Guayabazo
Enfrentar al Papa con AMLO es pecado Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com El asesinato de dos sacerdotes de la ‘Compañía de Jesús’ en el Estado de Chihuahua, la misma congregación de la que procede el Papa Francisco, mereció un pronunciamiento del líder mundial del catolicismo al final de la catequesis en la plaza de ‘San Pedro’ […]
27 de junio de 2022

Enfrentar al Papa con AMLO es pecado

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
El asesinato de dos sacerdotes de la ‘Compañía de Jesús’ en el Estado de Chihuahua, la misma congregación de la que procede el Papa Francisco, mereció un pronunciamiento del líder mundial del catolicismo al final de la catequesis en la plaza de ‘San Pedro’ donde expresó su dolor y consternación: “¡Cuántos asesinatos en México!. Estoy cercano con el afecto y la oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta los sufrimientos innecesarios”.

Acto seguido, el obispado nacional, en voz de monseñor Ramón Castro Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, consideró que “México está salpicando sangre” por tantos muertos y desaparecidos, entre ellos 27 sacerdotes, que han sido asesinados por el crimen organizado y pide al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador cambiar su estrategia de seguridad ya que la actual está «fracasando”.

En respuesta al Papa Francisco, el mandatario mexicano aseguró que coincide con el pontífice en que la violencia no puede ser combatida con la violencia. “Estos asesinatos, dijo, hacen que reafirme la estrategia de seguridad de “abrazos, no balazos”, y estoy decidido a mantenerla, ya que no es la violencia el camino para conseguir la paz, porque la violencia genera más violencia”.

Como dato, a los miles de críticas de sus opositores, AMLO expuso que al inicio del gobierno de Felipe Calderón se registraban en el país 10 mil homicidios al año y cuando terminó, en el 2012, la cifra fue de 25 mil; Enrique Peña de los 25 mil al inicio de su mandato, cuando concluyó se registraron 36 mil en su último año. “De 36 mil, lo tenemos en 33 mil hasta el año pasado” aseguró y confió en que este año estará más bajo, pero no lo ven así y se asegura que hay más violencia y homicidios.

El lamentable incidente que segó la vida de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, de la parroquia de Cerocahui, se debió a que un laico se fue a refugiar en el templo hasta donde se introdujo el asesino en su búsqueda; los jesuitas al tratar de defenderlo se opusieron y fueron asesinados también. Fue un caso fortuito, es decir, inesperado y producto de casualidad.

Este asunto fue magnificado por los oposicionistas al gobierno lopezobradorista en un claro mensaje que pretende enfrentar al Papa Francisco con el presidente de México y eso, señores obispos, es pecado y de paso, provocar la ira de gran cantidad de jesuitas que es su mayoría están posicionados en el estado norteño de Chihuahua desde que llegaron en el siglo XVII a la región de Chínipas y Tarahumara a evangelizar. Ahí se les ha visto trabajar en la sierra entre los indios tepehuanes, guazaparas y tarahumaras, mientras que los franciscanos se desenvolvieron en los valles y planicies. El primer misionero estable en la región de Chínipas fue el padre jesuita Julio Pascual, martirizado en 1632 junto con el padre Manuel Martínez. Para 1680 fray Juan María Salvatierra dio un vigoroso impulso a la misión que fue afianzada en los años de 1690 y 1730.

Sobre la historia de la Iglesia en México, el jesuita José Luis Evangelista Ávila nos dio la cátedra en la Universidad de Chihuahua, y nos aportó datos y libros importantísimos acerca de la llegada de ese importante grupo al país. Incluso, el actual obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas, figura en la lista de la ‘Compañía de Jesús’, porque fue consagrado como obispo de Nueva Casas Grandes, Chihuahua, desde mayo de 2004.

Aprovecharse de la buena fe del Papa Francisco no tiene razón de ser. Ciertamente el sumo pontífice lamenta los hechos, pero como una simple observación. Recordemos que, como ciudadanos, los obispos tienen tanto derecho como cualquier otro a opinar sobre asuntos que conciernen al Estado, pero la Iglesia como institución no está especialmente autorizada para dar lecciones de cómo se debe gobernar; deben recordar que desde el 12 de julio de 1859 el presidente liberal Benito Juárez decretó la separación entre Iglesia y Estado, hoy plasmado en el 130 constitucional.

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