De nuevo en Tabasco

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
Este fin de semana, Andrés Manuel López Obrador estará nuevamente en su tierra, en su agua, no sólo para inaugurar la etapa de prueba de la refinería “Olmeca”, en Dos Bocas, sino también para celebrar el cuarto aniversario de su victoria electoral con la que obtuvo la Presidencia de la República el 2 de julio de 2018. El presidente de México, que goza de la aprobación de la mayoría de los mexicanos y sobre todo de los más críticos y pensantes latinoamericanos, ha señalado que esa fecha será un ‘día de fiesta’, y cómo ‘rechingaos’ que no, si para eso nos pintamos solos los tabasqueños, así tengamos el agua hasta el pescuezo.

Pero, además, aprovechando el evento, el mandatario seguramente abordará el tema de la sucesión presidencial; además, habrá de señalarle el camino a tantos alocados que pretenden o apoyan una ficticia candidatura para la gubernatura de Tabasco. Es probable que el señor López dibuje el perfil del que será su sucesor y chance y dé luces del heredero de la silla que hoy ostenta el interino Carlos Manuel Merino Campos.

El caso es que, por ‘equis’ o por ‘ye’, pero ‘alguien’ va a recibir su ‘julepeada’ para que se le quite lo tonto y deje de andar de calenturiento apoyando a ‘Juan primero y su compañero’ en pos de la silla gubernamental.

A estas alturas del partido, ya son 8 los que se han anotado para la jefatura del Poder Ejecutivo en la tierra del Edén, después de que algunos le tomaron la palabra al propio AMLO, cuando dijo en su mañanera que ya no hay tapados; el caso es que, primero se anotó el líder de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Jaime Lastra Bastar; después, sin descartarse, se tiran la bolita los titulares de Pemex y Fonatur, Octavio Romero y Javier May, quienes se han movilizado mucho por diversos municipios de la entidad; y los legisladores federales: Oscar Cantón, Marcos Rosendo Medina, Manuel Rodríguez y Mario Llergo, que abiertamente han dicho que sí la quieren y, por último, se anotó el ex alcalde de Centro, Evaristo Hernández Cruz; vaya, May hasta se ha dado el lujo de inaugurar obras que no son de su incumbencia.

Ahí veremos y estaremos al pendiente de las actividades del amigo Andrés, aunque sea por las ‘benditas redes sociales’, porque a esas giras nunca nos han convocado; y seguramente habrá muchos lamebotas que en nada le ayudan y sólo estorban. La alabanza estará a la orden del día y no existirán, por nada del mundo, los pecados de la mentira, la traición y el robo, como parte fundamental de los mandamientos de ‘San Andrés’.

Claro que también, los preferidos del sexenio, los que menos tienen, se entiende tendrán una representación para decir que continúan ‘al pie de cañón’ apoyándolo, porque saben agradecer las acciones a su favor, ayuda que es lo único que tienen para poder subsistir el tiempo que les queda… porque, a decir verdad, la justicia social les llega a cuentagotas.

Es casi seguro, que escucharemos las vituperantes declaraciones y las rabietas de los ya mini partidos en peligro de extinción, criticando acremente la visita presidencial, para lo cual, eso sí, ya tienen a su personal observando gestos y algún error en la discurseada para tener material con qué continuar en el ánimo de la minoría.

Ojalá y haya alguien que le diga al paisano presidente cuál es la verdadera situación que vive Tabasco, que le señale la problemática de falta de agua potable, porque los responsables de ello están dedicado a otras cosas, menos a solucionar el abasto; que el drenaje es obsoleto y en cada lluviecita las calles de Tabasco se inundan, que la luz eléctrica cuesta más cara y de nada han servido los acuerdos con CFE, que los gasolineros le suben al producto sin que la Profeco haga algo al respecto; que la educación está por los suelos y que hoy en día es más difícil tener acceso a las universidades y escuelas normales públicas… Ojalá… Ojalá… Ojalá.

Así pues, bienvenido presidente, aquél que cuando joven convivía con la plebe, allá en la casona alquilada por Jorge Miguel Luna Cabrera (QEPD), que tenía como vecina la casa de gobierno ‘Quinta Grijalva’; aquél que los fines de semana se quedaba a dormir en las comunidades: Monte Grande, Isla Guadalupe, Mazateupa, San Carlos, Oxolotán y muchísimos centros indígenas tabasqueños más; aquél que un día lo vimos decirle ¡NO ACEPTO!, al gobernador Enrique González Pedrero, cuando le ofreció el cargo más codiciado del gobierno: la Oficialía Mayor, que en esos días era un filón de oro porque tenía centralizada las compras para la obra pública, por sólo señalar algunos.

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