Guayabazo
Cumplió años el decrépito viejo Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com El decrépito viejo estuvo de fiesta, y no era para menos, el viernes pasado cumplió 93 años de vida. Achacoso y sufriendo viejas dolencias que lo tienen al borde de la muerte, sólo recuerda sus días de gloria que le dieron poder sin medida. […]
7 de marzo de 2022

Cumplió años el decrépito viejo

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com
El decrépito viejo estuvo de fiesta, y no era para menos, el viernes pasado cumplió 93 años de vida. Achacoso y sufriendo viejas dolencias que lo tienen al borde de la muerte, sólo recuerda sus días de gloria que le dieron poder sin medida. Hoy, ese gigante poco a poco se desbarata y su salud continúa mermando. Aquél lunes 4 de marzo de 1929, había nacido el que por décadas se convertiría en el eje que transformaría a la nación mexicana, pero que al paso de los años la corrupción lo echaría a perder.

4 meses antes (noviembre de 1928), la prensa anunciaba que representantes de los partidos políticos habían aceptado formar parte del Partido Nacional Revolucionario (PNR), cuya dirección estaría a cargo del general Plutarco Elías Calles. La pretensión era centralizar la política mediante una maquinaria nacional que fuera controlada por una sola persona.

La declaración de principios del PNR muestra una clara congruencia con la filosofía de Calles que, en más de un sentido, era herencia de Obregón. El documento señalaba que el partido acepta en forma absoluta y sin reservas de ninguna naturaleza, el sistema democrático y la forma de gobierno que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que tendrá como una de sus finalidades esenciales la de realizar en nuestro país un mejor entorno social y en el orden de ideas que comprende la lucha de clases.

Sobre la agricultura, el PNR proponía restituir y dotar de tierras a los ejidos; colonizar aquellas regiones de la republica que fueran previamente favorecidos con obras de irrigación; apoyar a los empresarios agrícolas, siempre que no contravinieran a la política agrarista.

Por aquellas fechas de la creación del PNR, Calles apenas comenzaba a ser el hombre fuerte y no contaba con un número de seguidores capaz de contrarrestar al poderoso grupo obregonista a la hora de buscar los candidatos para la presidencia constitucional.

Calles imaginó al PNR como un partido que permitiera resolver de manera civilizada los dilemas de la disputa por el poder y de la sucesión presidencial por la vía institucional y no por las armas, como había venido siendo en México desde la consumación de la independencia.

El primer candidato presidencial del PNR fue Pascual Ortiz Rubio, quien resultó electo en 1929. Desde entonces, hasta su expulsión del país en 1936, Plutarco Elías Calles jugó un papel clave en el manejo de la política en México. Se le conoció como el jefe máximo de la revolución y a esta época se le conoció como el maximato (1928-1934).

En 1932, Ortiz Rubio renuncia a la presidencia, por no soportar la injerencia de Calles en su administración y en su lugar es nombrado presidente interino el general Abelardo L. Rodríguez, quien se ocupa de los asuntos administrativos y Calles de la política.

En 1934, se lanza como candidato a la presidencia al general Lázaro Cárdenas del Río, con el llamado Plan Sexenal. Es elegido y Calles le impone gente de su confianza en el gabinete. En 1936, Cárdenas expulsa del país a Calles y pide la renuncia de todos los callistas en su gobierno.

Cárdenas llegó a la presidencia en medio de la tranquilidad y beneplácito nacionales. Para el país el nuevo presidente era un individuo sacado de la oscuridad por necedad o capricho de partido.

Grandes luchas internas debieron sacudir el corazón sencillo y noble del presidente. En aquel recomienzo del régimen presidencial, el general Cárdenas pudo hincar su hegemonía sin tropiezos, recuperó así su poder imprimiéndole una autoridad sobresaliente. Ahí nacieron los llamados grupos de bloques de senadores y diputados.

El 1º de diciembre de 1940, Cárdenas entrega el poder al general Manuel Ávila Camacho y lo primero que hace es declarar sus bienes y los de su esposa que en total ascienden a 105,500 pesos. Sin embargo, a su salida del poder, la voz pública decía que Ávila Camacho salió millonario de la Presidencia de la República, pero nadie daba cifras.

Es en el gobierno ávilacamachista donde se recrudece la corrupción. A la redacción de un diario metropolitano llegó a mediados de septiembre de 1940, una denuncia de un negocio que planeaban los diputados. Era un primer ‘embute’ de 200 mil pesos con que se iniciaba el nuevo régimen: Codiciadas pólizas de seguros para proteger la preciosa vida de diputados y senadores fueron hechas realidad, porque Ávila mandó dar, fuera del presupuesto, una suma para cubrirlas… A partir de ahí, vendrían presidentes con una larga estela de corrupción, actitudes que permitieron la decadencia del Partido Revolucionario Institucional hasta el año 2000 en que el PAN le arrebató el poder. Mientras tanto, continúan festejando la corrupción.

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