Guayabazo
‘Agua de Tabasco vengo…’ “… Nuestros ríos lo mismo nos dan la vida que la muerte, porque hemos sido impotentes para dominarlos a discreción…” Belisario Colorado Jr. columna ‘Tres Piedras’ (17-dic-1980) Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com La gira de trabajo que el presidente Andrés Manuel López Obrador realizará este fin de semana por los estados de […]
16 de octubre de 2020

‘Agua de Tabasco vengo…’

“… Nuestros ríos lo mismo nos dan la vida que la muerte,
porque hemos sido impotentes para dominarlos a discreción…”

Belisario Colorado Jr.
columna ‘Tres Piedras’ (17-dic-1980)

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
La gira de trabajo que el presidente Andrés Manuel López Obrador realizará este fin de semana por los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco, fijará históricamente un precedente para solucionar de una vez por todas el problema de las inundaciones en territorio tabasqueño: El domingo visitará la presa ‘Peñitas’ para diseñar un plan que evite abrir compuertas, como ha venido sucediendo en épocas pasadas, que inundan las partes bajas de la entidad.

Después del aguacerazo del 1 de octubre, el gobernador Adán Augusto López Hernández anunció en Nacajuca, que en breve serán adquiridas varias dragas para empezar un programa permanente de desazolve de ríos y arroyos de Tabasco, así como la limpieza de los ‘camellones chontales’, en la zona indígena, para rescatar toda la vocación productiva de ese importante asentamiento.

Y claro que eso es correcto, hay que hacer la totalidad de las obras, pero ello no es suficiente, pues tiene que ir acompañado del ingrediente principal que es el control de las presas en el Alto Grijalva, porque de nada serviría si los mal nacidos de la Comisión Federal de Electricidad y la Comisión Nacional del Agua deciden turbinar las presas en vías de ganarse unos pesos de más.

Hace poco más de 3 décadas, un grupo de ingenieros tabasqueños, encabezados por el macuspanense Jaime Córdova Castillo, elaboraron una alternativa de solución a este problema, el cual fue presentado a administraciones anteriores, pero –como suele suceder en muchos de los casos– los proyectos fueron ‘archivados’ en el ‘cajón del olvido’.

Los especialistas consideraron 8 puntos sustanciales dónde atacar la problemática, que a continuación detallo:
1.- Durante millones de años Chiapas estuvo cubierto de vegetación en sus montañas.
2.- En los periodos de lluvia, las raíces de los árboles impedían que el aluvión, limos sólidos en suspensión, llegaran a los ríos Grijalva y Usumacinta, cuesta abajo.
3.- Al cambiar en forma masiva el tipo de cultivo, se desforestó la selva y con la plantación de grandes extensiones, como, por ejemplo, maíz, frijol, etc., las raíces pequeñas propiciaron en cada temporada de lluvia, el desprendimiento de volúmenes importantes de materiales que se han ido depositando en los lechos de los ríos, azolvando sus cauces.
4.- Ello propició también el desprendimiento de tierras que, al llegar a la planicie tabasqueña, comenzaran a azolvar más los ríos. Prueba de ello, es la salida de las aguas hacia el mar en la barra de Frontera, donde se formó un ‘tapón’ que, a la fecha, evita la libre circulación de las aguas hacia el mar.
5.- El río Samaria, después de 30 años, continúa azolvado con arena, incluso hay partes que se puede cruzar caminando.
6.- Sabido es que, si un cauce que reduce su gradiente hidráulico, le podría estar cayendo la misma cantidad de agua, pero el problema es que ya no puede conducir la misma cantidad.
7.- Lo anterior provoca que año tras año se agrava el problema por la ruta hídrica mencionada, afectando principalmente la región de la llamada ‘Chontalpa chica’.
8.- Se considera que, al paso que vamos, hidrográficamente podría darse que los ríos modifiquen sus trazos, provocando problemas más serios a comunidades, ya que partirán la tierra a su capricho.

Aparte de ello, el viejo Mezcalapa que fluía hacia la ciudad de Villahermosa, uniéndose su cauce del río La Sierra para convertirse en el verdadero Grijalva, fue taponeado por segunda vez, precisamente para evitar inundar la capital tabasqueña (la primera ocasión fue en 1675 para evitar el acoso de los piratas).

Y si a ello le aunamos los millones de toneladas de cenizas lanzadas por la erupción del volcán ‘El Chichonal’ (1982) que azolvaron todos los ríos, lagunas y vasos reguladores de Tabasco, y ahí radica el verdadero problema.

Por otra parte, si en 1980 el presidente José López Portillo le hubiese hecho caso al gobernador Leandro Rovirosa Wade para la construcción del canal de navegación ‘Samaria-Mecoacán’, otro gallo nos cantara, pues prefirió ‘congelar’ la obra por hacerle caso a los economistas tabasqueños y nacionales, encabezados por Arturo Núñez Jiménez, Andrés González García, Mario Juárez Zapata, Gildardo López Baños, Mario Tello Domínguez, Máximo Zapata Hernández, Edilberto Ortiz Ramón, Margarita T. de Tello, Patricio García Caraveo, Rafael Guarneros y Pérez y Carlos Ramírez Hernández, que ya en esos tiempos presentaban alianzas con el conservadurismo.

Así pues, el problema de nuestros hidrógenos caminos, nos hace evocar al poeta de América, Carlos Pellicer Cámara, en su fragmento final de sus ‘Cuatro cantos en mi tierra’, allá por el año 1943: “Agua de Tabasco vengo, Agua de Tabasco voy, de agua hermosa es mi abolengo, y es por eso que aquí estoy dichoso con lo que tengo”.

Ahí tienen las autoridades algo para ilustrarse sobre las inundaciones en el llamado edén del Sureste. Nos leemos en la próxima. Qué chingones los del ISSET, que ‘mejoraron’ a modo el numeral 8º del artículo 111 de la Ley de Seguridad Social del Estado de Tabasco para que quienes pretendan realizar un préstamo a corto plazo después de haber finiquitado el anterior, deben tener por lo menos 6 meses de haber concluido su último crédito.

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