Guayabazo
Sangre, preservación y extinción Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com Hace algunos años, en los tiempos del gonzálezpedrerismo, un grupo de amigos solíamos salir por las noches a los tacos de ubre, tripita, cachete, lengua, y demás delicias. En una de esas convivencias, el hoy director de este matutino, Jorge Alberto Javier Quero, nos comentaba […]
4 de abril de 2022

Sangre, preservación y extinción

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com
Hace algunos años, en los tiempos del gonzálezpedrerismo, un grupo de amigos solíamos salir por las noches a los tacos de ubre, tripita, cachete, lengua, y demás delicias. En una de esas convivencias, el hoy director de este matutino, Jorge Alberto Javier Quero, nos comentaba que Andrés Manuel López Obrador era un excelente publirrelacionista y que, de continuar así, hasta llegaría a ser presidente. Ya verán, ya verán, replicó… Muchos nos reímos de su opinión. AMLO en esos tiempos aún andaba en los inicios de su lucha política y al menos quien esto escribe lo saludaba los fines de semana en las convivencias realizadas en una casa que alquilaba Miguel Luna Cabrera y que se situaba a un costado de la casa de gobierno ‘Quinta Grijalva’.

Al paso de los años, comprobamos las proféticas palabras del amigo y pariente. Hoy, a escasos 6 días de que el pueblo diga sí o no a que continúe como jefe máximo de los mexicanos, observamos que trae locos a sus opositores y su rating de popularidad sube como la espuma de mar, completamente adueñado de la agenda mediática, pues un día habla de la refinería de Dos Bocas, otro del Tren Maya, otro más del aeropuerto, de los tropiezos del INE, de su amistad con Biden, en fin, trae locos a sus opositores y éstos continúan con sus ‘juegos de canicas’ soñando derrotarlo, sin imaginar que le están dando un triunfo arrollador en la consulta dominguera. En fin, mejor hablamos de los significados de la sangre, preservación y extinción de la cultura maya.

Ante la imposición de su religión, conquistadores españoles, extinguieron vestigios de la cultura maya que, sin embargo, preservaron su conocimiento. En 1549, Diego de Landa, provincial de Yucatán, se empeña en convertir a los mayas en religiosos y erradicar de ellos, lo que consideró ‘prácticas satánicas’ que no es más que sacrificios humanos, dado que para los mayas, la sangre era necesaria para la continuidad de los ciclos agrícolas… Lo que para nosotros no es más que un atroz y sangriento sacrificio, para los indígenas era una necesidad.

La llegada del cristianismo no debilitó la devoción maya por los sacrificios humanos, más bien los reforzó. Ellos pensaban que el dios cristiano, cristo crucificado y ensangrentado, fue sacrificado, y alentaron nuevas inmolaciones humanas, sacrificando y crucificando.

Landa se entera y, horrorizado, ordena quemar todos los textos sagrados mayas, un número incalculable de manuscritos, perdiéndose con esta acción, el corazón de la cultura maya. Y así sucedió: En junio de 1562, Landa descubre un adoratorio clandestino donde los mayas protegían sus creencias y su historia. Enterado y apoyado por el alcalde mayor, toma por asalto el lugar y comete la peor aberración cultural. Esta acción, provoca la indignación de sus colegas y es acusado ante el rey y el Consejo de Indias, que lo absuelven diciendo: “el provincial hizo justamente el auto y las otras cosas en castigo de los indios…”.

Durante el tiempo que estuvo en España defendiendo su causa, Landa escribe el libro que parece superar cuanto conocimiento acumularan los astrónomos y sacerdotes mayas a lo largo de su historia. En su libro, el inquisidor intenta una interpretación de la escritura maya a partir de una imposible equivalencia entre las letras del alfabeto latino y los glifos mayas, como si se tratara de una escritura exclusivamente fonética; estrategia que no produce más que un disparatado alfabeto conocido como el alfabeto de Landa.

Landa el inquisidor y William Edmond Gates, uno de los mayores coleccionistas de textos y de documentos escritos en lenguas mexicanas, particularmente en la maya, coincidieron en muchos aspectos, a pesar de los más de cuatrocientos años que los distancian.

Esto puede resumirse en las afirmaciones de Mercedes de la Garza: “…con la Conquista española se perdió el conocimiento de la escritura maya. Pero un pueblo de fuertes tradiciones religiosas y un espíritu altamente conservador como el maya no podía prescindir de sus libros sagrados. Por eso, algunos mayas nobles que habían sido educados por los frailes españoles y habían aprendido el alfabeto latino se propusieron preservar sus tradiciones, historia y creencias religiosas, escribiendo libros en sus propias lenguas, pero con la nueva forma de escritura traída por los españoles…”.

Utilicé el tema, porque me encontré el viejo documental de National Geographic “El amanecer de los mayas”, grabado en la primavera de 2003 cuando los incendios arrasaron las junglas de Guatemala, devastación de casi 40 mil hectáreas de selva tropical en llamas, por la ancestral costumbre de la rosa, tumba y quema de nuestros bosques.

Los indígenas han alzado la voz en defensa de la Madre Tierra desde hace más de 500 años en que los extranjeros han pretendido saquear sus riquezas naturales: “Ya exterminaron a nuestras tatarabuelas, al pueblo indígena, a nuestras tierras”. Hoy, las transnacionales continúan robando el agua, el aire, las tierras y depredando la flora y fauna de la cultura heredada por sus ancestros.

Es todo, nos leemos en Rumbo Nuevo. A sus órdenes en @GuayabazoGarcia, o en la red de Facebook como Guayabazo. Sean felices.

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