Guayabazo
La Cristiada en Tabasco Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com En los prolegómenos de un cisma religioso que marcaría para siempre la vida eclesiástica y política de México, se observaba la huella de persecuciones de curas que los gobiernos de Victoriano Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles habían dejado en todo el todo el país y […]
29 de junio de 2020

La Cristiada en Tabasco

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
En los prolegómenos de un cisma religioso que marcaría para siempre la vida eclesiástica y política de México, se observaba la huella de persecuciones de curas que los gobiernos de Victoriano Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles habían dejado en todo el todo el país y cuyo objetivo principal era que cuando el último cura colgara del campanario de la iglesia, se terminaría la cruenta lucha que, al final de cuentas, pagó con creces el pueblo mexicano.

En Tabasco, cuando explotó la guerra cristera a nivel nacional, sólo había solicitudes del pueblo al gobierno federal para restituir los bienes a la Iglesia. A partir de 1925, el gobierno interino hizo una solicitud por escrito al presidente Plutarco Elías Calles, para que los templos católicos que estaban abandonados fueran devueltos.

Y es que las iglesias de las comunidades de La Punta, Guapinol, Tecomajiaca, Esquipulas, Cucuyulapa y Santiago, así como la de la plaza principal de Jalpa, Centro, Macuspana, Teapa y Cunduacán se encontraban en ruinas y sin uso.

Desde 1822 los recintos sagrados habían dejado de funcionar porque el gobierno había decidido convertirlos en escuelas primarias. Y posteriormente, en el gobierno de Ausencio C. Cruz, se continuó con la misma política, porque consideraban más necesaria la educación que la religión y porque los campesinos e indígenas tabasqueños necesitaban aprender.

Desde 1926, la población católica presionó para que les entregaran las iglesias y finalmente, en 1958, Gobernación cedió, pero en parte: El edificio de la Liga Central de Resistencia se aceptó fuera empleado como Escuela Racionalista.

Lo anterior no le pareció a algunos católicos (como el jurado enemigo del garridismo, Don Fernando Alipi Oropeza, dirigente de la Liga de Defensa Social Tabasqueña), que mediante misiva enviada al gobierno de Calles, le dice que los templos de Esquipulas y La Concepción estaban siendo utilizados para reuniones de carácter político, por parte de empleados públicos seguidores del gobernador Tomás Garrido Canabal.

Tal protesta, llevaba la finalidad de acusar a Garrido de disponer en Tabasco de vidas y haciendas y sobre todo por haber incendiado templos como el de la Santa Cruz, inmueble que era utilizado como bodega donde se resguardaban las imágenes sustraídas de otras iglesias.

La carta acusatoria señalaba –según Carlos Martínez Assad en su capítulo ‘El tiempo de Garrido’—, que un individuo había realizado un viaje desde Frontera (Centla) hacia la capital para quemar el templo y posteriormente, bajo las sombras de la noche, regresar al puerto. Garrido lo negó y argumentó que tal incendio había sido un invento de los católicos.

El gobernador Ausencio C. Cruz aclaró a la Secretaría de Gobernación, que las mismas autoridades federales estaban investigando el hecho y que la Liga de Defensa Religiosa mentía porque en Tabasco existía un régimen de derecho. Además, dijo, habían traicionado los principios de la Revolución porque se encontraban en la ciudad de México, «[…] huyendo de la justicia en virtud de haber tomado parte activa en el fracasado movimiento delahuertista».

Un hecho significativo en Tabasco fue el de San Carlos, Macuspana, donde personas bajo las órdenes de Garrido se habían presentado en la fiesta religiosa causando una masacre que dio como saldo docenas de muertos y heridos.

Otro registrado en la ciudad de Cárdenas el Viernes Santo de 1930, cuando se realizó el peor sacrilegio de que se tenga noticia: El alcalde, empleados de confianza e invitados especiales se reunieron en la iglesia central para divertirse. Habían confeccionado un altar que en su parte central contenía una cabeza de cerdo adornada con pinturas rojinegras. Tal banquete, celebrado en plena iglesia, se constituyó como una burla a la Iglesia en Tabasco.

Así también, en Jalpa de Méndez (1928), la Liga de Resistencia ocupó el templo de San Francisco de Asís por órdenes del alcalde. Ante ello, medio centenar de señoritas se dirigieron al secretario de Gobernación para solicitarle la devolución, pues era el único templo existente en el municipio donde realizaban sus oraciones. La orden fue atendida y se giró instrucciones al alcalde, y éste respondió que tal inmueble estaba ocupado por una escuela porque el presidente Calles así lo había decidido.

La apertura de cultos a nivel nacional, después de firmados los acuerdos entre Iglesia-Estado, hicieron difícil la situación, existía irritación en Tabasco, donde el anticlericalismo permeaba. Ante ello, el arzobispo primado de México y ex obispo de Tabasco, Pascual Díaz Barreto, intervino ante la Secretaría de Gobernación para informar que, en Teapa, se aprovechaban de la inocencia de niños que recibían órdenes para demoler pilas bautismales y altares.

Gobernación reportaba que, de 85 templos existentes en la entidad, 68 estaban convertidos en escuelas, otros más habían sido tomados a discreción, en 15 de ellos se continuaban realizando cultos y 16 habían sido clausurados.

En general, la época de la Cristiada fue el parteaguas para que en un lapso de diez años de agitación social y crisis económica (1939), Manuel Gómez Morín fundara el Partido Acción Nacional, que también, al igual que el PRI, tuvo una época de terror y muerte. Es todo, nos leemos en la próxima.

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