Guayabazo
La fiebre del litio Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com El llamado ‘oro blanco’, hoy conocido como litio, está destinado a ser el petróleo del futuro. Pocos países cuentan con yacimientos del mineral que se utiliza en la industria de baterías para automóviles eléctricos que pronto desplazarán a los convencionales de gasolina, además de emplearse […]
14 de febrero de 2022

La fiebre del litio

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com

El llamado ‘oro blanco’, hoy conocido como litio, está destinado a ser el petróleo del futuro. Pocos países cuentan con yacimientos del mineral que se utiliza en la industria de baterías para automóviles eléctricos que pronto desplazarán a los convencionales de gasolina, además de emplearse en múltiples dispositivos como cámaras fotográficas, laptops, teléfonos celulares, entre otros.

La lucha mundial por poseerlo la libran Estados Unidos y China, este último país tiene acaparado el mercado de suministros y materias primas, con una capacidad mundial de fabricación de baterías del 77 %. Como dato, basta mencionar que tan sólo en 2020 las acciones de la empresa de autos eléctricos ‘Tesla’ aumentaron en un 700%, convirtiendo a su dueño en el segundo individuo más rico del mundo.

Y claro, se sabía que en México se tiene una reservas de aproximadamente 243.8 millones de toneladas en minas descubiertas en 2019 en Bacadéhuachi, Sonora, que hasta la fecha están en etapa de exploración; pero junto con los principales productores: Bolivia, Argentina, Chile y Perú, cuentan con el 67% de las reservas mundiales, y por tanto, ya están creando el organismo Organización de Países Productores de Litio para regular su precio, semejante a la OPEP.

Y ya todo estaba listo para que México comenzara a exportar el ligero metal a través de la empresa británica ‘Bacanora Lithium’ y la china ‘Ganfeng Lithium’ que desarrollan el proyecto ‘Sonora Lithium’ con inversión de 420 millones de dólares, cuando se le alumbró el ‘foco’ al presidente Andrés Manuel López Obrador que ya decidió nacionalizar el mineral y será el propio gobierno mexicano el que cree una empresa de la Nación para fabricar baterías en el país.

Pero la cosa no para ahí: Prensa Latina acaba de publicar que el Servicio Geológico Mexicano consideró que hay yacimientos de litio en al menos 18 estados del país; es decir, más de la mitad del territorio nacional: Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.

La noticia alertó al presidente, quien dijo que sin este mineral no podría el país desarrollarse y no se permitirá su saqueo, como sucedió con la plata y el oro que está en manos de canadienses, por lo que, ahora sí, será de los mexicanos y de las futuras generaciones.

Ahora bien, de instalarse fábricas en la mayoría de los estados del país, habría muchísimo empleo y bien pagado, quizá mejor que en Pemex, dado que tan sólo de 2021 a 2022 el precio del litio se elevó en un 140.1%.

Para darnos una idea, según datos de S&P Global y Trading Economics, la tonelada de carbonato de litio en 2020 se cotizaba en los mercados internacionales en 10 mil 800 dólares y este año se elevó a 59 mil 200, por arriba del millón 219 mil pesos mexicanos.

¿Y qué pasaría con esas 18 entidades?, pues simplemente lo que nos sucedió en Tabasco con el famoso ‘boom petrolero’ de las décadas de los 70s y 80s del siglo pasado: Hubo bastante obra pública, pero se aceleró el crecimiento demográfico y provocó carestía de la vida; y esto lo sabe muy bien el presidente, porque en esa época fue su bandera de protesta contra Pemex.

Ciertamente, con la industria del litio, la economía del país se iría hacia arriba, pero también generaría más pobreza porque los precios de los productos y servicios se elevarían en grado superlativo. Además, alentaría la emigración hacia otros lugares en busca de trabajo, como nos sucedió en la empresa productora del ‘oro negro’.

Hasta la fecha, en Tabasco, los dueños del petróleo se apoderan de la hotelería, restaurantes, bares y cantinas y hasta se mofan del proletariado, porque tienen los medios económicos para hacerlo. Pero, en fin, la entidad no tiene yacimientos de litio, porque ya cuenta con la maldición del petróleo.

Obras mal hechas
En el sexenio gubernamental de don Enrique González Pedrero hubo mucha obra pública, pero también se vigiló su construcción. Un dato importante es que los propios comunitarios fungieron como contralores, vigilando que las acciones se realizaran bien. Por ello, no entendemos cómo algunas de las obras que últimamente se han hecho, sólo aguantaron entrega. ¿Culpa de quién, o quiénes?, no sabemos, pero algo se debe hacer para remediarlo.

Ahora nos enteramos que se derrumbó una obra millonaria de la Conagua en el río Samaria, tramo conocido como ‘El dren’, a la altura de Cucuyulapa, donde el muro de contención de acero sólo aguantó tres meses y está a punto de llevarse el camellón que protege a varias comunidades. La compañía ICA fue la constructora y según campesinos, nunca había hecho eso. Lo mismo sucede con la carretera millonaria obra carretera del Plan Chontalpa, que se desmoronó como polvorón a tan sólo dos meses de construcción.

El caso es que área de seguimiento de obra la hay, lo que quiere decir que las compañías ‘maicearon’ a las dependencias. Menudo favor le hacen al presidente López Obrador que cada día suma más críticas de su gobierno. Ahí queda eso.

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