Relata cómo fue que el rostro de Cristo se plasmó en un cirio que tenía en su hogar. “Yo rezo todas las noches, así que prendí un cirio, cerré los ojos y al abrirlos, vi el rostro de Jesús en la vela y lloré”

Ciudad de México
Agencias
La actriz, que comenzará una temporada en la obra de teatro Un Picasso, al lado de Ignacio López Tarso, relata cómo fue que el rostro de Cristo se plasmó en un cirio que tenía en su hogar. “Yo rezo todas las noches, así que prendí un cirio, que me bendijo el padre y empecé a orar, cerré los ojos y al abrirlos, vi el rostro de Jesús en la vela y lloré”. Gabriela asegura que siempre ha sido católica, pero este acto refrendó su fe.
“Al momento de ver el rostro de Cristo, me quede sin palabras y fue una experiencia muy satisfactoria, tanto que la conservo en un nicho de cristal para que nadie me la toque, lo veo como un milagro”.
Por otro lado, Gaby revela un pasado desconocido: “fui catequista desde niña y ahorita que fui al pueblo a Venezuela, me encontré con varios alumnos. Siempre he sido una mujer muy devota con defectos y virtudes, pecadora, muy pecadora igual que todos”, expresó la sexy actriz venezolana.
Esta fe ha hecho que la actriz eduque a su hijo Gabriel de Jesús, bajo sus creencias religiosas, “mi hijo acaba de cumplir 8 añitos, es amoroso educado y le tiene mucho respeto a Jesús, a María, a Dios”.
Al preguntarle si le gustaría que su hijo fuera sacerdote, así contestó: “No lo sé, me gustaría también ser abuela, que él decida lo que quiere ser, es el único hombre de mami, así me lo dice y me da la bendición antes de salir de casa y yo a él”, finalizó.