Valió la pena nacionalizar el litio

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com
Las engalladas carcajadas de la cúpula priista y sus socios panistas, retumbaron en las paredes del palacio legislativo de San Lázaro, e inmediatamente replicado en las redes sociales la noche del 17 de abril. Habían propinado un revés a la mayoritaria morenista en la discutida ‘Ley Eléctrica’ enviada por el Ejecutivo, que no logró el 50% más 1 para merecer aprobación.

Pero el lunes 18, mientras la oposición continuaba la juerga en el trasnochado festejo, el morenismo aprobó de ‘fast track’ otra ley: La iniciativa de reforma a la Ley Minera propuesta por el presidente, que llevaba implícita la Nacionalización del Litio; todo fue tan sencillo y sin insultos, porque se dijo sí con una mayoría simple que el Senado también validó. Es decir, magistral jugada del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le interesa mucho más que las compañías transnacionales no se lleven ni exploten los yacimientos de litio (mineral que en los últimos diez años ha aumentado su precio), pues el problema de la luz prácticamente está solucionado con la vieja ley.

Para darnos una idea: Tan sólo de 2021 a 2022 el costo del mineral se elevó en un 140.1%. Según datos de S&P Global y Trading Economics, la tonelada de carbonato de litio se cotizaba en los mercados internacionales en 10 mil 800 dólares y este año se elevó a 59 mil 200, por arriba del millón 219 mil pesos mexicanos.

El pasado 14 de febrero, Guayabazo escribió acerca de ‘La fiebre del litio’, el llamado ‘oro blanco’, que está destinado a ser el petróleo del futuro y que pocos países cuentan con yacimientos del metal alcalino que se utiliza en la industria de baterías para automóviles eléctricos que pronto desplazarán a los convencionales de gasolina, además de emplearse en múltiples dispositivos como cámaras fotográficas, laptops, teléfonos celulares, entre otros.

La reserva de litio en México es de aproximadamente 243.8 millones de toneladas en minas descubiertas en 2019 en Bacadéhuachi, Sonora, que hasta la fecha están en etapa de exploración; pero junto con los principales productores: Bolivia, Argentina, Chile y Perú, cuentan con el 67% de las reservas mundiales, y por tanto, ya están creando el organismo Organización de Países Productores de Litio para regular su precio, semejante a la OPEP.

¿Por qué su nacionalización?… Sencillamente porque en nuestro país la extracción es incipiente, pero ya estaban metiendo mano empresas transnacionales, como la británica ‘Bacanora Lithium’ y la china ‘Ganfeng Lithium’ que ya desarrollan el proyecto ‘Sonora Lithium’ con inversión de 420 millones de dólares.

A ese respecto, AMLO anunció que se revisará la legalidad de los contratos firmados hace más de un año, que se entiende fueron sólo para la construcción de una planta, más no para concesionar la explotación del litio.

La explotación del litio, además de prometer muchísima mano de obra en el país, sería un ambicioso proyecto que generaría cuantiosas divisas, dado que el Servicio Geológico Mexicano consideró que hay yacimientos en al menos 18 estados del país; es decir, más de la mitad del territorio nacional: Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.

La idea del gobierno de la 4T es crear una Empresa de la Nación para fabricar baterías en el país. Es decir, México podría estar predestinado a ser una potencia en el mercado de baterías y productos electrónicos que a nivel global tienen gran demanda en el mercado.

El peligro de todo esto es que no nos vaya a suceder lo que al Congo a principios del presente siglo con la explotación del ‘tántalo’, precisamente cuando corporaciones multinacionales provocaron su endeudamiento, porque se aprovecharon de las condiciones desventajosas con el pago de irrisorias sumas de impuestos, saqueando a ese país de su riqueza natural.

Suben las temperaturas en Tabasco
En tierras chocas, suben las temperaturas, pero no por el calor, de eso ya estamos acostumbrados; ahora es por las candidaturas a la gubernatura. Fue el propio director general de Fonatur, Javier May Rodríguez, quien dos semanas atrás se auto borró de la lista de Morena, argumentando que sería una traición a la confianza que le depositó el presidente y prefirió tirarle la bola ardiente al hoy director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza. ¿Será que ya no la quiere?.

Es todo, nos leemos en la próxima y sólo una pregunta: ¿Por qué dicen algunos paisanos que en Jalpa de Méndez ‘la familia está de acuerdo’? ¿Qué la alcaldesa Nuris López Sánchez es accionista de Chedraui?… Algo hay del negocio de la basura y de los principales contratistas del Ayuntamiento; de ello nos ocuparemos próximamente. Es todo. Búsquenos en diario Rumbo Nuevo y síguenos en: Facebook y Twitter como Guayabazo y @GuayabazoGarcia. Sean felices.