México tiene porvenir halagador

Manuel García Javier
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El proyecto de integración de América Latina con los países del Norte, por el que tanto ha luchado el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y que los últimos cuatro gobiernos de la República han desdeñado, ya lo tenía visualizado desde la última década del siglo pasado el doctor José D. Batista, creador de la ‘Teoría de la Identidad’.

En una extensa entrevista en el periódico ‘El Siglo’ de Santo Domingo, República Dominicana, de fecha 14 de diciembre de 1993, el científico portorriqueño señala que, si América Latina se une a Estados Unidos, tomarían más de las dos terceras partes del mercado mundial, pero advierte que ello propiciaría la desaparición de la mediana empresa y países como México, se verían en la necesidad de reformar la Ley Educación.

Explica contundente algunas interrogantes de los grandes sectores de la sociedad mexicana y en general de los llamados países del tercer mundo: Cómo enfrentar los retos de final de siglo, qué hacer con las empresas del Estado, cómo enfocar la producción, resolver el desempleo en jóvenes, qué pasará con el concepto de soberanía, cómo insertarse en el sentido económico y político, hacia dónde nos llevará el socorrido liberalismo.

Y no es para menos, el maestro en Neurociencias, predijo que México tiene un porvenir halagador y que para alcanzar el éxito debe transitar en un ambiente de tranquilidad política y social, con una visión de hacia dónde se quiere llegar.

Habla de cambios y liderazgos, paradigmas de comunicación, entorno mundial, de la triada: Europa-Asia-América del Norte y la integración de AL a esos tres grandes del comercio, tecnología, medio ambiente ética y estrategias de gobierno y de negocios, así como la dolorosa transición hacia la industrialización que puede ser terrible.

Hay que recordar que también el maestro Batista vaticinó la caída del Muro de Berlín, el tiempo de la integración de Latinoamérica, los conflictos del Medio Oriente y la posibilidad de violencia en Rusia y Yugoslavia, el resurgimiento de golpes militares y el desempleo masivo en el mundo a medida que toman cuerpo la privatización, flexión, adquisición y alianzas.

Vislumbró que la última década del siglo tendría semejanzas con la de los 60s y que al fin se armonizan las apetencias económicas con las necesidades sociales que propiciarían estar al borde de un estallido social. De ello estableció que la medida más efectiva de bienestar económico es la proporción de clase media que tiene cada país.

Advierte que el proceso de cambio de paradigma que demanda un nuevo modelo de pensar, un nuevo papel o acción simbólica y una nueva conducta y provoca una confusión porque los símbolos tradicionales pierden su eficacia. “Tal es el caso del liderazgo, autoridad e individualismo, estatus que están siendo confrontados por una sociedad que se globaliza”.

Por otra parte, precisó que el modelo de comunicación es una nueva manera de pensar y donde las fronteras caen, se agilizan las redes de comunicación, la gente es informada en la visión y misión de las empresas y los medios de comunicación no son totalmente poder.

La concentración de la tecnología en un grupo reducido de países da cabida a una interrogante: ¿Podrán los países subdesarrollados desarrollar o comprar la tecnología que será necesaria para competir en el ambiente que se avecina?, Batista señala al respecto que si los países desarrollados quieren seguir creciendo, tendrán que invertir en el desarrollo del tercer mundo y los países del tercer mundo tendrán que abrir fronteras al capital extranjero, que es, en sí, el inicio de una privatización, por cruel que este pensamiento parezca.

Se auto pregunta también que si hasta dónde seguiremos el proceso tecnológico sin desaparecer del planeta y sobre el punto crítico en que la entropía (ley natural que establece que la energía que se disipa no regresa) se acerca y dónde colapsa el equilibrio del orden ecológico y social, el desarrollo interior, la formación, que no van a la par con el desarrollo constructivo y es un reto para el sistema educativo y para el liderazgo.

Indica que los 80s fue una década perdida y de inutilidad con problema ético con el endeudamiento de muchos países, incluyendo Latinoamérica, en la que en muchos casos el dinero fue a parar a las arcas privadas. Por ello, visualizó que las estrategias que van a dirigir el destino del mundo en el nuevo siglo, ya están diseñadas y desarrolladas y querámoslo o no, se desarrollan en proceso acelerado.

Y ciertamente, del año 2000 a la fecha las estrategias del gobierno han sido: Privatización y desmantelamiento de la infraestructura, pero hay que mantener la productividad en los negocios que generan efectividad para invertir en los mercados en crecimiento.

Interesante entrevista que no pierde vigencia. Es todo, nos leemos en la edición del diario Rumbo Nuevo, o en las redes sociales Twitter: @GuayabazoGarcia, Facebook: Manuel García Javier. Sean felices.