Guayabazo
El Jalpa de mis recuerdos Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com Revisando papeles viejos me encontré un texto que hace una década escribí y me hizo evocar el Jalpa de hace medio siglo que un querido amigo, ya descansando en el eterno oriente, plasmó en su libro ‘Reminiscencia jalpaneca’. La historia, costumbres, tradiciones y personajes populares de […]
28 de septiembre de 2020

El Jalpa de mis recuerdos

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
Revisando papeles viejos me encontré un texto que hace una década escribí y me hizo evocar el Jalpa de hace medio siglo que un querido amigo, ya descansando en el eterno oriente, plasmó en su libro ‘Reminiscencia jalpaneca’.

La historia, costumbres, tradiciones y personajes populares de la tierra de la jicarita y la butifarra, por fin quedaron plasmados en un libro, en el que el profesor Rodolfo Alamilla Pérez realizó una bien lograda radiografía de sus personajes y sitúa al municipio en los contextos mundial, nacional y local mediante una reminiscencia que invita a leer su obra.

En sus evocaciones, el escritor narra la vida de ‘Don Pianito’, ‘Tío Mentiras’, ‘Don Chilango’ y ‘Don Guayabita’, entre otros personajes populares de esa comuna que acaparan la atención de quienes han tenido la oportunidad de leer tan interesante y fabuloso texto.

Y cómo no recordar a mi señor Padre en aquellos aciagos tiempos, cuando con una enorme y pesada bandeja, que contrastaba con su baja estatura, ‘Don Guayabita’ (cuyo nombre y apelativos era: Manuel García Orueta) recorría las enlodadas calles del Jalpa de mediados del siglo XX, y donde la gente, admirada, se preguntaba: ¿De dónde sacaba fuerzas para levantar tan pesado cajón?… algunos lo intentaron, pero no pudieron, era asunto de fuerza y destreza.

El personaje fue ejemplo de laboriosidad y con su trabajo dio manutención a una familia de 10, pues aparte de la venta de pan, también lo hizo con un carrito peletero y, casi al final de su existencia (vivió 51 años) vendió periódicos nacionales y locales, así como todo tipo de revistas.

Pero, sin duda, ‘Tío mentiras’ (Don Porfirio Javier Candelero era su nombre y de oficio chicharronero), atrae la atención en su narrativa: Contaba el personaje que “en cierta ocasión salió a cortar hojas para tamales; traía puesto un reloj de pulso que le estorbaba, por tal motivo se lo quitó y lo dejó colgado de la rama de un árbol, se olvidó del reloj y lo dio por perdido. Después de muchos años pasó por el mismo lugar y dice haber escuchado el tic-tac del reloj; se subió al árbol y en una de sus ramas estaba el reloj de cuerdas que había extraviado” (en ese tiempo no existían los relojes automáticos).

Reminiscencias explica acerca del famoso ranchero más rico de la región, Don Jaime Domínguez Sánchez, importador de caballos de razas finas; estampa, trote paso y largas colas, a los que cuidadosamente cruzó para obtener preciosos ejemplares y dedicó especial atención a la cría.

Don Beto Campos Ochoa, encargado de amansar potros cerreros, hasta que los acostumbraba obedecer el freno y consentían la silla sobre el lomo, los amaestraba para hacer distintos lances. Después se dedicó a la labor de carnicero, donde en muchas ocasiones nos regalaba retazos de carne con hueso para ayudarnos en nuestra precaria alimentación.

Y cómo no recordar las ocurrencias de ‘Don Pianito’ (Cipriano Vázquez), el que constantemente nos espantaba con cuentos y narraciones de duendes que, según él, le habían jugado muchas bromas. El personaje, güero, pelo cano, de diminuta estampa, nos hablaba de las peripecias vividas tanto en su pueblo como en la capital del país.

Y, sobre todo, las vivencias que tuvimos con ‘El Coime’ (Don Manuel Madrigal Ulín), quien desde las primeras horas de la mañana junto con su esposa vendían y destazaban pollos en el mercado; al mediodía y hasta deshoras de la noche, era el coime del único billar del pueblo que también expendía deliciosas leches frías y paletas de sabores.

De ‘Don Chilango’, maestro y poeta Cirilo García Méndez, también recordamos que sólo se inspiraba con una copa de vino y de ahí nació su poema “El borracho’, donde narra casos de su vida real, cuando por jalarle las enaguas a una señorita lo guardaron varios días en la cárcel jalpaneca.

El trabajo de investigación del acucioso mentor, consta de 225 páginas en las que, además de una compilación de la historia de los primeros pobladores de este municipio, jefes políticos, conquistadores y personajes populares, incluye poemarios, cronología histórica y glosario de tabasqueñismos.

En verdad es una lástima que el autor haya fallecido, dejado inconclusa tan importante investigación, porque hay personajes importantísimos en la historia de mi querido Jalpa, como la de Don Sabino Ulín Lamoyi, Don Sebastián Lamoyi Ulín, a quien cariñosamente le llamaban sus amigos ‘Chile menudo’; Isidoro Castillo Vázquez (Chololo), el Mister México Neftalí Cerino Pérez, Don Chucho Orueta, Don Diógenes Orueta; Doña Sabina May, la famosa ‘Tía Sabina’ que ofrecía la mejor ‘carne fresca’ para los masculinos, en fin, muchísimas personas de todos mis respetos. Nos leemos en la próxima

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