Desnudan a ‘sicarios’ del periodismo

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com – guayabazo@gmail.com
Los ‘sicarios’ del periodismo mexicano –y otros tantos más del extranjero– han sido desnudados por el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, en la conferencia ‘mañanera’ del pasado miércoles. ‘Quién es quién en las mentiras’, lleva por nombre la columna semanal que la periodista Ana Elizabeth García Vilchis analizará un día a la semana para desnudar a ‘los intocables’, o mal llamados ‘líderes de opinión’ que cometen abusos emitiendo amenazas, injurias, calumnias e incluso incitaciones a la violencia contra el presidente, funcionarios e instituciones.

En su primera participación, la comunicadora toma el ‘toro por los cuernos’ y denuncia valientemente, con pelos y señas, a los mentirosos que difunden noticias falsas en los medios de información y en las redes sociales, y señala que el Instituto Reuters publicó que “México se encuentra en el nivel más bajo de confianza hacia los medios de comunicación desde el año 2017, pasando de 55 al 43 por ciento”, mientras que en otros países avanzó seis puntos en el nivel de confianza alcanzando el 44 por ciento en el último año.

Y es que, a tres años de distancia de la administración de la 4T, se ha registrado un uso doloso y negligente de la información con la viralización y difusión de notas falsas que laceran gravemente la libertad de expresión. Y como muestra, García Vilchis abre su espacio semanal denunciando información tendenciosa, como la del abogado de Televisa, Javier Tejado Dondé y retomada por columnistas como Raymundo Riva Palacios, Héctor de Mauleón, Carlos Loret de Mola, Peniley Ramírez, Desirée Navarro, Max Kaiser y Clemente Castañeda, entre otros, y a empresas nacionales y medios internacionales, como New York Times y El País, que fueron beneficiados del régimen anterior en México, entre ellos salinistas, que se han puesto de acuerdo para replicar las falsedades bajo la consigna hitleriana de repetir mil veces una mentira para hacerla realidad.

A ese respecto, el presidente López Obrador consideró que “estamos viviendo en uno de los peores tiempos, de los peores momentos del periodismo en México”, y expresó su confianza en que haya una renovación para que se informe con objetividad, equilibrio y profesionalismo; que no se calumnie, no haya mentiras, se informe con la verdad y que se esté lo más distante que se pueda del poder político y económico y lo más cercano que se pueda al pueblo.

La guerra sucia y los bombardeos informativos, dijo, han sido producto de los intereses de grupos y potentados que en sexenios pasados tenían secuestrado al gobierno; esto no como un asunto ideológico, de pensar distinto, sino de intereses económicos.

“Se mal acostumbraron a robar, a vivir a la sombra del poder público y se les hizo normal y, la verdad, no consideran que sea injusto el que se piense en que nada más son ellos los únicos que pueden beneficiarse del presupuesto y a los pobres nada, porque los pobres están pobres porque no trabajan, porque son flojos, indolentes o porque desde que el mundo es mundo hay ricos y pobres, y hay quienes gozan de suerte y son afortunados, y otros no, y hay que entenderlo así, y llegar también a entender que el que nace pobre pues va a morir pobre, que esa es la ley de la vida”, explicó.

La intención, se dijo en el espacio mañanero, es acabar con las mentiras, porque ellos sólo publican sus conveniencias y no lo que el lado contrario opina; que haya periodismo ético como imperativo de la información; además, que se asuma la responsabilidad de que se le debe respeto a la gente, que no se puede mentir impunemente.

Tabasco no es la excepción de ello, pues el gobernador Adán Augusto López Hernández ha sido objeto de informaciones falsas y tendenciosas tanto a su persona como a funcionarios de su administración. Y sobre todo que el objetivo es el mismo que se persigue a nivel nacional.

Javier Darío Restrepo, en su libro ‘El zumbido y el moscardón’ sintetiza un taller y consultorio de ética donde participaron 15 de los grandes periodistas de Latinoamérica, entre ellos Gabriel García Márquez y Jaime Bello Banfi para analizar el papel de los medios y periodistas en sociedades con graves problemas de violencia y de reflexionar sobre la función de este oficio y de la prensa. Ahí se habló de los valores esenciales de la ética periodística y se concluyó que es un deber ético proteger la verdad, porque es frágil y porque es un bien de la sociedad.

Con ese perfil ético de profesión, los grandes de la letra latina calificaron al periodismo como una viga maestra que sostiene toda la construcción de una casa, por el compromiso con la verdad; y reforzando ese eje, los valores de responsabilidad y de independencia como el talante de cualquier periodista. Si esto no lo han leído los ‘monstruos’ de la comunicación mexicana, pues por eso estamos como estamos.

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