Guayabazo
Fovicobatab, cuantioso fraude Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com En el gobierno de Roberto Madrazo Pintado, el Cobatab constituyó un fideicomiso a favor de sus trabajadores, ante la imposibilidad de otorgar aportaciones para el Fondo de Vivienda. Se trata del Fideicomiso de Inversión, Administración y Asignación de Recursos para el Programa de Financiamiento a la Vivienda del […]
20 de abril de 2020

Fovicobatab, cuantioso fraude

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
En el gobierno de Roberto Madrazo Pintado, el Cobatab constituyó un fideicomiso a favor de sus trabajadores, ante la imposibilidad de otorgar aportaciones para el Fondo de Vivienda. Se trata del Fideicomiso de Inversión, Administración y Asignación de Recursos para el Programa de Financiamiento a la Vivienda del Personal Docente, de Apoyo y Asistencia a la Educación y Directivos del Colegio de Bachilleres de Tabasco (Fovicobatab), registrado ante Banamex con el número 165027-9.

Tal convenio se estableció el 4 de julio de 1997, con una aportación inicial de 2 millones 819 mil 075 pesos 24 centavos y la razón para crearlo era otorgar dicho beneficio a favor de los trabajadores resguardando dicho patrimonio.

En una de sus cláusulas se asentó que el Cobatab, al haber enterado dichas aportaciones por este concepto, no podía disponer del mismo de manera alguna ya que los recursos los administraba y tutelaba Banamex (hoy Citibanamex).

Así pues, adicional a la aportación inicial, el patrimonio del Fideicomiso se incrementó con las aportaciones del 5% por tres conceptos: Importe del sueldo mensual tabular de los trabajadores; amortizaciones de los préstamos otorgados de forma mensual a los trabajadores del sindicato de administrativo; y rendimientos netos que se obtuvieron de la inversión del patrimonio del Fideicomiso.

A lo largo de más de dos décadas, Cobatab cumplió con la entrega de manera consecutiva de los recursos descontados al personal de confianza y sindicalizados, así como personal eventual (que no tenían derecho a ello), con lo cual se incrementó el patrimonio de manera considerable, dichas retenciones quedaron reflejados en los recibos de pago de cerca de 3 mil trabajadores, únicos facultados para disponer del recurso generado en el fideicomiso a través de la solicitud de cancelación del mismo que en esos días arrojaba una ganancia de más de 80 millones de pesos.

Sin embargo, la administración que encabezó el doctor Jaime Mier y Terán Suárez, incondicional del gobernador Arturo Núñez Jiménez a quien había aportado 50 millones de pesos a su campaña, descubrió que ahí estaba la ‘mina oro’ y procedió, mediante una artimaña leguleya en la que participaron, el director Jurídico, Carlos Alberto Pacheco Duran y como solicitantes los líderes sindicales: Mateo de la Cruz Hernández, del Sicobatab; Ramón Humberto Beltrán Chairez, del Sindicato Independiente de Trabajadores del Colegio de Bachilleres de Tabasco (SIDTCBT), y Juan Antonio García Vicente, del sindicato único de trabajadores de apoyo a la educación del colegio de bachilleres de Tabasco (SUTAECBT), quienes se convirtieron en cómplices del acto fraudulento, para ganarle la demanda a Citibanamex y poder retirar la voluminosa cantidad.

Las presiones del ex líder sindical, José Ramón Díaz Uribe, aceleraron el plan, pues el propio doctor Mier y Terán aseguraba que eran 25 millones de pesos, en tanto el primero sostenía que la cantidad era más de los 80 mdp.

¿Cómo operaron?. Para hacerse de la millonaria cantidad, lanzaron una convocatoria a través de la página de Cobatab para que quienes participaron en el llamado fideicomiso, acudieran a la Dirección General de la dependencia para otorgar, mediante poder notarial, su consentimiento para retirar el efectivo.

En Junio de 2018, de manera mañosa, Mier y Terán dio a conocer que Banamex era el único facultado para determinar el importe real que correspondía a cada trabajador, de conformidad con sus aportaciones, por lo que, para cometer el fraude más descarado de la historia del Cobatab, idearon un procedimiento para el pago y cancelación del fideicomiso con un trámite individual en línea, solicitándoles en primer término entregar al Departamento de Recursos Humanos: Acta de nacimiento (original y copia), copia del comprobante de domicilio, copia del RFC, copia de la C.U.R.P., copia de identificación oficial (INE, pasaporte, Cédula Profesional), último recibo de pago, correo electrónico personal y número telefónico.

El trámite fue a través de sus directivos y con los documentos se acreditó la personalidad del trabajador ante notario público. El Departamento de Recursos Humanos revisó y la Unidad Jurídica validó los documentos para que, posteriormente, la información se enviara al trabajador, mediante correo electrónico con un usuario y contraseña que ingresaría a la página Web: www.cobatab.edu.mx/fovicobatab.

Realizado el procedimiento, aparecía en pantalla nombre y monto correspondiente al status de participación guardada. El propio director Emilio de Ygartua y Monteverde recibió de Banamex un saldo en la cuenta del Fideicomiso el 31 de agosto de ese año, de 46 millones, 488 mil 117 pesos con 84 centavos, producto de intereses de 45 mdp más 19 mdp, recursos de créditos y gastos notariales.

Verificada la información de cuánto iba a recibir el trabajador, se procedía (mediante un click) a descargar el formato para gestionar la cancelación, el cual ya estaba previamente rellenado con los datos, procediendo a imprimirlo y firmarlo de forma autógrafa, anexándole número de CURP, número empleado ante el Cobatab, lugar y fecha de nacimiento. En verdad, lo que el empleado firmaba era la extinción del Fideicomiso como a continuación se detalla:
“…e) y a su vez ratifico en este acto, cualquier otro documento firmado con anterioridad para llevar a efecto la extinción del Fovicobatab No. 165027-9”.

“Lo anterior en virtud de así convenir a mis intereses, y asimismo estoy de acuerdo que se extinga en su totalidad el fideicomiso No. 165027-9 (FOVICOBATAB)”.

La entrega del documento, prácticamente fue obligado, pues muchos consideraron que el pago de 3, 4 y hasta 5 mil pesos les hacía falta. Y así fue, en un salón del Cobatab, se encontraba un notario que firmaba y sellaba el documento que entregaba a un enviado de Banamex donde les entregaban el pago. Muchos no firmaron ni recibieron el dinero.

El propio y actual director general del Colegio de Bachilleres, Erasmo Martínez Rodríguez, cayó en la trampa tendida por el corrupto doctor para cometer el cuantioso fraude, dado que fue un plan perfectamente bien orquestado para agenciarse recursos que serían utilizados en esos aciagos días electorales.

Los terrenos comprados por el Sicobatab en el gobierno de Manuel Andrade Díaz, ahí están, al parecer sin dueños. Se ignora su uso y para qué se destinarán, pero lo cierto es que son dineros de las aportaciones sindicales y administrativas del propio Colegio. Ahí tiene don Erasmo Martínez, un ‘trompo a la uña’. Es todo, nos leemos en la próxima.

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