Testamento de ‘Juan Carnaval’

Tabasco ardió el sábado y domingo pasado, y no por la política, que eso es cosa de los amargados que friegan y friegan y vuelven a fregar en la búsqueda de reflectores, sino todo se debió a la quema del ‘mal humor’ que se llevó a cabo en diversos municipios de la entidad.

Los tabasqueños que estamos acostumbrados a que nos den ‘pan y circo’ aunque nos esté llevando la fregada, seguimos enfiestados y por esa razón mandamos a la chingada todo lo que huela a política. Así pues, disfrutamos los llamados ‘tres días’ de carnaval, ‘dándole vuelo a la hilacha’ con los mejores pasos y observando los movimientos cadenciosos de la carne… total, ‘mundo ahí te quedas’.

En los archivos del notariado tabasqueño, quedó plasmado el testamento que ‘Juan Carnaval’ dejó como legado a sus amigos de la tierra del Edén:

Yo, el ‘capi’ Juan Carnaval, que hasta hoy fui el mandamás y mero ‘machuchón’ de la villa hermosa, provincia carnavalera de Tabasco, en pleno uso de mis facultades mentales y asistido por el notario público, hijo predilecto de Jalapa y yanquista de hueso colorado, Enrique Priego, de los que tienen Oro que pesa, tengo a bien redactar mi último deseo antes de entregar el equipo.

Especialmente hoy, he decidido dejar a mis parientes de la buena vida, ‘hijos de la chin…guenguenchona villa’, hoy que estamos cansados y hasta la madre de tantas declaraciones por la radio y las ‘remaldecidísimas’ redes sociales, que los veo todo desvelados y crudos, y que hasta ‘chorrillo’ les dio por ingerir las pendejadas de trago y cerveza barata acompañados de las pútridas botanas que les autorizó la alcaldesa.

He de reconocer que los festejos fueron interminables e ininterrumpidos, pues corrieron ríos de alcohol y de la mexicana alegría; no faltó la lujuria, principalmente por aquellos que se atrevieron a ‘salir de closet’, a grado tal, que a cada rato me ‘trasteaban’ y, confieso, que estuve a punto de pasarme de la raya y pecar con esos deseos insanos de la carne, aunque fuera con ‘sapillo’.

Ante el representante legal de los fedatarios, he jurado que dejo parte de mis bienes a Juan Manuel, el fócil de aquella escuela ‘patito’, que ha envenenado a los parroquianos y que, mañosamente, está esperando que dé el último estirón para disfrutar de las mieles de mi herencia, que será gorda y espero disfrute y se mueva cuando la tenga toda adentro de su fortuna. A May, se la dejo ir un poco más flaca y, para los demás, tendrán la más laaarga espera, pero al final de todo la gozarán.

Me duele el occipucio, el esternón, la chacha y el hígado de tanto pinche alcohol ingerido, pero tengo las fuerzas necesarias para soportar la lumbre que me aventará la bola de lambiscones, totorecos y agalambaos que danzarán a mi alrededor. Total y me voy a reunir con el amigo ‘Chilo Chila’, la ‘Nosha’, la ‘Pejelagarta’, la ‘Pereznieto’ y una bola de shotones y, qué cabrón, también con el Andrés, el beisbolista de la 4T al que le siguen quemando incienso los perros del uniforme color vino.

Por ahí anda el tal ‘Jodi’, que ni jodido está porque ahora sí le sobra el ‘billuyo’; el siempre terco Cantón, que anda el busca del Oscar; Eva que se quiere colar con Adán (el verdadero rey del imperio); y los regordetes Androide y Goicoechea (hay mojo crema). Para todos ellos, les dejaré 600, pero para que se tallen el escape.

Ahhh, pero no puedo dejar esta tierra pelliceriana que pisé (ay que rico), sin antes despedirme de mis amigos periodistas. A esos gigantes de la pluma, lumpen, honra y pres de la palabra escrita, de las voces que claman en el desierto, de quienes cruzan el pantano sin mancharse y de la bola de cabrones que, convertidos en ‘troles’ de las redes sociales, despedazan la moral y le parten la madre a muchos.

Desde la parte más alta de esta pendejada de obra que nos dejó Chucho Alí y sintiendo las apestosas aguas del ‘vaso Cencalli’, lanzo el último Aaaaay!!, como me duele el cu…erpo… ya veo borroso y siento que se me va todo suavemente, el movimiento mal pensados; pero no puedo dejar de decir que ‘testaré’ a los 35 hijos de la tal por cual que despachan enfrente de Plaza de Armas y a sus vecinos hoy convertidos en señores de la horca y el cuchillo, no dinero en efectivo, porque eso les sobra, pero sí, como son muy ‘jartones’, les dejaré una ‘plasta de mie…ses’ con su respectiva jícara de pozol.

Caray, cuánta gente alcanzo a ver. Hoy sí todos dicen que soy el hijo consentido del Dios Momo; que si soy el más guapo, el más deseado por la chaviza que ahí están de ‘agalambao’. Pero, ‘así es esto del abarrote’, lo cual ‘no está bien pero tampoco está mal’… Espero hayan pasado un feliz carnaval.

Gracias, muchísimas gracias al creador del cielo y de la tierra, el ser omnipotente que me ha prestado la vida durante 72 años que ajusto este 24 de febrero. Y como la felicidad me embarga, pues digamos salud y brindemos por el amor y la dicha de seguir pluma en ristre en favor de la comunidad. Es todo. Léenos en diario Rumbo Nuevo y síguenos en las redes de WhatsApp, Facebook y Twitter. Sean felices.