Guayabazo
Después de la pandemia, viene la ansiedad Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com El pasado lunes, tuve una amena charla con el doctor José D. Batista, creador de la ‘Teoría de la Identidad’, mediante la cual se busca encauzar a los jóvenes a una vida sana, al margen de las drogas, la delincuencia y guiarlos […]
10 de febrero de 2022

Después de la pandemia, viene la ansiedad

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com
El pasado lunes, tuve una amena charla con el doctor José D. Batista, creador de la ‘Teoría de la Identidad’, mediante la cual se busca encauzar a los jóvenes a una vida sana, al margen de las drogas, la delincuencia y guiarlos hasta convertirlos en auténticos líderes sociales que sean de provecho para la sociedad.

Durante una hora en que compartimos el pan y la sal, recordamos al ejército de tabasqueños preparados por el propio Batista y que han coadyuvado a la conversión de jóvenes que habían caído en las garras de lo prohibido. Y precisamente él me comentó de dos juezas del Poder Judicial del Estado, que continúan aferradas en lograr que la juventud encuentre su propia identidad.

La Primera de ella, Enedina Juárez Gómez, del Juzgado Ejecutor del municipio de Centro y exdirectora del Centro de Internamiento para Adolescentes en el sexenio de gobierno de Andrés Granier Melo, donde se encontró graves problemas con policías que a base de golpe y torturas, pretendían obligarlos a cambiar su modo de ser.

Fue un trabajo fuerte en el que Enedina logró dar un giro de 280 grados en las ideologías y mentalidades de los internos, entre los cuales estaba el famoso ‘Chelo Satán’ que en 2009 masacró a toda una familia completa perteneciente a la sociedad villahermosina. Fue ardua y difícil la labor, porque aparte de trabajar con los internos, se tuvo que hacerlo también con elementos policiacos, que eran los que resguardaban el centro; y difícil decimos, porque los jóvenes delincuentes por naturaleza rechazan a las autoridades. Sin embargo la titánica labor granjeó, porque la mayoría de esos jóvenes cambiaron para bien.

Otra destacada tabasqueña es la jueza Landy Luna Morales, quien en la actualidad trabaja para que el empoderamiento de la mujer sea efectivo. Ella considera que la identidad es la raíz para aliviar todos los males que afectan a la sociedad y que la principal razón es que las conductas pueden impactar en la vida de todas las familias, incluso en las estructuras de gobierno, principalmente el sector educativo.

Precisa que la mujer debe tener una independencia en todos los sentidos en los que se desarrolla: de tipo emocional con una postura sana y madura; económica, laboral y sicológica para no ser dependiente en otros aspectos.

Batista relata que la idea es formar en Tabasco nuevas generaciones en el campo del liderazgo, tal y como lo hizo en Coahuila, donde recorrió todo el Estado hablándoles a las féminas para que sean respetadas por sus hijos. “Podemos ser una sociedad organizada, sana y completa en la que se respeten los derechos de cada uno de nosotros”, explicó.

A eso vino a la tierra del Edén el doctor portorriqueño: A reformar los programas que se estaban dando en varios sitios del campo de la educación, como la Organización Educativa Tabscoob y escuelas de Macuspana. Es decir, a poner orden en el proceso que se comenzó hace más de dos décadas a nivel estatal, retomando el trabajo iniciado antes y después de la pandemia; porque se espera venga un problema intenso de ansiedad en los jóvenes, a quienes especialistas tratan de resolver con droga.

“Pudiese ser que se destapara un malestar social que aumentaría en forma desproporcionada los problemas de salud mental basados en un nuevo concepto que se está usando mucho y que se llama ‘alostasis tipo II’: disparar el miedo en el cual la persona no tenía control provocando 4 elementos: Separación afectiva, distancia afectiva, inseguridad afectiva y aumento del cortisol y descontrol del sueño, que traería como resultado enfermedad del sistema endocrino, y hoy día es una realidad aumentada”, dijo ante psiquiatras tabasqueños.

Quien esto escribe, tuvo la satisfacción de ayudar en la preparación de maestros y grupos sociales, además de realizar talleres con jóvenes estudiantes del nivel secundaria, en diversas escuelas del municipio de Centro, donde se habían encendido ‘focos rojos’ en materia de delincuencia, alcoholismo y drogadicción, bajo la dirección del maestro Andrés Madrigal Hernández, lográndose resultados satisfactorios con el consiguiente cambio de mentalidad del estudiantado. Ahí está la clave para la solución del grave problema de criminalidad juvenil que existe en Tabasco.

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