Enriqueta Basilio volvió a prender la llama olímpica en el Estadio Universitario, tal y como lo hiciera hace 50 años
Ciudad de México
Agencias
Enriqueta Basilio encendió el pebetero de Ciudad Universitaria igual que como lo hizo hace 50 años en la inauguración de los Juegos Olímpicos de México 1968, cuando se convirtió en la primera mujer en hacerlo.
Después de 104 relevos y 20 kilómetros de recorrido, que inició desde el Comité Olímpico Mexicano, la ex atleta de la modalidad de vallas repitió la historia al mediodía de este viernes.
Leyendas y ex atletas de la justa, así como jóvenes deportistas de México, fueron parte de los cinco contingentes que desfilaron para finalmente, formar los Aros Olímpicos.
Inmediatamente después, la flama conmemorativa ingresó al estadio Olímpico Universitario por medio de Kenya Lechuga, campeona centroamericana de remo y de Eduardo Ventura, campeón paralímpico en atletismo, quienes entregaron el fuego a Horacio de la Vega, que finalmente cedió a Enriqueta Basilio.
La tricampeona olímpica en México 1968 en los 200, 400 y 800 metros, Debbie Meyer, formó parte del grupo de nadadores que marcharon en la celebración.
Por su parte Bob Beamon, campeón Olímpico en salto de longitud con su récord mundial de 8,90 metros, manifestó su agradecimiento por la invitación a los festejos.
Beamon pisó la pista de tartán por primera vez desde establecer la marca mundial que continúa vigente, algo que denominó como «emocionante e increíble».