Guayabazo
Covid-19 no tiene código de honor Manuel García Javier guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com La Covid-19 es una terrible enfermedad que llegó para quedarse, que va a estar por mucho tiempo entre nosotros y que nos preocupa a todos, no solamente al aparato gubernamental y federal que con voluntad han hecho un esfuerzo extraordinario, sino a la […]
13 de agosto de 2021

Covid-19 no tiene código de honor

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com
La Covid-19 es una terrible enfermedad que llegó para quedarse, que va a estar por mucho tiempo entre nosotros y que nos preocupa a todos, no solamente al aparato gubernamental y federal que con voluntad han hecho un esfuerzo extraordinario, sino a la sociedad en general. Es una enfermedad que hay que tratarla con mucha agresividad.

Luis Felipe Graham Zapata, connotado doctor de la sociedad tabasqueña, dice haber decidido estudiar a fondo la enfermedad del Sars-Cov-2, que le quitó la vida a su esposa, lo tuvo postrado en cama 144 días al borde de la muerte y ha dejado muchas familias devastadas. Es un virus, cuyo comportamiento y agresividad cambia cada día, porque están saliendo nuevas cepas y, por tanto, “Covid-19 no se va a olvidar de nosotros”.

El también ex secretario de Salud del Estado, señala ante los micrófonos del periodista radiofónico Enrique Lodoza, que miles de pérdidas de vida pudieron haberse evitado, incluso con medidas drásticas, porque falta mucho tiempo para que haya ‘inmunidad de rebaño’.

Llama a los tabasqueños a que abran bien los ojos y asistan a vacunarse, y cumplan con las indicaciones de la Secretaría de Salud, porque “el virus no tiene código de honor y ataca no a todos por igual sino de diversas formas”. Por ello, comparte su historia de vida, muy dolorosa, para hacer conciencia de cuidar a toda la familia quedándose en casa, dado que la nueva variedad ‘Delta’ –y al parecer otro subtipo– son mucho más agresivos que infectan a mayor número de personas.

Luis Felipe dice sentirse gustoso de ver largas filas de personas que van a vacunarse, pero le da coraje y se decepciona cuando ve a muchísimas personas de todos los niveles, sin conciencia todavía, que no usan cubrebocas, sin sana distancia y, peor aún, todavía hay gente que se niega a vacunar.

“Si alguien vivió esta problemática de cerca y volvió a nacer soy yo”, explica ante el auditorio de ‘Panorama sin reservas” en Radio 620: “Ojalá y mucha gente entienda y se ponga en mi lugar, porque tuve prácticamente a un segundo de morir”, a pesar de que tomó todas las medidas de prevención: con cubrebocas, careta, aplicación de gel y temperatura a las personas que lo consultaban.

El destacado alergólogo, fue hospitalizado el 20 de diciembre de 2020 con tan sólo una leve tos, pero al realizársele un estudio de tomografía, reportó neumonía basal secundaria al Sars-Cov-2. Su evolución fue sumamente rápida, al grado que en tres días la inflamación se muestra severa. Para el 29 de diciembre, sus pulmones derecho e izquierdo resultaron afectados en 80 y 70 por ciento y, por tanto, médicos de la clínica AIR deciden intubarlo el 30 de diciembre.

Su esposa, que obviamente se contagió, fue internada el 23 de diciembre sin ningún síntoma grave, pero al evolucionar de forma rápida el virus, también decidieron intubarla el 31 de diciembre y 19 días después, lamentablemente falleció.

A partir de ahí comienza el calvario de Luis Felipe. La enfermedad inflamatoria multisistémica le afectó todos los órganos, no solamente los pulmones, sino que también tuvo un infarto agudo al miocardio, 4 focos neumónicos, le quitaron la vesícula, tuvo hematoma en el abdomen, pancreatitis, sus riñones dejaron de funcionar y le tuvieron que hacer hemodiálisis; padeció polineuropatía, es decir, todos los músculos se le fueron atrofiando, al grado tal que perdió 38 kilos: Del 20 de diciembre que ingresó pesando 96 kilos, al 13 de mayo que fue dado de alta, salió pesando 58 kilos, pero a la semana fue nuevamente internado a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio del que salió librado.

“Ojalá la gente entienda que la única forma de poder parar la pandemia es echándole muchas ganas, siendo responsables, porque seguimos confundiendo la reactivación económica con la reactivación social. Pensamos que no nos vamos a enfermar y nosotros los padres somos responsables que nuestros hijos adolescentes sigan yendo a fiestas y reuniones sociales, sin ninguna precaución y sin tomarse en cuenta que la recuperación es muy difícil… hay consecuencias”, explicó.

Dijo estar de acuerdo que la actividad económica tiene que seguir, porque todos tenemos que comer, pero hay que cuidarse porque si no, a la larga va a ser peor el costo de esta pandemia.

Por tal motivo, recomienda acostumbrarse a conservar las medidas de higiene, no saludar de beso, sana distancia, saber toser, estornudar, no automedicarse, no esperar tener insuficiencia respiratoria para acudir al hospital, no esperar que la saturación de oxígeno esté decreciendo, ante cualquier sospecha de haber estado en contacto con un contagiado, acudir al servicio de salud que le corresponda.

Recordó que más del 99 por ciento de las personas infectadas no están vacunadas y quienes estén vacunados el paso de la enfermedad va a ser más leve o moderado y protege a que la evolución no sea tan grave… es el fin de la vacuna. “Y ¡aguas!, también los niños contagian, el aumento de los casos en niños ha ido hacia arriba, por eso no nos confiemos, mucho cuidado”, finaliza Luis Felipe Graham Zapata.

Nos debemos de mirar en ese espejo, un hecho de la vida real que merece ser tomado en cuenta. Es todo, nos leemos la próxima… Léenos en diario Rumbo Nuevo y síguenos en: Facebook y Twitter @GuayabazoGarcia; en www.elmundoinformativo.com. Sean felices.

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