En veremos, Escuelas de Tiempo Completo

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com
Desde el fin de semana pasada sonaba fuerte la renuncia de la secretaria de Educación federal Delfina Gómez Álvarez y hasta se dio el nombre de que la supliría el actual rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Guillermo Narváez Osorio.

La noticia se esparció como ‘reguero de pólvora’, al grado tal que trasladaron a la actual titular de Educación estatal, Egla Cornelio Landero, a la rectoría de la máxima casa de estudios tabasqueña y, en su lugar, se hizo una rebatinga con la mención de varios profes que se derriten por ser nombrados.

Todo ocurrió, a raíz de que el pasado 2 de marzo, el ‘Diario de la Federación’ hizo oficial la eliminación del programa Escuelas a Tiempo Completo, lo cual generó el amparo de un centro escolar de la ciudad de México, el cual resultó a favor de los demandantes, revirtiéndose la decisión de cerrar 26 mil escuelas del país. El ordenamiento de una jueza, fue detener en forma cautelar las reglas de operación educativas dictadas en las que se había prescindido de las dos características propias del programa: la jornada escolar ampliada y la manutención en el colegio.

La eliminación de los componentes, consideran jueces, “vulnera el derecho que asiste a los menores de recibir educación, cuidado y atención mientras sus padres, tutores o personas responsables de ellos no tienen empleo, buscan un empleo” o su trabajo no les permite el “acceso a los servicios de cuidado y atención infantil”.

El programa ofrecía horas extraescolares a los alumnos y comidas en el centro educativo y se venía aplicando con anterioridad a un total de 3,6 millones de niños que viven en entornos sociales desfavorecidos. Muchos de ellos disfrutaban en la escuela de la única comida diaria o la más saludable. El programa permitía también a los maestros contar con un apoyo económico extra por prolongar su jornada en las aulas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador explicó ampliamente en su conferencia mañanera, que la llamada Escuela de Tiempo Completo no funcionaba adecuadamente, porque los recursos no llegaban de manera directa, al grado de que el año pasado que las escuelas estaban cerradas, los estados estaban pidiendo el presupuesto y se supone que era para pagar a maestros que estaban más tiempo impartiendo clases o para darle de comer a las niñas y a los niños.

Además, dijo el mandatario, que originalmente las Escuelas de Tiempo Completo iban a ser para las comunidades y para los pueblos y para las colonias donde se necesitara que se quedaran los niños, porque las madres iban a trabajar. Y resulta que no estaban la mayoría de las escuelas en las comunidades, los pueblos más pobres, sino donde había más influencia del gobierno y de las organizaciones sindicales.

La orden presidencial es que ahora se va a dar más recursos a las sociedades de madres y padres de familia, y ellos van a decidir si quieren pagarles a los maestros y que ellos estén pendientes de que vayan los maestros más tiempo, y lo mismo en el caso de los alimentos.

Es decir, el programa no desaparece, sino simplemente, como bien dice el comunicado de la SEP del pasado 23 de marzo: Por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, los beneficios que incluían las Escuelas de Tiempo Completo se mantendrán en el programa La Escuela es Nuestra. Por tanto, el dinero destinado a la jornada completa y a la alimentación de los alumnos se entregarán directamente a las madres, padres de familia y alumnos y alumnas para evitar la participación de intermediarios y/o prácticas irregulares.

Respecto a todo esto, un servidor conoce un par de directoras que hasta abrieron su supercito con los productos que se ‘ñapeaban’ con este programa, además, maestros nos confiaron que la ‘dire’ reportaba a gastos en suculentos desayunos a base de carne, leche y huevos… pero la realidad es que sólo les daba una pieza de pan y su pote de café.

La entrega del presupuesto a cada una de las escuelas es para que las sociedades de madres y padres de familia lo manejen en el mantenimiento de sus planteles educativos y para lo que consideren que va a ayudar a la educación, con la idea de que la democracia es el gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, y con el propósito también de eliminar la intermediación, que el dinero no tenga que pasar por muchas instancias o dependencias, sino de manera directa desde la Tesorería de la Federación a las manos de los padres de familia, y ellos en asambleas deciden qué hacen con su presupuesto anual para el mantenimiento de los centros escolares.

Por lo pronto, después de vacacionar volvieron a las aulas 29 millones 349 mil 470 estudiantes de todo el país y dos millones 211 mil 630 profesores que preparan a las futuras generaciones en 241 mil 730 instituciones educativas.

Es todo, nos leemos en la edición del diario Rumbo Nuevo, o en las redes sociales Twitter: @GuayabazoGarcia, Facebook: Manuel García Javier. Sean felices.