Guayabazo
¡Provocadores del caos! Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com A lo largo de la historia se han desarrollado cuatro generaciones de guerras: La de líneas y columnas tácticas con armas de fuego (1648-1860); la primera guerra mundial (1914-1918), basada en la capacidad industrial y de transportes, así como la creación masiva de trincheras para proteger a los […]
27 de abril de 2020

¡Provocadores del caos!

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
A lo largo de la historia se han desarrollado cuatro generaciones de guerras: La de líneas y columnas tácticas con armas de fuego (1648-1860); la primera guerra mundial (1914-1918), basada en la capacidad industrial y de transportes, así como la creación masiva de trincheras para proteger a los soldados de la potencia de fuego; la de movilidad y maniobras de fuerzas mecanizadas y aviones; y las guerras híbridas ante el avance notable de las tecnologías de la información y comunicación que se desarrollan con métodos no convencionales, no militares, en donde entran en juego los actores no estatales y los grupos irregulares (como terroristas, guerrillas y grupos rebeldes) utilizando el campo electrónico y el ciberespacio convirtiéndolos en dimensiones conflictivas.

La ‘Teoría del caos social’ tiene como finalidad provocar el odio y el miedo. A partir de la llegada de la pandemia del ‘Covid-19’, hemos sido testigos de la actitud de provocadores del caos que buscan influenciar a la sociedad con levantamientos y rebeliones, en el afán de hacer caer el régimen que hoy nos gobierna. Ellos están decididos a incitar una reacción social, utilizando campañas de desprestigio, organizando movilizaciones de desobediencia civil, infiltraciones en los poderes y gobiernos estatales, realizando ataques cibernéticos y conspirando políticamente.

El estudio sobre el caos de los ideólogos: Leo Strauss, Steve Mann, Zbigniew Brzezinski y Thomas Barnett, nos ilustra sobre los procesos de caos y desestabilización que se manifiestan en violencia, crisis políticas, desobediencia civil, rebeliones, levantamientos, revoluciones, cambios de gobierno, guerras civiles, conflicto entre facciones, estados fallidos, en fin, todo lo que en últimas fechas han estado realizando quienes no comulgan con el presidente Andrés Manuel López Obrador y, en el ámbito local, con el gobernador Adán Augusto López Hernández.

Después de que el doctor Hugo López-Gatell diera el anuncio de que entrábamos a la tercera fase de la pandemia. El propio mandatario ordenó la publicación de medidas que deberían ser acatadas por la población para evitar la proliferación del contagio del virus SARS-CoV-2. La guerra desatada contra la administración lopezobradorista arreció y, a través del canal de TV Azteca, comunicadores de radio y televisión (Víctor Trujillo ‘Brozzo’, Carlos Loret de Mola, Javier Alatorre y columnistas de los diarios El Universal, Reforma y ABC), comenzaron a invitar a la sociedad a no hacer casos de las indicaciones de López-Gatell, presumiblemente porque estaba mintiendo respecto las cifras de contagios.

La misma réplica se dio en varios estados del país, entre ellos Tabasco, donde después de haberse decretado el inicio de la fase 3 de la alerta sanitaria, el jefe del Ejecutivo anunció el uso obligatorio de cubre bocas, restricción de la movilidad y horario de supermercados, con el único objetivo de evitar la creciente propagación y el contagio del ‘coronavirus’, sobre todo la pérdida de vidas humanas. Por ello, instruyó a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, así como a la Secretaría de Movilidad, para que dieran estricto cumplimiento y vigilaran que los tabasqueños cumplieran con las nuevas disposiciones.

El gobernador Adán Augusto, lo único que hizo fue dar cabal cumplimiento a las disposiciones plasmadas en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Sanidad, que establece acciones a ejecutar como medidas de seguridad para proteger la salud de la población ante la pandemia:

“Artículo 69.- ordena que lo primero que se debe considerar es el aislamiento. Artículo 70.- Establece la cuarentena, es decir, la limitación a la libertad de tránsito de personas sanas que hubieran estado expuestas a una enfermedad transmisible, por el tiempo estrictamente necesario para controlar el riesgo de contagio. Artículo 75.- La Ssa podrá ordenar la inmediata suspensión de trabajos o servicios, como una medida de precaución. Artículo 76.- La suspensión de trabajos o servicios será solamente temporal, aunque podría ser total o parcial, y se aplicará por el tiempo estrictamente necesario para corregir las irregularidades que pongan en peligro la salud de las personas. La Secretaría de Salud o gobiernos en los estados podrán decretar las medidas de seguridad de forma inmediata”.

Así pues, por dar cumplimiento a tal disposición, el secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez Requena, fue objeto de escarnio en medios nacionales, locales y redes sociales. quienes trataron de enfrentarlo con la población tabasqueña, tan sólo por haber reprendido a un ciudadano por incumplir las medidas decretadas, el cual se rehusaba a portar el cubre bocas, además de faltar el respeto a la autoridad.

De ninguna manera podríamos aceptar tener un cuerpo de seguridad tierno y suave, porque la población se mofaría de ellos y le perdería el respeto. Al contrario, se observa que tenemos un jefe de seguridad, respetuoso sí, pero con carácter y determinación para hacer que se cumplan las leyes.

El caso es que la treta política para provocar caos social, en vías de desestabilizar el gobierno de Tabasco, fue echada a andar con otro elemento más: soltar a la delincuencia para saquear comercios. Ya lo hicieron con Súper Sánchez y Soriana en Centro y Cárdenas; lo mismo que, aprovechándose de los tiempos de infortunio e incertidumbre, politiquillos de Tenosique pretendieron sacar raja del asunto, ‘encuerdando’ a unos despistados a manifestarse. En dado caso sólo una interrogante: ¿Quiénes son los protagonistas del caos social?… alguien debería dar nombres… En fin, nos leemos en la próxima.

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