Guayabazo
¡Venceremos con fraternidad universal! Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com Como nunca se había visto en el mundo, todos en familia conviviendo y sobre todo con la fe inquebrantable de su creencia religiosa, millones de personas se postran ante su Dios en una oración por la vida y la salud. El ‘coronavirus’, más que calamidad nos trajo […]
27 de marzo de 2020

¡Venceremos con fraternidad universal!

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
Como nunca se había visto en el mundo, todos en familia conviviendo y sobre todo con la fe inquebrantable de su creencia religiosa, millones de personas se postran ante su Dios en una oración por la vida y la salud. El ‘coronavirus’, más que calamidad nos trajo unidad y fraternidad; padres e hijos, marido y mujer, hermanas y hermanos, abuelos y nietos respetándose mutuamente.

La cuarentena por la pandemia viral, mantiene encerrados a millones de personas, y aunque hay parálisis económica, se observa, al menos en Tabasco, la férrea voluntad de sus habitantes de salir adelante.

Pocos son los incrédulos que tercamente pululan por las solitarias calles villahermosinas, tal vez porque se creen valientes o quizá por desconocimiento de la magnitud que representa el contagio del ‘covid-19’, por lo cual no miden que su vida corre peligro.

Sin embargo, según declaraciones de la Organización Mundial de la Salud, México –y por tanto Tabasco–, están un paso adelante en la lucha contra el mal mundial respecto a otros países europeos, al tratar que la curva de infección sea más plana durante un periodo más largo.

Así pues, la OMS asegura que México va en el camino correcto y por tanto, el brote se propagará lentamente, lo que permitirá que sea asumible para el sistema de salud.

Pero la noticia es el reconocimiento mundial del jueves pasado sobre la aportación del presidente Andrés Manuel López Obrador ante el grupo G-20 respecto a la importancia de la familia para enfrentar la pandemia. Ante los principales mandatarios, reunidos de manera virtual a través de una videoconferencia, les aseguró con la seguridad de ganarle al ‘coronavirus,’: ¡Venceremos con la fraternidad universal!.

Y es que López Obrador, desde hace mucho tiempo ha estado insistiendo, incluso lo escribió, en que ‘la institución de seguridad social más importante de México es la familia, incluso es más importante que el Issste, el Seguro Social y que el propio gobierno’. Y con justa razón la califica así, por que la familia es una activo fundamental, un gran valor por su solidaridad, por su fraternidad. Y sobre todo que sin querer queriendo, están practicando los valores que desde hace muchos años estaban perdidos.

Claro que AMLO cuenta con un valioso elemento en las decisiones y coordinaciones para echar andar las acciones de salud, como el de la ‘sana distancia’. Se trata del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, quien en automático se convierte en presidenciable si México logra aplanar la llamada ‘curva’ de casos de la letal enfermedad.

Pero también el llamado ‘Covid-19’ ha propiciado enfrentamientos mediáticos entre el gobierno y los llamados conservadores, representados por el tristemente celebre comandante ‘Borolas’, quien a toda costa pretende tergiversar las acciones con respecto a la contingencia.

Lo raro de todo esto es que, viendo la seriedad de la problemática viral, hasta las televisoras que días antes trataron de satanizar al presidente, hoy se unen y dedican grandes espacios a la concienciación de los mexicanos –al menos la conferencia de prensa del pasado miércoles logró una audiencia de 83 millones de personas–, y más aún, la clase empresarial que se ha unido a la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Aquí en Tabasco, la gente sigue firme atendiendo las indicaciones del gobernador Adán Augusto López Hernández y de las autoridades de salud, aunque a cada momento recuerdan pasajes bíblicos: “Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo. Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

La lucha para erradicar el odiado virus se está dando; es una guerra sin cuartel en la que el soldado principal es la unión familiar y la solidaridad de un pueblo que permanece a salvo guarnecido en sus casas en espera del aviso oficial de que ha pasado el mal tiempo. Es todo. Hay fortaleza y fraternidad, y eso nos ayudará a salir avante.

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