Guayabazo
Incertidumbre en el Edén Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com Aún no llegan las lluvias fuertes y ya Villahermosa está semi amurallada. Da tristeza recordar los terribles momentos que sufrimos con las inundaciones de 1999 y la de finales de octubre de 2007, esta última, cuando Tabasco registró lluvias extraordinarias de 776 milímetros en un lapso de […]
6 de octubre de 2022

Incertidumbre en el Edén

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
Aún no llegan las lluvias fuertes y ya Villahermosa está semi amurallada. Da tristeza recordar los terribles momentos que sufrimos con las inundaciones de 1999 y la de finales de octubre de 2007, esta última, cuando Tabasco registró lluvias extraordinarias de 776 milímetros en un lapso de un mes, que representaron el 82 por ciento por arriba de su promedio normal. Fue la creciente más significativa en los últimos 50 años y la inundación más catastrófica en la historia moderna de la entidad que registró más de 1 millón de damnificados.

La inundación fue el evento que más dañó al municipio de Centro y la capital Villahermosa, debido al desbordamiento de los ríos Pichucalco, Mezcalapa, La Sierra, Grijalva y una parte del Carrizal; sin contar la creciente en la región serrana de los ríos Tacotalpa, Teapa, Oxolotán, Puyacatengo, Pichucalco, Puxcatán y Tulijá.

La impresionante cantidad de agua que cubrió gran parte del territorio tabasqueño, fue lanzada por el frente frío número 4, localizado sobre Chiapas y Tabasco, y la combinación de la tormenta tropical ‘Noel’ en el Mar Caribe, generando lluvias torrenciales con acumulados de 150 a 250 milímetros. Lo anterior, sin contar que parte de esta gran cantidad de agua cayó en la zona del alto Grijalva, en el norte de Chiapas, donde llovió 72 horas con acumulados de 400 milímetros que representaron el 94 por ciento de su promedio normal para todo octubre, lo que llevó al vaso de la presa de ‘Peñitas’ a ubicarse por arriba de su nivel máximo, obligando a la CFE a desfogar primeramente 700 metros cúbicos por segundo y luego aumentarla a mil, mil 200 y llegar hasta los mil 500.

Al desfogue de Peñitas se sumaron las intensas lluvias y el ‘tapón’ que generó el oleaje marítimo, que hasta el 31 de octubre y primero de noviembre impidieron que las aguas del río Grijalva descargaran libremente hacia el Golfo de México en la llamada Barra de Frontera.

La gran cantidad de escurrimientos de la sierra tabasqueña por consecuencia provocaron el aumento del nivel del Grijalva a su paso por Villahermosa, llevándolo arriba de los 7 metros, que sumado al alto nivel que presentaba El Carrizal ocasionaron que la madrugada del 31 de octubre y primero de noviembre el Centro Histórico, las colonias: Guayabal, Municipal, Mayito, Primero de Mayo, Casa Blanca, Indeco-Ciudad Industrial, Sabinas, Plutarco Elías Calles, Tierra Colorada, Gaviotas Norte, Gaviotas Sur y Las Mangas I y III, entre muchas otras, amanecieran bajo el agua.

Protección Civil dio cifras de damnificados (200 mil), pero conforme fueron pasando las horas y los días, el número pasó a más de 1 millón 200 mil en cerca de 600 comunidades de los 17 municipios.

Para ese entonces ya se habían habilitado más de mil albergues; sin embargo, ante la gran cantidad de afectados se tuvo que trasladar una buena parte a Veracruz y Campeche, mientras que otros decidieron emprender el viaje al Distrito Federal, Puebla, Oaxaca y Estado de México.

De acuerdo al informe de daños dados a conocer por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las inundaciones de octubre y noviembre del 2007 en Tabasco dejaron más de 1 millón 200 mil damnificados de 10 municipios, con un monto económico superior a los 31 mil 871 millones de pesos por concepto de daños materiales y pérdidas.

Del total de daños y pérdidas el 28 por ciento lo sufrió el campo (más de 8 mil 912 millones de pesos); el 33 por ciento lo sufrió el comercio y servicios (más de 10 mil 546 millones de pesos). El sector vivienda reportó más de 2 mil 546 millones de pesos; mientras que las afectaciones a la infraestructura de la ciudad fueron por 5 mil 681 millones de pesos, que representan el 18 por ciento.

De las inundaciones han surgido planes hídricos de todo tipo. La danza de millones ha servido para convertir a políticos y servidores públicos, desde el nivel más alto hasta el más bajo, en multimillonarios. Siempre se ha hablado de llevar a cabo investigaciones profundas, pero hasta la fecha nunca ha caído un ‘pez gordo’ de estos menesteres.

Hoy, nos salvamos del llamado ‘cordonazo de San Francisco’, pero nos esperan 90 días de incertidumbre y, con el ‘Jesús’ en la boca, imploramos que en esta ocasión no nos llegue el agua al pescuezo como en fechas anteriores. De todos modos, ya nos acostumbramos a estos eventos y, al menos quien esto escribe, he dejado completamente desocupada la planta baja de mi domicilio previendo la contingencia. Y, como siempre, gobiernos y funcionarios se aprovecharán del dolor humano y, si esto sucede, ahí vendrá el glorioso ejército mexicano a entregar enseres, despensas y demás chucherías… Es todo. Léenos en diario Rumbo Nuevo y síguenos en: Facebook y Twitter @GuayabazoGarcia. Sean felices.

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