Guayabazo
La “guerra” contra el crimen organizado imposibilita el periodismo de investigación “Hago este tipo de periodismo, en parte, porque considero que los periódicos deberían escribir sobre la gente que, de una forma, no tendría voz. Si nosotros no vamos a escribir sobre los indigentes, los pobres o los que sufren alguna discriminación, ¿Quién lo hará? […]
11 de septiembre de 2020

La “guerra” contra el crimen organizado imposibilita el periodismo de investigación

“Hago este tipo de periodismo, en parte, porque considero que los periódicos deberían escribir sobre la gente que, de una forma, no tendría voz. Si nosotros no vamos a escribir sobre los indigentes, los pobres o los que sufren alguna discriminación, ¿Quién lo hará?
Jonathan Kaufman,
Reportero de investigación de
The Boston Globe

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
El artero crimen del reportero del diario ‘El mundo’, que fue asesinado y decapitado en Tezonapa, Veracruz, nos hace reflexionar sobre la peligrosidad que representa hoy en día ser periodista.

En un trabajo de compilación de 19 artículos de periodistas e investigadores de 14 países de América Latina, el Dr. Eudoro Terrones Negrete de la Universidad Jaime Bausate y Meza, en Perú, recoge la esencia de lo que es este género periodístico, sus fortalezas, limitantes y debilidades.

El periodismo investigativo fortalece el debate, enriquece la democracia, porque cumple un papel trascedente en la democratización, aunque, como señala Hirschman (1991) tiene un “efecto perverso” si su práctica es irresponsable y no puede hacer otra cosa más que dañarla.

Se define como una búsqueda de información veraz, la cual instituciones públicas o privadas y poderes fácticos ocultan para que no sean conocidos por la sociedad.

Es, en sí, como lo señala el doctor e investigador limeño Eudoro Terrones, “el descubrimiento de la verdad que se obtiene de las observaciones, hechos que se ajustan a lo estipulado por las leyes”.

El no tener la información anterior y falsearla, así como no desarrollarla con métodos, técnicas, procedimientos, dejaría de ser un elemento de investigación científica.

El periodista investigador no podrá realizar su trabajo si tiene como limitante la oposición de los editores, el temor de posibles testigos, amenazas de muerte, escasa bibliografía, temores y presiones, falta de tiempo, miedo, etc.

EL PERIODISMO DE INVESTIGACION EN MEXICO
Luego de la caída del periodista Julio Scherer García en el diario conservador El Excélsior, a raíz de un complot fraguado desde las oficinas de Bucareli, donde se llevaba estricto control de la política nacional, el equipo derrocado funda la revista Proceso. Eran los años setentas y, por fin, después de décadas de autoritarismo iniciaba el rompimiento de cadenas y mordazas en el periodismo mexicano.

De ahí surgen nuevos y agresivos medios como Unomasuno, La Jornada, El Financiero y Reforma, que habían intentado una línea editorial independiente ajena al oficialismo, pero gobiernos del conservadurismo los malearon, pues ¿quién se podría resistir a ‘cañonazos millonarios’?. Medios de provincia como El Imparcial, Zeta y el ya desaparecido Siglo 21 de Guadalajara, intentaron publicar versiones diferentes a la que continúa prevaleciendo en México, pues la sociedad demandaba que las cosas se dijeran con libertad.

Todos ellos han tenido que sortear obstáculos en la búsqueda del trabajo investigativo, sufriendo amenazas de muerte y agresiones, asfixia financiera, intervenciones telefónicas y seguimientos, desprestigio, presión para despedir a directivos de la prensa, implante de pruebas y evidencias, censura directa, exilio, cárcel, intervención electrónica, infiltración de personal y ofrecimientos de dinero a cambio de favores.

En provincia, el periodismo de investigación poco ha trascendido. Sólo hechos aislados se registran en algunas entidades. En la precaria existencia de esa importante rama del periodismo, Tabasco registra pocos periodistas que verdaderamente han realizados labores de investigación:

Miguel Octavio Merino, periodista sagaz e intuitivo de los años 70s, logró desenmarañar actos de corrupción gubernamental, pero tal acción le costó la vida.

Isidoro Pedrero Totosáus, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, ejerció gran parte de su vida periodística en la investigación. Sus trabajos, aunque a él no le dieron dividendos más que la satisfacción de ser periodista en toda la extensión de la palabra, al clan Cantón sí, pues aprovecharon esta actividad para obtener poder político y económico con su cadena de medios encabezados por el diario “Tabasco Hoy”.

En algún tiempo, los periodistas Jacinto López Cruz, Rodulfo Reyes, René Alberto López, José Chablé, Erwin Macario, hoy dedicados a la columna, hicieron este tipo de trabajos. En la actualidad, es difícil realizar un periodismo de investigación, por diversas cuestiones:

1.- La “guerra” que libran gobierno y crimen organizado, imposibilitan la investigación, pues en la mayoría de las veces el comunicador es amenazado, secuestrado o asesinado de una u otra parte.

2.- Los directores de medios prefieren soslayar el tema investigativo, en primer lugar, porque reciben apoyo económico de las partes en pugna.

3.- Los viejos periodistas prefieren no dedicarse a labores de investigación, dado que, en su mayoría, se van por lo más fácil y ejercen en el género de columna.
4.- Los recién egresados de las universidades son neófitos del tema. Ellos toman el camino más fácil: La radio y televisión dedicándose a comentarios superfluos y sin valor informativo.

En conclusión, los periodistas deben tener cuidado de no caer en la falacia, miedo y que los nuevos reporteros de la investigación tengan en cuenta las “cinco fases P”, de las que propone en su artículo el catedrático español de la Universidad de Laguna, José Manuel de Pablos: Pista, pesquisa, publicación, presión y prisión, que marcan el punto de inicio, consulta de fuentes, publicación del material, la presión para desvirtuar el trabajo del periodista y la prisión del investigado… Es todo, nos leemos en la próxima.

Compartir: