César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
El fin de semana reciente, estuvo en la ciudad César Camacho, dirigente formal del PRI. Vino a un acto partidista con miras a la organización de los cuadros con los que ese partido trabajará (what ever) para contender en la justa electoral de 2015. Tenemos a la vista la transcripción del discurso que pronunció en tal acto y no podemos menos que lamentar la poca seriedad con que el “líder” se toma la circunstancia política que lo rodea a nivel nacional y la poca consideración que le merece el priismo tabasqueño. El priismo serio -que lo hay- el que viene de una implosión que afectó seriamente los cimientos del edificio desde el que gobernó “haiga sido como haiga sido” durante 82 años.
Más que un discurso, lo que pronunció fue una arenga. Seguramente en la idea de que lo que necesitan sus diezmadas fuerzas locales es una inyección de ánimo. Nada de revisar el estado de sus recursos defensivos y sus pertrechos; el estado de las trincheras desde donde pretende levantarlos hacia la victoria; una nueva y más sólida estrategia para corregir errores y emprender el asalto con una táctica efectiva. NO. Solo arengas, pretendiendo convencer a los priistas chocos que si hacen como que no pasó nada antes de reiniciar la marcha, ello será suficiente para arrasar con el adversario ¡en la totalidad de los municipios, y de los distritos locales y federales! Y para dar fuerza de convicción a sus arengas presentó a los dos generales que acompañarán al Cónsul Eruviel de Tabasco, en su azaroso lance: Roberto Madrazo y Manuel Andrade. ¡Tronco de generales!
Por lo demás, Camacho vino a Tabasco como ir a otro país donde no se conocen ni se padecen las contradicciones, las incongruencias, los yerros fatales de un régimen federal priista que tiene al país pendiendo en el abismo de la inseguridad y la incompetencia económica. Parapetado (el régimen) en campañas mediáticas que pretenden asimismo convencer a la ciudadanía que los flagelos no son lo que parecen; que las tragedias que enlutan ahora a cientos de hogares no tienen porque sumarse a las de los miles que ya cargan con esa pena desde el sexenio anterior; que si corremos a colgar en el SAT nuestros Hábitos y mascara de actores en la economía subterránea, a pagar nuestros impuestos y a depositar en las AFORES, ese dinero se reproducirá como en el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.
En realidad, el país entero, incluido Tabasco, es ahora un velorio. 22 fusilados en Tlatloaya, 6 estudiantes y deportistas baleados en Iguala, 48 estudiantes desaparecidos por la policía municipal en esa misma localidad, fosas comunes conteniendo tres decenas de cadáveres en un paraje el mismo municipio guerrerense, todo ello ha venido a dar un manotazo al velo que teníamos sobre el rostro y que nos impedía ver que la tragedia de los 80 mil muertos y 42 mil desaparecidos con Felipe Calderón, continúa.
Y viene Camacho a contar sus chistoretes. A echarle “caracolitos” al gobernador. A mostrarle el trasero. ¡Seriedad por favor! Estamos en un momento grave. Considerando asuntos graves.
…..a pie de carretera
Audomaro Martínez Zapata
El General Secretario de Seguridad Pública puede ser la pieza maestra para garantizar que Tabasco no caiga en la vorágine de la inseguridad y el delito que arrastra a todo el país. La clave puede ser la figura de su autoridad para supervisar y controlar a las policías municipales a efecto de introducirlas a esquemas efectivos. No solo para perseguir a la delincuencia, sino para atender a las víctimas. Las declaradas y las potenciales. El escenario nacional viene confirmando que la inexistencia de un mando único es generadora de condiciones propicias para la intromisión de la delincuencia en los cuerpos policiacos.
Valore lo que tiene y no haga caso de quien le invita a despreciar. Le procurare mañana aquí mismo SDQ. Adiu
Facebook cesar.stone@yahoo.com.mx
Twitter @CsarGraciano
