Guayabazo
Ya nada será igual Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com ¿Qué destino nos repara para después del ‘coronavirus’?, es la pregunta que todo mundo se hace en estos tiempos álgidos para la salud de los mexicanos, y al respecto, todavía ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciaba que pronto dará a conocer la fórmula para medir […]
22 de mayo de 2020

Ya nada será igual

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
¿Qué destino nos repara para después del ‘coronavirus’?, es la pregunta que todo mundo se hace en estos tiempos álgidos para la salud de los mexicanos, y al respecto, todavía ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciaba que pronto dará a conocer la fórmula para medir el bienestar colectivo, con honestidad, austeridad, cultura y la felicidad.

Y ciertamente, nos debemos preparar para el futuro, porque a partir del ‘Covid-19’, ¡ya nada será igual!. Al menos así nos los platicó el doctor José D. Batista en una videoconferencia desde su natal Puerto Rico, y explica que estamos en medio de un cambio en el que el ser humano no se ha preparado para ello y la demanda del entorno es más grande que la capacidad de desarrollo hacia nuestro interior; es decir, nos hemos acostumbrado a querer lo más fácil sin ningún trabajo y lo que estamos preparando para el futuro es igual.

Por todos lados leemos que los jóvenes de hoy tienen una pobre integración social, alta negatividad, irritabilidad, en fin, todo lo contrario, a las buenas costumbres.

Así pues, es mejor que reflexionemos acerca de en qué clase de mundo queremos vivir; claro que esto será un asunto dificilísimo de responder por la sociedad mexicana que, hoy en día, está representada en su mayoría por los más pobres y la clase media baja, debido a que el grueso de la población ha llegado a estatus críticos porque ha perdido el control de muchas cosas.

Y aquí cabe la reflexión: Si Dios nos ha permitido que volvamos a casa, debemos aprovechar esa oportunidad y razonar, más que pensar, acerca de la mejor forma de cómo queremos salir airosos de la pandemia.

En infinidad de entregas, hemos referido que necesitamos de una educación que incluya un modelo de desarrollo del ser, dado que la educación de hoy es puramente cognitiva, nada afectiva. Es decir, nos preocupamos más por lo que el niño tenga en la mente que lo que tenga en el corazón. Por tanto, el ser humano de hoy perdió la dimensión de ser espiritual.

¿Qué quiere decir esto?… que nos comuniquemos al mismo nivel de empatía, de amor, como seres humanos que habitamos en un mismo lugar, porque sinceramente la separación es dolorosa.

En 2012, el eminente neuropsiquiatra, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y embajador representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente, adelantaba en un seminario, que había en nuestro país un aumento increíble de psicosis, demencia, angustia, depresión, suicidio y pobreza. Y eso, en tiempos actuales, debe de encender los focos rojos del gobierno para bajar esos niveles en el país.

Todos debemos colaborar, comenzando por nosotros mismos, porque sería utópico esperar que una nueva política global o nacional de salud cambie toda la estructura de pensamiento colectivo social; es la única forma de cambiar de manera importante estas ideas tan arraigadas. Sólo así lograremos salir adelante. De lo contrario… ¡Dios nos agarre confesados!

Se olvidan de padecimientos
crónico degenerativos
Por otro lado, las enfermedades no transmisibles se han convertido en la mayor carga para los sistemas de salud, las denominadas “cuatro grandes” enfermedades (cardiovasculares, cáncer/neoplasias, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes tipo 223) representan la mayor cantidad de fallecimientos en los países considerados en vías de desarrollo. Al parecer, se han olvidado de estos padecimientos degenerativos catalogándolos como «problemas de carácter y de debilidad», y dedican la mayor parte del gasto a combatir las transmisibles, como lo son Covid-19, influenza, tuberculosis, cólera, etcétera.

También, se han olvidado de los altos niveles de prevalencia de los trastornos mentales. En la página de Covid de la Secretaría de Salud, ciertamente hay un teléfono para que la población se comunique y desde ahí, vía telefónica, orientan a la gente, pero como señalábamos líneas arriba, no suficientemente para el grueso de la población que ya comienza a presentar problemas de tipo psicológico.

Consideramos urgente que la sociedad y autoridades de salud abran los ojos a los problemas mentales y los padecimientos crónico degenerativos, los cuales deben enfocarse como verdaderas enfermedades.

¡Otra vez Tabasco!
Los tabasqueños podrían ser la ‘oveja descarriada’ que no cumpla cabalmente con la conclusión en orden de la Jornada Nacional de Sana Distancia programada para el día último de este mes, al presentar el comportamiento de una ‘curva bimodal’ que registra dos picos de contagio de ‘Covid-19’ de manera ascendente.

Según epidemiólogos, esto significa que en algún momento en promedio siete días previos al 10 de mayo hubo posiblemente un relajamiento de las medidas de distanciamiento social que llevó a que presentara este fenómeno de exacerbación de la transmisión.

Así pues, la invitación es a la sociedad tabasqueña para que se pongan abusados y eviten salir de casa, porque si esto ocurre en otros estados o en el conjunto del país, el asunto se podría tornar catastrófico. Es todo, nos leemos en la próxima.

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