Un jalpaneco, 1er obispo tabasqueño

Manuel García Javier
guayabazo@hotmail.com
Para orgullo de quienes nacimos en Jalpa de Méndez, nos estrenamos con el primer obispo tabasqueño que llevará a cabo la tarea pastoral en Tuxpan, Veracruz. Se trata del sacerdote Roberto Madrigal Gallegos, de 54 años de edad, oriundo del ejido Iquinuapa, tierra de músicos. Es el sexto obispo de la diócesis tuxpeña, quien el pasado 27 de febrero se levantó con la grata noticia de que el Papa Francisco lo había ascendido a Monseñor, lo cual lo coloca en la carrera santoral rumbo al papado, máxima jerarquía mundial católica.

Habremos de recordar que para ser ordenado obispo se requiere actualmente llevar al menos cinco años como presbítero y haber cumplido los 35 años, es decir, sólo quien cumpliese estas condiciones podría ser objeto de elección como papa.

Aquella histórica madrugada (6 horas), después de oficiar la misa de 5 a 6 ante futuros sacerdotes a quienes desde hace 15 años tiene la misión de formar, le fue notificada la noticia. El diario L’Osservatore Romano, en su edición del sábado 27 de febrero de 2021, página 11, con el título: ‘Nuestra Información’, la hizo oficial:

“El Santo Padre ha aceptado la renuncia a la gobernanza pastoral de la Diócesis de Tuxpan, México, presentada por su Excelencia Monseñor Juan Navarro Castellanos. Abastecido de la iglesia, el Santo Padre ha nominado Obispo de Tuxpan (México) al Reverendo Roberto Madrigal Gallegos, clérigo de la Diócesis de Tabasco, hasta ahora responsable del Curso Introductorio del Seminario Diocesano.

Roberto Madrigal Gallegos, obispo de Tuxpan, México, nació el 8 de diciembre de 1967 en el ejido Iquinuapa, diócesis de Tabasco. Después de completar sus estudios en el Seminario Mayor local, recibió la ordenación sacerdotal el 30 de noviembre de 1997. Ha logrado la licenciatura en Teología Espiritual en la Pontificia Facultad Teológica del Instituto Pontificio Espiritualista Teresiano en Roma. Era entrenador y maestro del Seminario Diocesano, párroco de dos comunidades, miembro del Consejo Presbiterial, decano responsable de la Cáritas diocesana, asesor espiritual de las capillas de adoración perpetua y vicario episcopal. Hasta ahora ha sido responsable del Curso Introductivo del Seminario Diocesano”.

Emocionado, dirigió la mirada al cielo y le dio las gracias a Dios por haberlo pedido. Minutos después, llamó a su hermana ‘Charito’ hasta su tierra natal, para que preparara a su madre (Lourdes) leyéndole el comunicado sobre la grata noticia para, de inmediato, comunicarse en forma personal con la autora de sus días:

Madre. ¿Cómo está tu corazoncito, cómo te sientes?
Me siento tranquila, estoy bien… Ve consagrado a Dios y a la Virgen.
El ya nombrado primer obispo tabasqueño, emocionado, quebró la voz, pues sabía de la gran responsabilidad de subirse en la barca, con un corazón cargado de fe y confiado en la ruta que le marcó el omnipotente rumbo a Tuxpan, y esperar el proceso que viene en tres meses. “Yo seré parte de esa historia en una realidad contemporánea, para de ahí colaborar y aportar con fuerza y corazón lo que a mí me corresponde”, expresó dos días después en conocido programa radiofónico.

Roberto, es de tez morena, pelo chino, con cierto parecido a ‘San Martín de Porres’; tal vez por ello sus paisanos y amigos le llaman el ‘Padre negrito’. Posee una sencillez increíble, la humildad campesina de su padre don Ernesto Madrigal Torres y la espiritualidad heredada de su señora madre, doña Lourdes Gallegos, además de irradiar mucha paz ante quienes tienen la oportunidad de hablar con él.

El jalpanense reconoce que no aspiraba a ser obispo, sí a la santidad, que es sinónimo de amor, misericordia, sencillez, entrega y alegría.

Monseñor Roberto, no elude ninguna interrogante y considera que el nombramiento de Andrés Manuel López Obrador como primer presidente tabasqueño de la República Mexicana, y el de él como primer obispo tabasqueño en Tuxpan, es providencial. “Dios nos está diciendo a los tabasqueños que somos parte del mundo, que existimos y que también somos llamados para ello. Dios nos va poniendo oportunamente”, considera.

En su caso, precisa, “el proceso de evangelización, de purificación, de conversión, se va dando en pasos y Dios sabe el momento en que debe enviarnos sus designios para ir salvando. Creo que Dios sabe por qué y si ahora es, también está queriendo decirnos que la conversión es para seguir salvando a la humanidad”.

Dijo que le confiaron el ministerio para servir, para amar, para desgastar la vida en bien de las personas. “Es el don que Dios nos regala para servir a los demás con humildad y sencillez… esa es mi línea y así voy a caminar, sin perder mi identidad, porque es la que nos llevará a vivir todos los días identificado con lo que se nos ha confiado, teniendo los pies bien puestos en la tierra. Es de dios”.

Así pues, para orgullo nuestro, de la feligresía tabasqueña y para quienes tienen fe en Dios, Jalpa de Méndez Tabasco, nuevamente es noticia mundial con el nuevo obispo de Tuxpan. Es todo, nos leemos en la próxima.