Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto
“El orgullo puedes dejarlo a un lado,.. La dignidad no se debe perder por nadie” Jesús Martell Chagoya jesmarch-11@hotmail.com En ese largo y extraño proceso del cambio de gobierno, que hemos vivido desde el dos de julio y que continuará hasta diciembre, México tiene dos presidentes: el actual, Felipe Calderón, y el mandatario electo, Enrique […]
28 de septiembre de 2012

“El orgullo puedes dejarlo a un lado,.. La dignidad no se debe perder por nadie”

Jesús Martell Chagoya
jesmarch-11@hotmail.com

En ese largo y extraño proceso del cambio de gobierno, que hemos vivido desde el dos de julio y que continuará hasta diciembre, México tiene dos presidentes: el actual, Felipe Calderón, y el mandatario electo, Enrique Peña Nieto. Bueno como es de suponerse el traspaso de gobierno ha creado un escenario incierto en ese país tanto para nosotros como para muchos extranjeros.

Todos fuimos testigos que la difusión de la imagen en la televisión de todos los candidatos fue inédita y recientemente pudimos apreciar  juntos al presidente Felipe Calderón y el presidente electo, Enrique Peña Nieto anunciando un proceso de entrega y recepción del gobierno del país conforme se establecen en las normas y sin tanto protocolo

Prácticamente han pasado dos meses desde que Peña Nieto ganó las elecciones, y todavía  tendrán que transcurrir otros tres para que asuma el poder. Durante ese lapso México tiene dos presidentes. Claro está, en proceso heredado del antiguo sistema político dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y puesto en marcha bajo el consenso  y anuencia del PAN tal vez porque sabían que la oposición tenía escasas posibilidades de acceder al gobierno y el traspaso de la autoridad era asunto más político que administrativo.

Ahora vimos en cadena nacional por primera vez que los mandatarios se reunieron en Los Pinos, la casa presidencial. Por eso la sorpresa de la conferencia de medios que ofrecieron: durante siete décadas, ese mensaje no hubiese sido necesario. El PRI recupero la presidencia tras doce años de gobierno que tenía el Partido Acción Nacional (PAN),  por lo que se considera que lo que existe es un escenario incierto, Es un período no sólo de incertidumbre política sino de gran tensión, con enfrentamientos, confrontaciones, acusaciones reales o inventadas; pese a declaraciones en contrario del propio Felipe Calderón.

Hay descomposición política no provocada necesariamente por Andrés Manuel López Obrador ni del grupo juvenil #Yo soy 132  y que evidentemente impacta la legitimidad del cargo y la actuación del futuro presidente.

La transmisión de gobiernos será, aseguró Peña Nieto, ordenada y transparente, para despejar dudas e incertidumbres. Aquí hay que puntualizar que México tiene uno de los procesos de cambio de poder más largos del mundo. La votación presidencial se realizó el primer domingo de julio, pero quien resulte electo debe esperar cinco meses para asumir el poder el 1 de diciembre.

Es un proceso legal que los gobiernos del PRI establecieron no para garantizar un eficiente relevo administrativo, sino para ajustar equilibrios políticos en el país, En el viejo régimen autoritario las elecciones y su resultado no eran la fuente de legitimidad política, sino que descansaba en los arreglos del nuevo equipo con el presidente todopoderoso y el arreglo entre los grupos que llevaron al poder a una persona, Se explica ese largo tiempo porque era una transmisión política y no administrativa.

Así, cuando el PRI perdió por primera vez la presidencia en el año 2000, el cambio de gobierno se realizaba básicamente entre los mismos personajes. En esos 70 años el traspaso de poder iniciaba antes de las votaciones, cuando el PRI elegía a su candidato presidencial lo cual ocurría generalmente entre septiembre y noviembre del año anterior a los comicios al igual que en los demás estados del país en lo relativo a gobernador.

Si bien la responsabilidad del gobierno  federal permanecía en el presidente en funciones, muchas actividades, proyectos y nombramientos se detenían hasta el momento en que el candidato ganador -del PRI- era legalmente investido y ungido como tal con todos los pormenores que se realizan en protocolos oficiales de este tipo.

Sabemos claramente que la mayor parte de los 70 años que estuvo en el poder el PRI  no hubo oposición real. De hecho, los únicos comicios donde el partido en el gobierno estuvo en riesgo de perder la presidencia fueron en 1940, 1952 y  tal vez en1988. En los tres procesos hubo denuncias de fraude y violencia contra los opositores. En el resto de los comicios la competencia fue escasa, e incluso en 1976 recuérdese que sólo hubo un candidato presidencial postulado por el PRI, José López Portillo.

En el año 2000, el Revolucionario Institucional perdió la presidencia, pero en el relevo de poderes no hubo problemas porque el candidato ganador, Vicente Fox, del PAN, mantuvo en su puesto a prácticamente a toda la burocracia. Seis años después ocurrió lo mismo y de acuerdo con quienes saben de estos asuntos, el escenario se repetirá a partir del 1 de diciembre. ¿Será cierto?

¿Qué sucede entre el día de la elección presidencial y la toma de poder? Prácticamente  nada, porque el proceso de entrega y recepción del gobierno transcurre sin cambios en la mayoría de las áreas administrativas especialmente en lo sectores de salud, educación, finanzas y seguridad pública y si moderniza la administración, habrá en este nuevo periodo, mucho desempleo.

En la Secretaría de Hacienda, desde hace varias décadas los responsables de esta área comparten la misma filosofía económica, fueron compañeros de cursos o pertenecen a generaciones formadas por los mismos maestros. Cuando ocurre un relevo de gobierno no hay cambios: la Secretaría se rige por los mismos criterios, y lo mismo sucede en el sector de salud pública: los médicos responsables de los hospitales se mantienen en sus puestos durante décadas.

Así con el resto del gobierno mexicano. Desde 2000 los gobiernos opositores al PRI negociaron con sindicatos y organizaciones gremiales para mantener a la administración pública en operación. Ahora hay tensión y pudiese desatar un conflicto si se aprueban las reformas a la ley federal del trabajo que no quieren aceptar los sindicatos porque se verán afectados sus intereses.

Un período de transición tan largo no ayuda a atender los problemas del país, sólo crea incertidumbre. En agosto, después de las elecciones, en el país ocurrió un inesperado repunte de la violencia vinculada a carteles del narcotráfico. Semanas antes México estuvo en calma, especialmente durante las votaciones, pero después del proceso electoral los carteles al percibir un vacío de poder, reanudaron sus ataques con mayor insistencia y en diferentes estados del país.

Esa es la diferencia con el actual cambio de poderes en México, Hay descontento por la situación económica y social del país.

Jesús Martell Chagoya
Maestro en Derecho Fiscal
Músico sacro.  Egresado de la Escuela Superior de Música de Aguascalientes, Ags.
Concertista Clásico en Piano. Conservatorio  de Música, Morelia, Michoacán.
Licenciado en Derecho. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Maestro en Derecho Fiscal. Universidad del Valle de México.
Certificado como locutor profesional. Secretaria de Educación Pública, Unidad de Radio y Televisión.
Reportero: Diario “PRESENTE” y  de XHTVL  Canal 9,
Editor/Director, Revistas: “La buena mesa”, “En concreto”, “Década” y “SUMMA”

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