de la Liga del Sureste y de la Tabasqueña de béisbol, y daban paso de lleno a la Liga Mexicana en la tierra del Edén, con una imponente sede ubicada en el corazón de la ciudad deportiva de la capital.

Pero da el caso, que el pasado 24 de enero, la directiva del equipo local, ‘Olmecas’ de Tabasco, encabezada por su presidente Gonzalo Medina González y el corporativo ‘Orsan’, anuncian un “histórico acuerdo” para que a partir de la próxima campaña 2023, el inmueble deportivo recién remodelado lleve el nombre de “Estadio Centenario Orsan”.

Grupo Orsan fue fundado por el ingeniero civil Johnny Lama Jamarne, en San Nicolás de los Garza, Nuevo León en 1968, para la venta y distribución de combustibles en México, y a la fecha cuentan con 1,300 gasolineras en todo el país. Hace dos años, falleció su director general e hijo del fundador, Carlos Sandoval Armijo, ciclista regio de alto rendimiento.
Pero la pregunta es: ¿Cómo es posible que por 30 monedas se trate de borrar un perenne recuerdo de aquella lucha armada en defensa de la soberanía nacional?

Sentimos que la historia de Tabasco en su etapa más importante no puede ser transgredida ni mochada por decisiones que laceran nuestra realidad, honrando el negocio y la personalidad de un ciclista neoleonés recién fallecido. En dado caso, que llenen la sede beisbolera con todos los anuncios de las más de mil gasolinerías que quieran, pero no ofendan la historia de Tabasco… Al menos esas es nuestra humilde opinión.

Y si en aquellos tiempos inaugurales el primer home run lo recetó el famoso pelotero de color Ángel Cuco Toledo, ya sabemos quién será el jonronero de estos nuevos tiempos y seguramente estaremos Agusto.

A propósito de la remodelación del parque que ya lleva el nombre de una gasolinera, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, en representación del presidente Andrés Manuel López Obrador, tendrá el honor de inaugurar la monumental obra… ¡Otro jonronazo!.

El Pochó en todo su esplendor
Arrancó en Tabasco el carnaval más raro del mundo y con ello ‘cojoes’ y ‘pochoveras’ asombran a miles de visitantes de la otra frontera mexicana. El periodista y escritor Prisciliano Nemegyei Rodríguez sintetiza a la perfección el maravilloso espectáculo que se conjuga con la tradición carnavalesca, único en la faz de la tierra:

“… Abriéndose paso en la espesura de la serranía
El tiempo invoca nuestra danza madre
El ‘cojó’ comienza a jugar con la muerte
Los ojos ambarinos del jaguar despiden fuego
Las doncellas cautivan con su faldeo la belleza de las flores
Todo da en un ciclo musical del universo y todo se conjuga a embellecer mi pueblo
Estamos a las puertas del umbral misterioso de nuestras tradiciones…”.

La Danza de Pochó, afirma el arqueólogo Tomás Pérez Suárez, es de las más importantes del mundo prehispánico, y pese a que con el paso de los años ha ido cambiando, no pierde su riqueza prehispánica y es símbolo de identidad de los tenosiquenses. Es un espectáculo único”… Visítelo un fin de semana, no se lo pierda por ningún motivo.

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